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Formación de docentes para combatir el acoso escolar

Mª Luisa Pérez Álvarez

Publicado el 07/11/2016 11:11

La Universistat Jaume I de Castellón (UJI) está llevando a cabo un curso sobre la intervención educativa en casos de acoso escolar, en el que están participando estudiantes de 3º y 4º curso del Grado de Magisterio de Educación Infantil y Primaria.
Inmaculada Usó, una de las profesoras responsables del curso y doctora en psicología, afirma que el acoso escolar siempre ha existido y cada vez aumentan más los casos. Es importante formar a los docentes porque son los que más tiempo pasan con los alumnos. Los docentes deben estar más atentos y observar zonas como el patio, el comedor, los baños, en los cambios de clase o en espacios abiertos, ya que son los lugares donde los niños están menos observados y los abusones aprovechan estas ocasiones.
El curso comienza por definir qué es el bullying, que según Inmaculada Usó y Ana Belén Górriz “Acoso es aquella conducta violenta, física o psicológica, que realiza un alumno contra otro; puede ser un acto pequeño y  cotidiano que a veces llega a confundirse como normal, pero que se hace de manera repetida e intencionada, deja a la víctima en una situación de indefensión y le afecta negativamente a todos los niveles, del personal al académico”.
Según Usó, el acoso escolar engloba a varios actores y se debe definir los roles en estos casos y planificar las acciones necesarias para cada uno. En ocasiones el agresor tiene seguidores, que incitan y animan al agresor a seguir con el acoso. El agresor se siente fuerte al sentirse rodeado de seguidores que en un momento dado lo pueden ayudar y que lo hacen por amistad o por miedo a convertirse en la siguiente víctima.
La víctima es quien sufre estas agresiones y suele presentar miedo a través de la invención de excusas para no ir a clase, estar solo en el patio, etc.  El ataque a las víctimas se puede dar por su aspecto físico como llevar gafas, el peso, la altura, entre otros factores. Debido a que la víctima sufre en silencio, el docente debe trabajar con los defensores de la víctima y con los espectadores pasivos que presencian estos casos y se callan. Los espectadores pasivos son los que deben hablar y contar lo que está pasando para ayudar a la víctima.
Usó afirma que se debe trabajar con esta diversidad de actores a través de la empatía, es decir, poner al agresor en el lugar de la víctima para entender por lo que está pasando y sea consciente del daño que le está causando. Además también se debe trabajar para mejorar la convivencia escolar mediante la educación en valores, la mediación, ayuda entre iguales, aprendizaje de lo diferente y la gestión de conflictos. Todo esto es esencial para combatir el bullying, pero para ello es importante formar adecuadamente a los docentes.

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