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Ansiedad en el aula, el elefante en la habitación educativo

María del Mar Díez Simón

Publicado el 10/02/2023 11:02

Utilizamos la metáfora del elefante en la habitación para referirnos a la ansiedad en el aula, un tema incómodo pero evidente que es ignorado y nadie se atreve a discutir. Su presencia es tan grande y afecta a tantos ámbitos que es imposible no verlo, pero al mismo tiempo se evita, se oculta y no se habla del problema.

El elefante en la habitación docente es la ansiedad causada por una mayor carga burocrática, la atención a las familias, por un alumnado cada vez más diverso, distraído o desmotivado, además de las faltas de respeto por parte de alumnado, familia y el desprestigio social. Ya es hora de que la salud mental entre en las aulas y el primer paso es atender al profesorado

 

Soy docente y si tengo ansiedad, ¿cómo puedo hacerle frente?

Según numerosas investigaciones la conducta disruptiva del alumnado es el mejor predictor del estrés docente restando tiempo, energía e implicación para desarrollar un trabajo educativo de calidad. También el estrés y la preocupación por los problemas de disciplina influye en el afrontamiento de la ansiedad docente lo que provoca culpa, pensamientos obsesivos, no cuidar alimentación o el sueño.

¿Tengo ansiedad? ¿Esta marabunta de sensaciones y pensamientos son ansiedad? ¿Necesito ponerle nombre? Ponerle nombre a una situación puede tener dos consecuencias: por un lado, refugiarnos en esa etiqueta y caer pensamientos tipo “como tengo ansiedad, le doy vueltas a todo lo que me pasa, … como le doy vueltas a lo que me pasa, es que tengo ansiedad” una explicación circular que no aporta herramienta ni nos da información, y por otro, gracias a ponerle nombre, podemos animarnos a afrontarlo y a buscar soluciones y estrategias efectivas adaptadas a nuestra vida.

El burnout docente no aparece repentinamente como respuesta a una experiencia particular, sino que es un estado que surge progresivamente en un proceso de respuesta a la experiencia laboral y a ciertos acontecimientos que se repiten.

Se caracteriza por tres rasgos principales:

  • Agotamiento o cansancio emocional: se caracteriza por la fatiga crónica; aparece la sensación impotencia y a la falta de motivación. Es una sobrecarga emocional que produce un desgaste difícil de controlar.
  • Despersonalización: se desarrollan estrategias de protección frente al alumnado o familia hostil como el distanciamiento, la frialdad en el trato o la falta de implicación del docente.
  • Baja realización personal: el hecho de no cumplir expectativas nos lleva a una autoevaluación negativa.

 

¿Qué debo hacer para mejorar mi ansiedad en el aula y fuera de ella?

  • Analizar qué factores son externos y cuales internos, es decir, que variables dependen de cambios en el centro educativo, administrativos, del aula y que depende de uno mismo para poder cambiarlo.
  • Buscar estrategias basadas en la psicología positiva, sus beneficios y estrategias te pueden ayudar a vivir la docencia de un modo más saludable.
  • Administrar adecuadamente el tiempo, las tareas docentes, administrativas, el tiempo para preparar los contenidos y para atender a las familias y por supuesto, sacar tiempo para el ocio, la familia, el desarrollo laboral y para uno mismo.
  • Ajustar las expectativas entre la vocación docente y la realidad actual en las aulas.
  • Es importante la desconexión laboral, incluida la digital, del trabajo, es normal que a veces nos preocupemos por lo que ha ocurrido en el aula en casa pero que no se convierta en el último pensamiento del día.
  • Por supuesto, la actividad física, la alimentación saludable, unas horas de sueño adecuadas y un correcto manejo de las redes sociales e internet ayudan a calmar la ansiedad.
  • Es hora de normalizar buscar ayuda profesional si sentimos que no podemos controlar nuestro nivel de estrés o ansiedad.
  • Recuerda, nada es personal, en muchas ocasiones las falta de respeto del alumnado, de las familias o de otras persona no se dirigen a un docente en concreto sino a todo un sistema que no comprenden ni aceptan. 

Ser un profesor emocionalmente competente. Como manejar la ansiedad en el aula

Evitando utilizar frases hechas o alejadas de la realidad social y educativa actual vamos a plantear la difícil tarea de identificar al docente emocionalmente competente. Tomando como referencia el modelo de Salovey y Mayer de cinco competencias de la inteligencia emocional, podemos adaptarlo al entorno educativo y a la acción docente y dibujar el perfil de docente ideal que convivie y aprende a manejar la ansiedad en el aula:

En primer lugar, tenemos el conocimiento de las propias emociones entendido como la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece; es decir, los docentes debemos aprender a identificar, reconocer y validar las emociones, admitiendo que podemos sentir ilusión, tristeza, frustración o impotencia sin que esto nos haga peores profesionales. Si nos empeñamos en ser superdocentes siempre alegres y motivados no encontraremos espacio para mejorar o atender las emociones incómodas.

La capacidad de controlar las emociones como la conciencia de uno mismo que nos permite controlar nuestros sentimientos y adaptarlos a cada experiencia, siendo conscientes de que no existen emociones buenas o malas, solo comportamientos adaptativos o no. En un aula nuestro comportamiento debe ser ejemplar, somos la persona adulta que guía al grupo (de forma voluntaria o involuntaria) al mismo tiempo que natural y fundamentado.

La capacidad de motivarse uno mismo la vida emocional y su sumisión a un objetivo es imprescindible para mantener la atención, la motivación y la creatividad. Es importante recordar que la motivación no aparece de forma espontánea o repentina, sino que viene determinada por los motivos para alcanzar algo, por esto, debemos diferenciar la motivación, de tener motivos a la motivación mal entendida como falta de ganas.

Como docentes es fundamental el reconocimiento de las emociones ajenas, la empatía. Conocer e identificar las emociones de otras personas, que efectos tienen nuestros comportamientos en otros nos ayudará a regular y adaptar nuestro comportamiento social en cada situación.

Por último, el control de las emociones, que experimentemos una emoción no quiere decir que nos dejemos llevar por ella, somos nosotros los que decidimos que hacer con un pensamiento una emoción. En este caso son muy recomendables los ejercicios de defusión cognitiva para distanciarnos de pensamientos y emociones y actuar según nuestros valores.

Si quieres aprender más sobre las competencias necesarias para cualquier docentes y como manejar la ansiedad en el aula, infórmate sobre nuestra formación en Especialista en Análisis de las Competencias Docentes en la Formación del Profesorado + Formador de Formadores y descubrirás todas las herramientas para ser un docente todoterreno. 

 

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