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Método de enseñanza Polgár

BEATRIZ MARTÍN GARCÍA

Publicado el 18/01/2017 11:01

László Polgár (1946) es un pedagogo y profesor de ajedrez húngaro, padre y entrenador de las famosas “hermanas Polgár”, maestras de ajedrez: Susan, Sofia y Judit.

Como pedagogo, Polgár experimentó su propio método educativo, basado en la creencia de que “los genios se hacen, no nacen”, con sus tres hijas.

A finales de los sesenta Polgár quiso mostrar al mundo lo sencillo que era “fabricar” un genio en algún ámbito o arte. Siempre tuvo su interés extenuado en el estudio de los genios de la historia y tras estudiar la biografía de cientos de intelectuales creyó encontrar algo que muchos de ellos tenían en común: la especialización a muy temprana edad en alguna habilidad.

Por ello, y sin a pensar ética y moralmente en lo que suponía su experimento, se casó con una pedagoga que estaba interesada en el mismo tema y tuvieron tres hijas a las que sometieron a estudio para satisfacer sus curiosidades.

Desde muy temprana edad sus hijas no fueron a la escuela y su educación fue encaminada exclusivamente al ajedrez, pues para Polgár este juego era “un arte, una ciencia y una competición en el que los resultados del experimento se podrían medir“.

La primera de sus hijas, Susan, presentaba los primeros resultados del “método”, cuando a los 4 años conseguía una gran victoria en el Campeonato de Ajedrez de Budapest para niñas menores de 11 años. Una década después, con quince años, era considerada la mejor jugadora de ajedrez del mundo según el sistema de puntuación Élö de la FIDE y durante los 22 años siguientes nunca bajó del tercer puesto.

Sofia, la segunda de sus hijas, sorprendió al mundo del ajedrez con sus resultados en el torneo de Roma de 1989. Sus resultados fueron conocidos para los aficionados como “el saco de Roma“, ya que ganó el campeonato obteniendo una puntuación de 8.5/9, es decir, todas las partidas ganadas salvo una en tablas.

Judit Polgár no sólo fue una magnífica jugadora de ajedrez sino que actualmente es la mejor jugadora de todos los tiempos conservando su primer puesto mundial desde hace varias décadas.

Susan Polgár, en una entrevista, dejaba estupefacto al entrevistador cuando afirmaba contundentemente que ella no tiene un talento especial para el ajedrez. Susan afirma lo que su padre ha investigado durante años “el genio no nace, sino que se hace; es decir, se desarrolla y se perfecciona con un extraordinario trabajo. No se basa ni en una varita mágica ni en esa especie de dones extraordinarios caídos del cielo, sino en un duro esfuerzo temprano, intensivo, emocionalmente compensado y bien orientado, sobre la base de unas capacidades personales bien identificadas y estimuladas, y, con algo que no mucha gente tiene en consideración al hablar de los genios: una considerable dosis de buena suerte, materializada en unas “circunstancias favorables”.

Ahora surge la incógnita, ¿se confirma lo que László Polgár estudió durante años…? ¿El genio nace o se hace?

Múltiples académicos organizacionales, entre ellos Gerhart (2003), afirman que el exitoso desempeño de una actividad es el producto de una habilidad multiplicada por la motivación, siendo igualmente la habilidad el producto de la aptitud, donde ésta supondría tener habilidades y destrezas, en lo referido a capacidades físicas y psíquicas, pudiendo ser mejoradas y entrenadas, multiplicada por el entrenamiento y los recursos; y la motivación el producto resultante del deseo y el compromiso con dicha actividad; Siendo todos y cada uno de los factores esenciales para un óptimo resultado.

 

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