Hoy en día muchos padres y madres tienen la queja de que los niños no quieren comer, o que solo quieren comer aquellos alimentos que más les gustan y estos suelen ser los más perjudiciales para su salud. Como afirman Miqueleiz, E., Te Velde, S., Regidor, E., Van Lippevelde, W., Vik, F. N., Fernández-Alvira, J. M., & Kunst, A. (2015), en Europa la obesidad infantil presenta un patrón Norte-Sur con prevalencias más altas en los países del Sur de Europa5. Según datos del ENERGY Project6, Bélgica (15,1%), Los Países Bajos (16,1%) y Noruega (14,4%) presentan las menores prevalencias, sin embargo España muestra una de las prevalencias más altas (24,8%). Es poco probable que los factores genéticos puedan explicar estas diferencias, debido a que este mismo gradiente Norte-Sur se puede dar incluso dentro de un mismo país, como es el caso de España7. Otros factores que son susceptibles de cambio pueden ser los responsables como factores socioeconómicos o ambientales.
Pero tener una mala alimentación no solo afecta al sobrepeso, como podemos comprobar por algunos datos y cifras aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMG):
- Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
- Los hábitos alimentarios sanos comienzan en los primeros años de vida; la lactancia materna favorece el crecimiento sano y mejora el desarrollo cognitivo; además, puede proporcionar beneficios a largo plazo, entre ellos la reducción del riesgo de sobrepeso y obesidad y de enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida.
- En todo el mundo, las dietas insalubres y la falta de actividad física están entre los principales factores de riesgo para la salud.
Uno de los principales problemas en la alimentación de nuestros pequeños es el consumo abusivo de azúcar. La Asociación Americana del Corazón (AHA) ha establecido cuanto azúcar puede consumir un niño al día a 6 cucharaditas de azúcar al día unos 25 gramos y puntualiza que los menores de 2 años no deben tomas ningún tipo de azúcar añadido. En Europa el promedio de azúcar que consume un niño es de 100 gramos aproximadamente, damos pues 4 veces más de azúcar a los niños de lo que deben comer. Muchas veces pensamos que no le damos mucha azúcar a nuestros pequeños, pero debemos tener en cuenta que la mayoría de los alimentos procesados contienen azúcar, así como el azúcar añadido es un ingrediente que muchas veces se utiliza en las conservas como el tomate frito para contrarrestar la acidez, y bebidas como los zumos, que no son naturales, contienen grandes cantidades de azúcar, entre otros alimentos. Por ello es un buen ejercicio el enseñarles a comer sin abusar del azúcar y explicarles la importancia de saber leer la etiqueta de los alimentos que van a consumir.
Esto no quiere decir que debamos eliminar el azúcar completamente de nuestras vidas, una tarea muy divertida para estas navidades con las que aprenderán mucho es por ejemplo realizar galletas navideñas y decorarlas.
Estas navidades es el mejor momento para comenzar con ellos a cocinar, para así motivarles a probar nuevos sabores, enseñarles el valor nutricional de los alimentos, así como todos sus beneficios para nuestra salud. Además la concina es un buen ejercicio para relajarse, conectar con uno mismo y además puede ser un momento muy agradable para compartir y pasar juntos. Además si los implicamos en la realización del plato estarán más dispuestos a probar y comer alimentos que a priori no les apetezcan.
Tener una correcta nutrición es básico para el desarrollo tanto de cuerpo como de mente, por ello es una de las tareas prioritarias que tanto la escuela como la familia debe responsabilizarse para conseguir tener el día de mañana una sociedad que sepa alimentarse de forma inteligente y que en consecuencia posea una buena salud.
