Las largas y tediosas clases en las que el docente exponía sus lecciones mientras los estudiantes se enviaban notas de papel o jugaban con el móvil son cosa del pasado. Ahora lo que se viene es el proceso de aprendizaje basado en retos o Challenge Based Learning. 

¿En qué consiste? 

Al igual que hizo Apple con su equipo el aprendizaje basado en retos (ABR) consiste en enseñar a los estudiantes a lo largo del desarrollo de una solución para un problema relacionado con su entorno. Es decir, más allá de encontrar una solución a un problema, existe una comprensión más profunda ya durante el camino por el que los estudiantes consiguen encontrar una solución a un problema real, obtienen un aprendizaje vivencial de forma casi inconsciente. 

Por lo tanto, estamos ante una metodología activa que trata de buscar la implicación y el trabajo colaborativo de los estudiantes para resolver problemas de su entorno más cercano.  

¿Cómo funciona? 

•  Elegir el Reto 

El docente debe de elegir un reto para los estudiantes que favorezca su implicación, de esta forma, sería interesante un problema con el que se sientan identificados, que sea cercano y que su resolución tenga un efecto visible en su entorno. Es decir, deben ser problemas reales, para obtener un enfoque pedagógico que involucra activamente al estudiante.  

• Hacer Preguntas 

En este punto, los estudiantes deben de llevar a cabo un brainstorming o tormenta de ideas en las que les invite a reflexionar sobre las posibles soluciones. El rol del docente aquí será clave para dirigir a los estudiantes hacia hacerse las preguntas clave que ayudarán a resolver el reto.  

•  3…2…1…. ¡Organización! 

Es el momento de que tus estudiantes tracen un plan maestro para encontrar la solución al reto. Para ello, es imprescindible guiar su organización, repartir las tareas de buscar, seleccionar, conectar y aplicar la información para conseguir una solución final para el reto. 

• Manejar los Recursos 

Aquí el estudiante aprenderá a acudir a las fuentes de información que les permita encontrar o aproximarse a encontrar la solución al reto. La investigación puede venir de Internet, libros, o incluso entrevistando a personas que tengan conocimientos sobre el tema sobre el que versa el reto.  

• ¡Solucionado! 

El aprendizaje colaborativo de los estudiantes da sus frutos y encuentran una solución… ¡enhorabuena! Están más que listos para la resolución de problemas de aquí al futuro, ya que, han sabido implicarse de manera activa e individual y a organizarse de forma colectiva para encontrar una solución real. 

• Cambiando su Realidad 

Los estudiantes se encuentran en una situación en el que son conscientes y partícipes del cambio de su entorno. Desde un enfoque emocional el estudiante considera que ha llevado a cabo la solución a un problema que no le es ajeno, y le da una visión optimista de que a través del trabajo colectivo pueden cambiar el mundo real y encontrar un beneficio para la sociedad. 

• Resultados 

Existe aquí una evaluación en un doble sentido: individual y colectiva. Al contrario que en otras metodologías, existe una priorización por premiar el esfuerzo o la implicación por encima de los conocimientos del alumno, a título individual. En el aspecto colectivo, la solución será la que debe ser valorada, siendo lo determinante aquí, que el resultado sea factible, que la solución sea realizable, útil y aplicable al mundo real. 

La evaluación de los resultados no serán exclusividad de los docentes, ya que, además de su veredicto, será la sociedad la que determine si es válida o no la solución a la hora de implantarla en la práctica. 

• ¡Que se sepa nuestra solución! 

La solución es real, y resuelve un problema del entorno más cercano de los estudiantes, es el momento de darle difusión. Traspasando en algunos casos, los límites de los centros escolares, podrá darle divulgación al resultado obtenido a organismos o entidades que puedan colaborar o contribuir a que la solución sea efectiva.