Yo nací cerca de los 80 y pertenezco a una generación que puede recordar cuando emergieron las llamadas nuevas tecnologías o TICs (tecnologías de la información y la comunicación) y lo que era vivir sin ellas. Una generación que se formó en una educación convencional o tradicional, sin pantallas y que supo hacer un hueco a las TICs, que llegaron para quedarse.

Hoy en día, sin embargo, parece que si no utilizamos algún recurso tecnológico, estamos desconectados o perdidos del mundo y de nuestro entorno. Actualmente, la presión es tal, que parece imposible vivir sin ellas, aun cuando estudios demuestran que pueden afectar negativamente a nuestro bienestar emocional.

Ante tal dilema, me planteo en el presente artículo reflexionar sobre el exceso y abuso en el uso de las nuevas tecnologías y sus consecuencias. Vamos a centrarnos el campo de la educación: en el de la relación entre iguales y en la forma de aprender y enseñar.

INTRODUCCIÓN

Quisiera comenzar este artículo reflexivo leyendo algunos párrafos escritos en la siguiente carta publicada en elPeriódico.com.

De la carta publicada el 12 de mayo del 2017 por Sergio Fernández comparto las siguientes ideas que resuenan en mi conciencia:

“Actualmente, no podemos vivir sin el teléfono, sin redes sociales, sin nada que no sea a través de una pantalla. Veo parejas, amigos, conocidos que han perdido la comunicación verbal para que esta sea transmitida de forma escrita o mediante emoticonos.

Ya no hablamos de forma verbal, como mucho, nos enviamos audios. Miramos, pero no vemos. Leemos y escribimos, pero no entablamos conversaciones paraverbales. Vamos atónitos por el mundo mirando una pantalla. Vemos por los ojos de los demás, por lo que nos cuentan o leemos por la pantalla.

Hemos dejado de ser, vivir y relacionarnos para que alguien nos lo cuente. Hemos dejado de ver para solo mirar”.

Tras leer esta carta, viene a mi mente una frase publicada por Paulo Freire que dice así: “El ser alienado no mira la realidad con criterio personal sino con óptica ajena”.

USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y SUS CONSECUENCIAS EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

El uso de las nuevas tecnologías nos lleva a experimentar cambios sociales constantes. Vamos a centrarnos el campo de la educación: en el de la relación entre iguales y en la forma de aprender y enseñar.

Es cierto que las nuevas tecnologías nos han facilitado y agilizado muchos aspectos cotidianos. Sin embargo, desde el punto de vista del ámbito educativo, en muchas ocasiones estos nuevos hábitos nos han llevan a romper el “lazo social con el otro”, sustituyendo las relaciones personales directas entre iguales por la comunicación virtual.

Hoy en día muchos adolescentes absorbidos por las nuevas tecnologías son adictos de las pantallas, dependientes de la inmediatez que estas nos proporcionan. Inmediatez que no resuelta nos puede crear ansiedad o estados de angustia y depresión.

El trabajo manual es esencial para favorecer el desarrollo neuronal. Es una realidad conocida desde hace décadas desde el ámbito de la antropología y la psicología. Por ello, en las primeras etapas de la educación, se fomenta el juego manual. Sin embargo, la tendencia actual de las nuevas tecnologías, está haciendo que estos juegos manuales que nos hacían estar en contacto con la realidad, se vuelvan cada vez menos reales y más virtuales, perdiendo así la esencia del trabajo con las manos que nos permite tocar, sentir y que a su vez genera un gran bienestar en nuestro cerebro. Cuando llegamos a la edad adulta, la mayoría hemos prescindido casi totalmente de esas actividades manuales.

Al hablar de las nuevas tecnologías, lo hacemos en ocasiones, devaluando la competencia manual, olvidando que tanto la productividad intelectual como manual siguen siendo esenciales en nuestro día a día como personas y para nuestro bienestar psicológico.

¿Y si al estar permanentemente conectados a la red estuviésemos cada vez más desconectados de nuestra persona?

CONCLUSIÓN

Como bien decía Aristóteles, en el término medio está la virtud y es necesario que el proceso de aprendizaje, además de las nuevas tecnologías, se acompañe con la curiosidad por aprender, el interés por investigar y adquirir conocimientos de forma activa. Echo la vista atrás con nostalgia, quizá me esté haciendo mayor o quizá empiece a entender el verdadero sentido de la vida. Muchos niños se están perdiendo lo mejor de la vida: descubrir el mundo por primera vez, a su ritmo, con sus propios sentidos.

Eduquemos en la realidad. “La mejor preparación, incluso en un mundo cada vez más digital, es la que tiene lugar en el mundo real” (Catherine L’Ecuyer).

Bibliografia:

La mente es maravillosa. “Trabajar con las manos es bueno para tu cerebro” escrito por Valeria Sabater, última actualización 31 de enero de 2022.

Educar en la realidad. Catherine L’Ecuyer. Plataforma editorial. 2015

La sociedad alienada no tiene conciencia de su propio existir. Paulo Freire, de su libro Educación y cambio.