Sólo estoy dispuesta a actuar de la manera más acorde, en mi opinión, con mi futura felicidad, sin tener en cuenta lo que usted o cualquier otra persona igualmente ajena a mí, piense.
Jane Austen
Este domingo se celebró el día que nació la escritora Jane Austen, fue una escritora que consiguió en la Inglaterra de 1775 hacerse un hueco en un mundo solo de hombres y vivir como escritora de novelas románticas. Austen demostró una inteligencia y facilidad en la palabra que enamoró y enamora actualmente a un público muy variado. Su obra está basada en un realismo y en un discurso irónico sobre las costumbres de su época y más concretamente sobre el rol que tenían las mujeres. Para la época en la que vivía demostró una fortaleza y autonomía personal que demuestran sus palabras:
A veces uno se deja guiar por lo que las personas dicen de sí mismas, y muy a menudo por lo que otras dicen de ellas, sin darse tiempo para deliberar y discernir.
En su obra critica que la situación de que la mujer dependa exclusivamente del dinero de los hombres, esta situación provoca que el mayor objetivo de las mujeres y el de sus familias fueses el de casarlas y cuanto antes. En su libro Orgullo y Prejuicio vemos como las protagonistas femeninas sufren constantemente presiones para formalizar un matrimonio de conveniencia y como la protagonista Elizabeth Bennet intenta revelarse y cuestionar porque tiene que estar a merced de una injusticia semejante, muestra su enfado con que los hombres puedan hacer lo que desean mientras que ellas deben tener comportamientos adecuados en todo momento.
La obra de Austen debería incluirse más en las lecturas realizadas en las aulas, pues con su obra podemos no solo hablar sobre las costumbres de otra época y ver otros modelos sociales, sino además podemos debatir importantes conceptos como la Igualdad, los roles que tienen los hombres y los que tienen las mujeres, etc., además nos ofrece la oportunidad de conectar dichos problemas en la actualidad, pues en muchos países los matrimonios de conveniencia siguen siendo una realidad para las mujeres.
Crear una cultura feminista es importante, porque defender y promover la igualdad en la escuela es algo necesario para promover y crear un cambio social. Podemos comenzar este cambio visualizando voces femeninas que la escuela durante mucho tiempo ha ignorado. Numerosos proyectos educativos actualmente están abogando por leer y estudiar a más escritoras, filosofas, científicas… en definitiva visualizar el trabajo de ambos sexos. Todos/as conocemos la generación de escritores y pensadores del 27 pero no conocemos escritoras de esa época tan importantes como Clara Campoamor, María Zambrano, Emilia Pardo Bazán, María de Maeztu y un largo etcétera.
La palabra feminismo se está llevando de insinuaciones negativas como comento la Premio Nobel de la Paz Malala Yousafza:
“La palabra feminista es un poco difícil. Cuando la oí por primera vez, escuché connotaciones negativas y unas cuantas positivas. Dudé si definirme o no como una feminista. Pero luego escuché tu discurso [el de Watson] y me di cuenta que no hay nada de malo en definirme como feminista. Así que sí, soy feminista y todas deberíamos de serlo porque la palabra feminismo no es otra cosa que igualdad”
Como docentes tenemos el deber de fomentar la igualdad de dar las mismas oportunidades y de ir contribuyendo a que las mujeres puedan romper ese techo de cristal y podamos vivir en una sociedad más justa e igualitaria. Este techo de cristal se da también dentro de la educación pues podemos leer numerosos artículos como el del periódico El País ¿Por qué no hay más mujeres ingenieras? escrito por Javier Cortés, denota que dentro de la propia educación existe estereotipos y una problemática a la que se debe dar respuesta y que depende del trabajo de todos los agentes educativos.
