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María Montessori y sus preciados mandamientos

BEATRIZ MARTÍN GARCÍA

Publicado el 13/08/2015 11:08

   

   Varios pedagogos del siglo XX revolucionaron la educación de los niños, y entre ellos podemos destacar a la pedagoga  italiana María Montessori. Su método comenzó a partir de sus experiencias con niños en riesgo social. Basó sus ideas en el respeto hacia los niños y en su impresionante capacidad de aprender. Los consideraba la esperanza de la humanidad, por lo que dándoles la oportunidad de utilizar la libertad a partir de los primeros años de desarrollo, llegarían a ser un adulto con capacidad de hacer frente a los problemas de la vida.

    “El niño, con su enorme potencial físico e intelectual, es un milagro frente a nosotros. Este hecho debe ser transmitido a todos los padres, educadores y personas interesadas en niños, porque la educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad. Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del niño, pues este se realiza en un espacio en el que hay leyes que rigen el funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que estar en armonía con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo”. Maria Montessori.

    María Montessori redactó cortos "mandamientos " para los padres de familia, donde en cada uno hay gran sabiduría trasmitida en pocas palabras. Estos mandamientos sostienen la idea de que los niños aprenden de lo que les rodea, por ello:

  • Si criticas mucho a un niño, él aprenderá a juzgar
  • Si elogias con regularidad al niño, él aprenderá a valorar.
  • Si se le muestra hostilidad al niño, él aprenderá a pelear.
  • Si se es justo con el niño, él aprenderá a ser justo.
  • Si se ridiculiza al niño con frecuencia, él será una persona tímida.
  • Si el niño crece sintiéndose seguro, aprenderá a confiar en los demás.
  • Si se denigra al niño con frecuencia, se desarrollará en él un malsano sentimiento de culpa
  • Si las ideas del niño son aceptadas con regularidad, él aprenderá a sentirse bien consigo mismo.
  • Si se es condescendiente con el niño, él aprenderá a ser paciente.
  • Si se alienta al niño en lo que hace, ganará seguridad en sí mismo.
  • Si el niño vive en una atmósfera amigable y se siente necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
  • No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está.
  • Concéntrate en el desarrollo de lo bueno del niño de tal manera que sencillamente no quede lugar para lo malo.
  • Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti con una pregunta o un comentario.
  • Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante.
  • Estar dispuesto a ayudar si tu niño busca algo, pero también estar dispuesto a pasar desapercibido si él mismo ya ha encontrado lo que buscaba.
  • Ayuda al niño a asimilar lo que antes no había podido asimilar. Haz eso llenando el mundo que lo rodea de cuidado, discreción, oportuno silencio y amor.
  • Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Dale lo mejor que hay en ti.

    Siguiendo estos mandamientos, el niño tendrá un pilar fundamental en su infancia: unos padres que le ofrecen estabilidad y unos valores, para así logar su adecuada independencia adulta. “Nadie puede ser libre a menos que sea independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad individual del niño deben ser guiadas de tal manera que a través de esa actividad el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia”. María Montessori.

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