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Un Monstruo viene a Verme. Inteligencia emocional en el aula

Anabel Quesada

Publicado el 06/02/2017 19:02

La gran galardonada de la noche de los Goya fue la película del director Juan Antonio Bayona “un Monstruo Viene a Verme”. Cuenta la historia de un chico de 13 años, el que está pasando por un mal momento en su vida. Nos introduce de forma muy íntima y original en el mundo interno del niño, nos hace sentir lo que el protagonista está pasando en su vida, viendo como su pilar principal pilar, en este caso “su familia”, se fragmenta. Lo fascinante de esta película es que Bayona consigue crear un mundo de ficción en el mundo real repleto de sentimientos y de aventuras, en la que acompañas al chico hasta el gran final.

Si algo hace grande a esta película, es precisamente ese oleaje de sentimientos en el que te introduce, buceas en una constante ida y venida de sentimientos donde se mezclan la melancolía, la ira, la alegría, etc. Sin duda es muy recomendable para todos los públicos.

Lo que como docentes nos lleva a analizarla es que se dan pinceladas del problema del bullying, un tema muy candente en los últimos tiempos, ya que uno de las principales condiciones que favorecen el bullying es la falta de formación en inteligencia emocional en las aulas. Hoy en día se priman los contenidos teóricos en la educación institucional frente a la formación para la vida o la formación en valores y probablemente fruto de ello es sea esta falta de valores que podemos apreciar en algunas personas.

Cuando hablamos de inteligencia emocional debemos hablar de Daniel Goleman es un psicólogo estadounidense, que tuvo una fama a nivel mundial a raíz de su libro “Emotional Intelligence” (inteligencia emocional). Con de inteligencia emocional nos referimos a una serie de actividades cuya finalidad es la de apreciar y expresar de forma realista y justa las emociones tanto propias como de otros.

Es importante que en la escuela se prepare al alumnado para ser capaces de identificar sus propios sentimientos y los de sus compañeros y compañeras, desarrollando habilidades como la empatía. Un ejemplo de modelo que se podría utilizar en las aulas sería el modelo de habilidad de Mayer y Salovey, este modelo implica que el alumno o la alumna desarrolle cuatro bloques:

Éste es un ejemplo de modelo que se debería implantar y trabajar en las aulas desde pequeños, para que realmente pueda ser interiorizado por el alumnado, consiguiendo un aprendizaje significativo. También sería beneficioso para el alumnado que se trabajase de forma conjunta desde el centro y las familias, ya que como bien sabemos,  éstas son los principales agentes en la socialización de los niños y niñas, además de ser sus modelos de conducta.

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