Imagen generica
¿Aún no estás registrado?
Regístrate ahora, son 2 minutos

Cambio Climático y ELE

Ángela Otero del Castillo

Publicado el 26/10/2019 16:10

 

Introducción

Durante la Cumbre del Clima celebrada el 23 de septiembre de 2019 el mensaje fue claro: nos enfrentamos a una crisis sin precedente. António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, fue contundente en su discurso de apertura, afirmando que si no cambiamos de manera urgente nuestro modo de vida, nos arriesgamos a que la vida en sí desaparezca (Guardian News, 2019); pero también fue esperanzador, haciendo una llamada a la acción inmediata para ganar la guerra contra el cambio climático (CC). Es innegable que imágenes, cifras y datos sobre el cambio climático han dominado internet y – quizás en menor medida – los telediarios a lo largo de este año, tratando de despertar una conciencia social y gubernamental para tomar medidas al respecto.

La ONU recalca la importancia de la educación como “componente fundamental” para luchar contra el CC, y hace un llamado a la creación de campañas educativas para activar a la población. Sin embargo, trasladar este tema a las aulas es una tarea difícil desde diversas perspectivas: institucional, curricular y por parte de los mismos docentes y alumnos. Numerosos artículos exploran cómo los métodos de enseñanza tradicionales y – en ocasiones – con una visión limitada de cómo tratar el CC, no consiguen despertar la conciencia e interés de los estudiantes; la complejidad del problema exige que se utilicen pedagogías que inviten a la reflexión, creatividad, cooperación y el debate de diversas estrategias y toma de acciones para enfrentarse a él (Stevenson, Nicholls y Whitehouse, 2017, 68).

Estas dificultades se hacen más evidente en el aula de lenguas extranjeras, donde con frecuencia contenidos de valor sociocultural se utilizan como meros “conductores” para practicar estructuras lingüísticas. Aunque la maestría de las destrezas lingüísticas sea el objetivo principal de la enseñanza de lenguas extranjeras, no significa que no se puedan –y deban– tratar de inculcar valores sociales de diversa índole a la par que los estudiantes aprenden la lengua meta. Sin embargo, no podemos negar que tanto en la enseñanza de idiomas como en otras especialidades deben introducirse nuevos métodos y recursos educativos que afloren el interés y la motivación de los estudiantes para poder tratar el tema de manera eficiente. A lo largo de este artículo exploraré por qué los métodos tradicionales están fallando e introduciré tanto una serie de recursos para introducir el CC en el aula de lenguas, como una propuesta metodológica centrada en el uso de “apps” y redes sociales a través del aprendizaje basado en proyectos para conseguir trabajar de manera eficaz y motivadora el cambio climático en el aula de español como lengua extranjera.

Figura 1. ABP, recuperado de https://www.aulaplaneta.com/2015/02/04/infografias/el-aprendizaje-basado-en-proyectos/

 

Cambio climático en la enseñanza

El Plan curricular del Instituto Cervantes (1994) hace referencia al cambio climático en dos secciones: el punto 20.7 de Nociones específicas – Problemas medioambientales y desastres naturales – y el 1.14 de Saberes y comportamientos socioculturales – Ecología y medioambiente; aspectos que solo se tratan a partir del nivel B1. En estos apartados se recogen una serie de expresiones relacionadas con el medioambiente que si bien son conocimientos lingüísticos que el estudiante debería manejar para tratar el tema eficazmente, muchas veces son usados como una invitación a hacer que el alumno memorice vocabulario sin llegar, en realidad, a ponerlo en uso significativo de la lengua.  No es de extrañar, pues, que temas como el CC tiendan a ser introducidos en el aula de manera transversal, bien como excusa para tratar determinados contenidos gramaticales – especialmente en los niveles más bajos – o para practicar la destreza oral por medio de debates o mesas de conversación.  

No podemos obviar que, aunque útiles a la hora de practicar la lengua extranjera (LE), estos métodos pueden acarrear desventajas muchas veces relacionadas, por un lado con la ausencia de un uso significativo de la LE, y por otro, con la falta de interés o información de estudiantes – y profesores – sobre los temas. En el caso del CC, “los contenidos educativos se presentan con frecuencia con unos niveles de abstracción y descontextualización muy elevados” (Heras, 2015), lo que muchas veces conlleva una desvinculación entre la información científica que los estudiantes reciben y su vida y acciones cotidianas. De esta manera, aunque estén informados de los datos – y, en añadidura, en el caso del aula de LE conozcan el léxico necesario para poder hablar sobre ellos –, muchas veces podrían no ser capaces de verse vinculados de manera personal con los contenidos, desembocando en una gran desmotivación.

Cuando tratamos el CC en el aula podemos enfrentarnos  a una falta de conciliación entre el objeto de estudio y la realidad en la que el alumno se sitúa a sí mismo, y desconfianza ante la “utilidad” de tratar este tema en el aula. González (2012) sugiere una serie de puntos para explicar este déficit informativo y de interés, incluyendo la falta de creencia en que las acciones personales de los individuos tengan alguna eficacia, una desconexión entre el cambio climático y las acciones cotidianas, o fe en que el gobierno y los científicos se encargarán del problema antes de que sea demasiado tarde. A causa de estos – y otros – factores, la motivación en el aula podría descender y afectar a los resultados educativos en las sesiones dedicadas al tema.

Esta situación podría empeorar si además nos situamos en el aula de LE, donde a veces el único objetivo de introducir este contenido es la mejora de las destrezas lingüísticas, con una ausencia casi absoluta de interés por promocionar un cambio en las actitudes, valores o creencias de los estudiantes respecto al tema en sí. Claro está, que nuestra principal meta como docentes de LE es que los alumnos lleguen a dominar dicha lengua, siendo capaces de utilizar eficazmente las destrezas lingüísticas y, en especial, poder comunicarse en la lengua objeto. Sin embargo, esto no significa que nuestra clase no pueda servir para enseñar otros contenidos de carácter no-lingüístico, en este caso, de valor social; ni que no se puedan recurrir a estrategias de enseñanza en las que la lengua se aprenda de manera implícita o a la par que el estudiante pone parte del foco de atención en otros dominios.

Es aquí donde algunos métodos de enseñanza más actuales como el flipped clasroom o el aprendizaje basado en proyectos (ABP) nos podrían ayudar a aumentar el interés y la motivación en el aula, así como el uso de tecnología y nuevos recursos multimedia como pueden ser aplicaciones móviles, redes sociales, etc.

 

Recursos web para introducir el CC en el aula

Las Naciones Unidas introducen en su web una sección dedicada a Objetivos de Desarrollo Sostenible[1] y numerosos recursos multimedia para trabajar los 17 objetivos aprobados en 2015 por la ONU para incrementar las labores por un desarrollo sostenible en ámbitos como salud, fin de la pobreza, igualdad de género… o el Objetivo 13 –que es además el “objetivo del mes” este octubre–, la Acción por el clima. Entre los numerosos recursos, incluyendo juegos y vídeos para los estudiantes, recetas de comida, consejos… podría ser de especial interés para introducir el CC en el aula de lengua extranjera la campaña Actúa Ahora y su chatbot, en los que entraré en detalle a continuación. Cabe resaltar, además, que la web de la ONU está disponible en los idiomas oficiales de la organización: inglés, francés, español, árabe, chino y ruso; lo que la hace ideal para poder trabajar con diversas lenguas meta.

Figura 2. Los 17 Objetivos por el Desarrollo Sostenible. Recuperado de http://onu.org.pe/ods/

 

Campaña Actúa Ahora

Como la propia web indica, se trata de una campaña que llama a las acciones individuales por parte de la población, centrándose predominantemente en cambios de consumo en diez áreas de atención, incluyendo moda, ahorro energético, consumo local o comidas sin carne.

La campaña se sirve de un chatbot que guía al usuario por cada uno de los 10 focos de atención, primero proporcionando información al respecto –textos breves y vídeos– y luego ofreciendo sugerencias y consejos para llevar a cabo una acción individual. Este chat se sirve de algunos elementos propios de los juegos como los puntos para motivar al usuario a participar en todas las distintas ramas de la campaña a diario.

En las siguientes imágenes se puede ver una “conversación” con el chatbot en la que el usuario elige conocer más y actuar en la sección “comidas sin carne”.

Figura 3. El chatbot inicia la conversación    Figura 4. Tras elegir la acción, el chatbot proporciona información al usuario

 

Breve introducción a la propuesta: #lunessincarne

Contexto: Universidad en España con alumnos de otras nacionalidades que se encuentren estudiando español en, al menos, un nivel B1. Sin embargo, esta propuesta sería fácilmente adaptable a otros contextos, ya se trate de otro país u otro nivel de educación. En esta propuesta se utilizará el ABP como método de aprendizaje, y está pensada para ser trabajada de manera colaborativa por los estudiantes tanto dentro como fuera del aula de ELE.

Objetivo: Despertar la conciencia climática tanto de los estudiantes de ELE como de la comunidad en la que residen por medio de un proyecto que propicie un cambio en las acciones diarias de ambos grupos, más específicamente, centrándonos en la acción “comidas sin carne” de la campaña Actúa Ahora. La meta será amplificar la propuesta #lunessincarne en otros miembros y comercios de su comunidad.

Recursos: El profesor señalará como base del proyecto cuatro recursos principales que los alumnos deberán utilizar: la web de las Naciones Unidad, la web de la campaña Lunes Sin Carne[1], la aplicación TripAdvisor e Instagram. Los estudiantes tendrán libertad para utilizar otros recursos, así como materiales multimedia. A su vez, los estudiantes deberán completar un diario en el que irán reflexionando tanto sobre la evolución de su proyecto como los componentes lingüísticos de la lengua meta que están poniendo en uso para completarlo.

Proceso: Tras haber conseguido información inicial sobre el Cambio Climático y la relación entre este y el consumo de carne de las webs de Naciones Unidas y Lunes Sin Carne, los estudiantes se valdrán de la aplicación de TripAdvisor[2] para conseguir información sobre los distintos restaurantes en su ciudad. Se valdrán de Instagram para hacer llegar su proyecto a otros miembros de la comunidad. A su vez, pondrán en práctica diversas destrezas lingüísticas por medio de escribir cartas, emails y posts en las redes sociales, hablar con personas en su grupo y en su comunidad, grabar vídeos…

  1. Realizarán una lista de restaurantes vegetarianos y veganos.
  2. Explorarán la lista de los 10 restaurantes más populares y, valiéndose de Internet o visitándolos en persona, anotarán el número de opciones vegetarianas y veganas en estos.
  3. Escribirán a dichos restaurantes sugiriendo que introduzcan la iniciativa Lunes Sin Carne una vez al mes para fomentar la lucha contra el CC. También podrán ponerse en contacto con las cantinas universitarias u otras cafeterías de su comunidad.
  4. Crearán un perfil en Instagram y se valdrán del hashtag #lunessincarne para explicar el objetivo de su proyecto y hacerlo llegar a más usuarios de las redes.
  5. Podrán ponerse en contacto con distintos medios, redes sociales…para hacer llegar la campaña a más personas. Podrán ponerse en contacto con diversos organismos de su universidad para sugerir una colaboración.
  6. Se valdrán de los diversos recursos de la red social –vídeos, “historias,” fotos…– para transmitir su mensaje.
  7. Buscarán, redactarán o incluso idearán recetas sin carne que podrán compartir con su comunidad.

Al terminar el proyecto, idealmente los estudiantes habrán conseguido asimilar una serie de valores y actitudes respecto a la relación carne–cambio climático; habrán transmitido además dichos valores a distintos miembros, organismos y comercios de su ciudad; quizás habrán conseguido que alguno de los comercios con los que se han puesto en contacto apoyen la iniciativa Lunes Sin Carne; habrán puesto en uso las cuatro destrezas lingüísticas de la lengua meta y se habrán servido de distintos medios audiovisuales y recursos TIC para hacer un uso real e interactivo de la lengua.

 

Referencias

González Gaudiano, E. (2012). La representación social del cambio climático: Una revisión internacional. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 17(55), 1035-1062.

Guardian News (2019, 23 sep.). World leaders attend 2019 UN climate action summit [archivo de vídeo]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=twamPVKIHVo

Heras Hernández, F. (2015). La educación en tiempos de cambio climático: Facilitar el aprendizaje para construir una cultura de cuidado del clima. MÈTODE Science Studies Journal, 85, 57-63. doi:10.7203/metode.85.4220

Instituto Cervantes (1994). Plan curricular del Instituto Cervantes. Madrid, Instituto Cervantes.

Stevenson, R., Nicholls, J. y Whitehouse, H. (2017). What Is Climate Change Education? Curriculum Perspectives, 37(1), 67-71. doi: 10.1007/s41297-017-0015-9

 

[1] Campaña Lunes Sin Carne www.lunessincarne.net

[2] Esta app permite seleccionar el idioma, por lo que destaca sobre otras aplicaciones para enseñar lengua extranjera

 

[1] Recuperado de https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/

1
“¿Te ha parecido interesante este artículo? ¡Dale a me gusta!