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Causas del estrés en niños/as y posibles alternativas

Mónica Aguilera

Publicado el 19/11/2020 13:11

El estrés que presentan algunos niños/as no siempre es fácil de reconocer. Existen ciertos rasgos como son los cambios a corto plazo en la conducta, como por ejemplo cambios de humor, el mal comportamiento, el cambio en los patrones del sueño u orinarse en la cama que pueden indicarnos que el niños/a presenta estrés. También, existen niños/as que experimentan efectos físicos, como pueden ser dolores de estómago y dolores de cabeza. Otros presentan problemas para concentrarse o concluir la tarea escolar o incluso se abstraen o pasan mucho tiempo solos/as.

Lo cierto es que los niños/as afrontan horarios llenos de actividades y no tienen tiempo para descansar y para jugar, algo que es esencial para su correcto desarrollo. Asisten temprano al colegio, posteriormente van a extraescolares, hacen deberes, estudian, cenan y se acuestan. Y si además se le añade un posible problema de aprendizaje, el estrés sale a flote. Si bien es cierto que no solo los horarios son los que causan estrés a los niños/as, también la presión y exigencia de sus padres, profesores y la suya propia junto a las características personales y de autoestima de los mismos, dan lugar a situaciones estresantes para las cuales muchos niños/as no tienen estrategias ni herramientas de afrontamiento.

Por lo que se plantea la pregunta de ¿cómo pueden enfrentarse al estrés? Pues bien, se puede afirmar que el descanso apropiado, la nutrición correcta y una buena crianza, pueden incrementar las habilidades para enfrentar las situaciones estresantes. Otra de las opciones para regular el estrés es la lectura de libros ya que pueden ayudar a que los niños/as más pequeños/as se identifiquen con los personajes que atraviesan situaciones estresantes y vean cómo las enfrentan.

Es importante ayudar al niño/a a que se enfrente al estrés hablando sobre sus posibles causas. Se pueden proponer algunas soluciones, como reducir las actividades después de la escuela, pasar más tiempo hablando con los padres o los maestros, formular un régimen de ejercicios o llevar un diario.

Ante el estrés, los docentes tienen una labor fundamental como es identificar las conductas ansiosas para que de este modo se pueda prevenir que los niveles de ansiedad en el alumnado aumenten y no desemboque en un trastorno.

Hay que recordar que cierto nivel de estrés es normal, y hacerles saber a los niños/as que está bien sentir enfado, temor, soledad o ansiedad y que otras personas comparten esos sentimientos. Pero si existe cualquier cambio en la conducta que persiste, y si el estrés causa ansiedad grave o si la conducta genera problemas significativos en el funcionamiento en la escuela o el hogar, se debe buscar atención profesional.

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