En pocos años, Corea del Sur ha pasado de ser uno de los países más pobres del mundo a convertirse en una gran potencia mundial y en uno de los países con los mejores resultados en el informe PISA. Pero, ¿qué se esconde detrás de estos resultados?
En el informe PISA, los estudiantes de Corea del Sur han salido muy bien parados, ya que son los primeros en comprensión lectora, terceros en matemáticas y décimos en ciencias. Pero esto, es debido a la gran presión a la que son sometidos los estudiantes coreanos durante la obligatoriedad de sus estudios.
Los estudiantes de Corea del Sur dedican prácticamente la totalidad del día a las clases. En la escuela pasan entre 6 y 7 horas, a partir de las cinco de la tarde, el propio centro les ofrece una cena rápida que no lleguen tarde a las academias en las que reciben clases de apoyo. Estas clases duran hasta las 10 de la noche. No caigamos en el error de pensar que estas clases son para los alumnos que necesitan refuerzo, sino que todos van a esas clases, incluso los que obtienen mejores notas.
Y es que tener éxito en la escuela, es tener éxito en la vida para los habitantes de Corea del Sur. Se preparan para acceder a las mejores universidades y obtener los puestos más altos dentro de una empresa, pero la obsesión por las buenas notas llega hasta el punto de que en algunas universidades, por cada centésima de las calificaciones que bajen del 3 (en una puntuación máxima de 4.2) los alumnos deberán pagar un aumento en la matrícula.
Lo más importante en este sistema educativo, es que el alumnado adquiera conocimientos, consideran que cuantos más conocimientos conozcan será mejor para ellos. Por lo tanto, se deja a un lado la creatividad del alumnado y el ocio, siendo primordial las clases magistrales donde el profesorado transmita al alumnado cuantos más conocimientos mejor.
Estas clases magistrales son muy disciplinarias, son muy conscientes que deben cumplir con sus obligaciones y que han de hacerlas lo mejor posible, por lo tanto, el no hacer los deberes o ser impuntual es considerado como una falta grave dentro de su disciplina. En estas aulas se apuesta mucho por el uso de las nuevas tecnologías considerándolas una herramienta imprescindible en la educación.
Hace un par de años, Informe Semanal publicó un documental sobre la educación dicho país llamado “Corea del Sur: prohibido fracasar”, en el que se ven muchos ejemplos de lo que hemos detallado a lo largo de este post. Os invito a que lo visualicéis ya que son 15 minutos que no dejan indiferente a nadie.
Como vemos, efectivamente Corea del Sur tiene uno de los mejores resultados académicos del mundo pero el precio que pagan por ello es bastante alto ya que la educación no consiste únicamente en adquirir conocimientos para acceder a una universidad y por supuesto no se pueden dejar de lado otros ámbitos como puede ser el ocio ya que, aunque la educación y la formación es esencial, no debemos olvidar que al fin y al cabo son niños y como niños deben crecer.