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Código Morse: herramienta potenciadora de la destreza óculo manual

Rafael Garcia

Publicado el 26/10/2018 11:10

Resulta innegable afirmar que las tecnologías en el aula avanzan a pasos agigantados día a día, que han llegado para quedarse trayendo consigo numerosos beneficios que nos ayuda a ser más productivos y a optimizar mejor el tiempo. Estas mejoras en la vida cotidiana y profesional nos ciega ante cuestiones que la nueva tecnología digital ha ido borrando de nuestras memorias e incluso de nuestro conocimiento. Estoy convencido de que actualmente somos menos ingeniosos a la hora de poner solución a un problema porque nos estamos acostumbrando al acceso a internet para la obtención de una solución rápida y fácil, lo que también nos merma la paciencia.

Ya nadie memoriza un número de teléfono porque el móvil lo hace por nosotros, ni buscamos entre las páginas de una enciclopedia por orden alfabético porque para eso está wikipedia. El aprendizaje ha cambiado en consecuencia a la aparición de las nuevas herramientas virtuales, y con ello también se amplía el abanico de contenidos a enseñar (aunque no todos sean formalmente curriculares). Se dice que cualquier smartphone de gama media tiene más tecnología en su interior que la que fue necesaria para enviar al hombre a la luna... y no nos detenemos a pensar en la magnitud que ello encierra.

El avance de la tecnología ha hecho que herramientas antaño útiles caigan en el olvido para siempre, recordándolas a veces como cuestiones anecdóticas y curiosas aparentemente sin utilidad en nuestros días, aunque si tiramos de imaginativa podemos llegar a sorprendernos a nosotros mismos.

Uno de estos casos es el Código Morse y su típica palanca de telegrafista. Esta codificación del alfabeto fue creada a partir de impulsos eléctricos cortos y largos en el tiempo (puntos y rayas) para crear letras y con ellas palabras. He organizado esta herramienta para trabajarla desde dos puntos de vista y con propósitos diferentes aunque ambos enfocados a la educación. Como docentes (sobre todo los de ciencias) tenemos que crear en el alumno un espíritu crítico e inquieto que logre ver hasta dónde es capaz de llegar la mente humana en su afán de mejorar día a día lo que ya ha creado ella misma, y estoy convencido que esta es una oportunidad para ello, debatir el cambio tecnológico en las telecomunicaciones experimentado en el ámbito científico en menos de 200 años. Es más, podemos remontarnos más atrás en el tiempo e ir analizando los diferentes medios que el hombre ha empleado para comunicarse en la distancia, desde las señales de humo hasta internet. Proyectos como este podrían hacerse en cartulina para exponer en clase, en iPads o entornos digitales, trabajando así la competencia digital de forma explícitamente directa.

Al fin y al cabo los alumnos deben verse como lo que son, personas que en el futuro, previa formación, tendrán la posibilidad de aportar su granito de arena en pro a producir algo para vivir en un mundo mejor. Aquí tratamos directamente el hecho de que el alumno no se vea como un elemento pasivo en la vida, por lo que reforzamos su autoestima al hacerle ver que todos tenemos algo que aportar a la sociedad.

Por otro lado, si nos adentramos en el reto de la enseñanza y aprendizaje del código morse a nuestros alumnos debemos saber que esto implica numerosas ventajas, sobre todo en el mecanismo de aprendizaje. El método más empleado para memorizar este código, a grosso modo, es una regla nemotécnica que consiste en memorizar unas palabras clave, empezando cada una por la letra en morse que se quiere memorizar. Para entender cómo se escribe cada letra solo se tienen en cuenta las vocales de esas palabras clave, las cuales se sustituyen por puntos a excepción de la o que sería una raya. De este modo, si se quiere memorizar en morse la letra V se memoriza la palabra "ventilador". Esta palabra tiene las vocales e, i, a, o. Se sustituyen por puntos todas las vocales menos la o que siempre es una raya, por lo que tendríamos...- , V en morse.

Con respecto a la sincronización del tiempo de puntos y rayas hay que tener en cuenta, según wikipedia, lo siguiente: "La duración del punto es la mínima posible. Una raya tiene una duración de aproximadamente tres veces la del punto. Entre cada par de símbolos de una misma letra existe una ausencia de señal con duración aproximada a la de un punto. Entre las letras de una misma palabra, la ausencia es de aproximadamente tres puntos. Para la separación de palabras transmitidas el tiempo es de aproximadamente tres veces el de la raya."

En este proceso la memoria funciona directamente y tras haber sido aprendido todo el código sigue en funcionamiento al tener que relacionar la letra con la palabra previamente memorizada para recordar la codificación de la letra en cuestión.

Habiendo tratado esta ventaja del aprendizaje podemos hacer un pequeño proyecto en clase para construir un generador de código morse usando simplemente una pila, una bombilla y un pulsador. Es interesante organizar pequeños retos, aunque sea con un folio con el código impreso que sirva como ayuda, pues la finalidad es divertir a los alumnos y ver su destreza óculo manual al tener que leer y escribir en el generador morse diferentes palabras, viendo posibles necesidades de motricidad fina por adelantado y trabajando las mismas en el caso de seguir practicando. A la vez que el alumno está jugando y divirtiéndose con el código nosotros como docentes podemos extraer mucha información del pequeño, sin necesidad de tenerlo que sacar de clase para hacer otros test diagnósticos.

A medida que se fuese trabajando en este aspecto (una vez por semana) se iría aumentando la dificultad de las palabras a escribir y consecuentemente mejoraría este aspecto en los alumnos, a la vez que podemos ir enseñándole curiosidades sobre la invención de este artefacto o sobre las telecomunicaciones en general, por supuesto adaptado a las edades de los alumnos. La paciencia también se ve trabajada en este aspecto, ya que al principio es difícil obtener el tacto adecuado para según que letras y lograr hacer pulsaciones cortas y largas.

En la actualidad somos tan prisioneros y víctimas de las nuevas tecnologías que estas no nos dejan ver las utilidades que tienen las que ya quedaron en desuso. Conviene a veces trastear en el baúl de la memoria para retomar estos instrumentos y darle un uso elegante en la vida diaria tal y como puede ser la enseñanza a nuestro futuro.

Estas son varias ideas de las muchas que se pueden llevar a cabo en las aulas de mano del código morse y la encriptación en general, el límite lo pone la imaginación, y como docentes vocacionales sabemos que la nuestra es casi infinita.

 

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