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Aprendiendo a responder a los cambios en el contexto social y a la incertidumbre. Propuesta de un modelo docente transformador.

Aida Pereira Fernández

Publicado el 23/10/2021 17:10

  1. Introducción

Los asuntos pedagógicos tradicionalmente en nuestro país han sido muy cuestionados por las distintas fuerzas políticas. Las leyes educativas han sufrido modificaciones constantes en las últimas décadas, ya que cada nuevo gobierno se ha centrado en cambiar lo que había implantado el anterior. Esto conlleva que casi no se haya podido evaluar los elementos que se integraban, provocando un vaivén de la didáctica tanto para el profesorado como para el alumnado.

A menudo se modifica la forma de evaluar, el currículo, los contenidos, las materias, etc. Sin embargo, no se suele abordar de manera directa los modelos de intervención educativa, especialmente en las etapas de secundaria y formación profesional. Los modelos de intervención educativa suponen una herramienta fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que contiene aspectos tan importantes como la respuesta ante las necesidades específicas, características y motivaciones de los alumnos, es decir, ante la diversidad del aula.

En este trabajo, realizamos un recorrido por los distintos modelos docentes: academicista, conductista, humanista, cognitivista o constructivista y crítico o socio-crítico. Analizamos las características de cada uno y también hacemos una revisión de un sexto modelo docente. Se trata de una propuesta de los autores Domínguez-Fernández, Prieto-Jiménez y Puscas (2020) y que llaman modelo de ciudadanía crítica e inclusiva.

 

El indagar acerca de los modelos docentes, nos ayuda, por un lado, a analizar la evolución en materia de estrategias y metodología didáctica y las tendencias para mejorar la atención la diversidad. Por otro lado, nos permite plantear una propuesta de modelo docente que consideramos que se ajusta al contexto y grupos destinatarios actuales. Por ello, lo que proponemos es un cambio de paradigma que tiene en cuenta tanto el contexto actual, como las características y necesidades del colectivo juvenil y cuyas acciones educativas se enfocan hacia la inclusión social e impulso del desarrollo integral del alumnado.

 

  1. Análisis de los modelos docentes

 

Tabla 1

Los modelos docentes y sus principales características

Nota. Domínguez-Fernández, Prieto-Jiménez y Puscas (2020). Elaboración propia.

 

  1. Propuesta de un nuevo modelo docente: el modelo transformador. Aprender a responder

El modelo que proponemos supone una mezcla de características de los distintos modelos docentes.

Proponemos un modelo transformador de intervención educativa que rompa con las ideas más tradicionales de la educación; clases magistrales, grupos homogéneos, el docente como única fuente de información, etc. La mayoría de estos modelos no consideraban el contexto y tampoco tenían en cuenta las características individuales del alumnado. Por tanto, no abordaban la diversidad del aula.

En el modelo transformador, el grupo son personas individuales con características personales, necesidades, motivaciones e intereses propios. Al igual que en el modelo socio-crítico, consideramos el grupo como el eje principal de currículo.

La dimensión que proponemos es la de aprender a responder.

 

  • Contextualización del modelo transformador

En el contexto actual vivimos una situación de pandemia mundial que aumenta aún más las desigualdades sociales y que, por ende, pone en riesgo de vulnerabilidad a personas que hace escasamente un año no reunían factores de riesgo.

Pereira (2017), siguiendo las aportaciones de Jurado, Pérez y Olmos (2015), identifica cinco dimensiones de factores de riesgo que pueden conducir a las personas a una situación de vulnerabilidad. Algunas de esas dimensiones se han visto alteradas a raíz de la Covid-19. De este modo, ampliamos los factores de riesgo de cada una de esas dimensiones.

Tabla 2

Dimensiones y factores de riesgo de vulnerabilidad

Nota. Elaboración propia.

 

Considerando lo anterior, pensamos que, desde el centro de formación, es fundamental tener en cuenta todas esas dimensiones sociales para adaptar el proceso de enseñanza-aprendizaje a las características y necesidades del grupo. En este sentido, entendemos la intervención educativa, ya sea en el ámbito formal, no formal o informal, como una herramienta de lucha contra las desigualdades sociales y la exclusión.

 

  • Elementos y características del modelo transformador

El proceso de aprendizaje en el modelo transformador está enfocado hacia el desarrollo integral del alumnado, en todas las dimensiones que rodean a la persona. Además, pretende la búsqueda de la autonomía personal y el desarrollo de competencias para dar respuesta a las necesidades y resolver problemas que surgen debido al dinamismo del contexto social y del mercado de trabajo.  No solo hay que aprender a responder a los cambios sociales sino también a la incertidumbre. En este sentido, se trabaja la resiliencia, la transición digital y la sostenibilidad como aspectos fundamentales en el entorno educativo.

Paralelamente, en este modelo docente no obviamos el contexto social en el que se desarrolla el alumnado. Consideramos que la comunidad educativa va más allá del centro de enseñanza, siendo necesario el trabajo colaborativo con diferentes sectores como las empresas de prácticas, las familias, el vecindario, etc. En este sentido, pensamos que el proceso enseñanza-aprendizaje no es exclusivamente responsabilidad de los docentes.

El rol del alumnado, en este caso, deber ser activo y participativo, tomando consciencia de su propio proceso de aprendizaje, favoreciendo la actitud crítica y el empoderamiento personal. Como decíamos, el grupo es el eje principal del currículo. Defendemos la idea de que los grupos de alumnado no son homogéneos y, por ello, es fundamental adaptarse a la diversidad del aula.  Por tanto, consideramos que el currículo y cada una de las actividades tienen que programarse o adaptarse a posteriori de un diagnóstico inicial del grupo destinatario, e ir evaluándose de manera continua, flexibilizando de este modo el proceso de aprendizaje.

En línea con lo anterior, la flexibilidad cobra un sentido importante dentro del rol del profesor. Consideramos que es importante adaptar el proceso de enseñanza a la dinámica y al momento de la sesión.

El docente asume el rol de facilitador del proceso de aprendizaje y es una figura de apoyo y referencia para el alumnado y su familia. También es un dinamizador y orientador. Además, en nuestra opinión, el docente es un agente activo en el proceso educativo.

Respecto al proceso de comunicación, concebimos el intercambio de conocimientos y experiencias propias entre el alumnado (también entre alumnado y docente) como un elemento enriquecedor y de construcción del aprendizaje común. Esto también permite construir lazos de conexión en el grupo, sentido de pertenencia y favorece el trabajo en equipo y cooperativo. En esta línea, la comunicación es bidireccional.

La tutoría es una herramienta de evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje tanto a nivel grupal como individual. Asimismo, puede servir como prevención y análisis de conflictos o de necesidades concretas y/o especiales del alumnado. Por esos motivos, la tutoría no es algo que consideremos a posteriori del fracaso escolar y como un elemento paliativo. De este modo, debe ser contemplada desde la perspectiva de la prevención e intervención del fracaso escolar y abandono escolar.

En cuanto a los objetivos del currículo, en el modelo transformador tenemos en cuenta que el objetivo general de la educación es la inclusión social y lucha por las desigualdades sociales. Por ello, los objetivos serán el desarrollo de competencias, actitudes y habilidades que favorezcan la inclusión social del alumnado. Además, como decíamos anteriormente, deben tener como fin último el empoderamiento de la persona y destreza para adaptarse a los continuos y rápidos cambios sociales y a la incertidumbre. En este sentido, estamos de acuerdo con los fundamentos del modelo de ciudadanía crítica inclusiva.

Los contenidos son un instrumento para la construcción del conocimiento común e individual. Deben de estar orientados a la transmisión de valores como la igualdad, la paz, la equidad, el respeto, la justicia, etc. Por tanto, los contenidos son una herramienta de concienciación sobre las desigualdades y de lucha para la inclusión social de las personas. No se basa solo en aprender contenidos teóricos sobre distintas materias, sino que tienen que servir al alumnado como ciudadano. Por ese motivo, los contenidos están basados en el principio de aprendizaje significativo y constructivo.

La metodología que proponemos se basa en actividades como las dinámicas de grupo, debates de discusión y actividades de trabajo en equipo. Siguiendo, de este modo, las ideas de los modelos humanista y cognitivista.

En cuanto a los recursos educativos, se hace inminente la necesidad de incluir recursos digitales que no sólo se adaptan al contexto global y de digitalización en el que vivimos, sino que además atrae la atención del alumnado. Es importante, en este sentido, abordar la competencia digital y enseñar a utilizar esos recursos tecnológicos. Además de recursos básicos como la plataforma virtual del centro, el correo electrónico corporativo, el proyector de clase, etc., es primordial añadir otros recursos dependiendo de la finalidad de la tarea o actividad.

La evaluación se centraría en evaluar el desarrollo de las competencias y habilidades necesarias para responder a los cambios, la incertidumbre y para la resolución de conflictos. También se evaluaría la participación activa y el trabajo grupal.

 

  1. Conclusiones

El contexto social se transforma se forma acelerada y la escuela es un espacio que tienen que considerar esos continuos cambios para facilitar un proceso de aprendizaje con garantías de éxito y calidad.

Si analizamos los distintos modelos de intervención didáctica podemos observar que la mayoría de ellos no tienen en cuenta el contexto, ni mucho menos las características y necesidades del grupo destinatario, ya que lo considera un grupo homogéneo. No es hasta la aparición del modelo sociocrítico cuando se empieza a considerar al alumnado como personas diferenciadas. En ese sentido, no atendían a la diversidad del aula y, por ende, no adaptaban el proceso de aprendizaje a las características y necesidades del alumnado. Nosotros con nuestra propuesta del modelo transformador damos un paso más allá, puesto que no solo contemplamos al alumnado como un grupo heterogéneo, sino que planteamos un modelo de intervención didáctica integral que tenga en cuenta todas las dimensiones que rodean al alumnado.

Para atender a la diversidad de forma integral consideramos que la educación debe ser extendida más allá de la escuela e implicar a distintos agentes, como son las familias, el vecindario, las instituciones, etc. Asimismo, es necesario que haya un equipo multidisciplinar en los centros educativos con figuras como Psicólogos y Educadores Sociales, entre otras.

La dimensión de aprender a responder consideramos que es fundamental dado que el contexto social se transforma constantemente y es necesario educar a alumnos en competencias para poder responder a los cambios y a la incertidumbre mediante la resiliencia. Trabajando también la transformación digital y la sostenibilidad. Se trata no solo de formar a alumnos en contenidos teóricos sobre distintas materias, sino también en competencias personales y sociales, así como valores para ser ciudadanos activos y participativos, buscando la inclusión social y, por ende, tratando de mejorar la calidad de vida del alumnado.

 

  1. Bibliografía

Domínguez-Fernández, G., Prieto-Jiménez, Puscas, E., C. (2020). Modelos de intervención educativa: diferentes herramientas para responder a la diversidad. En Delgado, C., Aragón, E. y Navarro, J.I. (in press), Familia y Escuela: Manual teórico-práctico para docentes. España: Aula Magna. Proyecto clave McGraw Hill. Capítulo 9.

Pereira, A. (2017). La orientación profesional desde el enfoque de la Educación Social, un modelo integral de intervención. RES. Revista de Educación Social, VII Congreso de Educación Social. Sevilla, abril 2016 (24), 622-630. Recuperado de https://eduso.net/res/wp-content/uploads/documentos/992.pdf

 

 

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