El 8 de marzo es un día para recordar, es un día para apoyar y sobre todo es un día para conocer, reconocer y gritar a los cuatro vientos, todo el reconociendo social que nos merecemos, mujeres del mundo, efectivamente, el 8 de marzo, es el día de la mujer.

Desde mi postura de mujer, son muchas las cosas que me gustaría agradecer a mis mujeres del pasado, a mis mujeres de mi historia y a las mujeres que han permitido, que, hoy, yo pueda estar escribiendo estas palabras, sin duda, este día y reconocimiento se lo debo a ellas.

Ser mujer en una sociedad de hombres nunca ha sido fácil, esta es la típica frase que nos persigue y nos acribilla a cada esquina, a cada paso, cada día de nuestra vida, que ahoga y que difumina una realidad totalmente inacertada, equivocada y errónea.

Si tuviera que aportar unas palabras al término de mujer, daría como las más acertadas, las palabras de lucha, coraje, tesón, valentía, fuerza, unidad, voz, derechos, igualdad, oportunidad, reconocimiento, y sobre todo ACTIVIDAD, una actividad que dio lugar a los movimientos que un día fueron y que se plasman en lo que hoy somos, por ello, gracias por esa identidad tan nuestra, mujeres.

Es una pena, aún, que hoy día, las mujeres tengamos las manos atadas en muchos sentidos, que la igualdad se vea enmascarada sobre un tupido velo de hipocresía y que aun conozcamos la palabra temor y miedo para definir y delimitar muchos ámbitos de nuestra vida.

Con el lema, “ahora es el momento”, las mujeres transformábamos hace cerca de un siglo, la vida de muchos, la vida de todos y nuestra propia vida, mujeres, con ese lema, dábamos un vuelco al mundo y nos permitíamos la oportunidad de ser, ser mujeres del mundo y ser mujeres de lo que nos merecemos, no por el hecho de ser mujer, sino por ser parte de una sociedad tan nuestra como lo es de los demás.

En este sentido, una vez más, hacer alusión a la frases, “la culpa no era mía” “las mujeres vuelven a parar el mundo” o “somos el grito de las que ya no están” es esencial, ¿Por qué? Pues porque hace más de 100 años un grupo de mujeres murieron luchando por derechos, esos mismos derechos que dan lugar a lo que hoy aportamos y a lo que hoy ofrecemos.

Este día, es un día que está hecho con la fuerza de muchas mujeres, y que ojalá fuese un día en el que no hubiese nada que celebrar, reivindicar y el 8 de marzo, fuese un día más, pero, lamentablemente si la igualdad de derechos fuese un hecho, el día internacional de la mujer no tendría el sentido que hoy le damos, pero todavía NO lo es, y ¿por qué no lo sé? Pues muy fácil,  porque hay más de 700 mujeres muertas por violencia machista en 10 años, porque las mujeres necesitan 79 días más de trabajo para cobrar igual que un hombre, porque hay aún muchas empresas que prefieren no contratar a mujeres,  porque un Ministerio da consejos para evitar violaciones, porque solo una de cada cinco científicos de alto nivel es mujer, porque hay campañas de publicidad que perpetúan el sexismo, y, una infinidad más de porqués, que sin lugar a dudas manifiestan una latente inseguridad hacia la mujer, que da lugar a que tengamos la inquietud de seguir buscando soluciones a problemas que solo nosotras tenemos que hacer frente, lamentablemente.

El dolor de la mujer es de número altos, porcentajes elevados y caras desconocidas, por ello, no se trata de sensibilizar a nadie, sino de mostrar cuáles son las circunstancias que dan pie a que reclamemos el derecho a vivir tranquilas y sin miedo.

8 de marzo, día en el cual las voces de todas las mujeres hacen eco en el mundo.