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Coeducar en el segundo ciclo de Educación Infantil

Yolanda Rodríguez Marín

Publicado el 23/10/2018 19:10

 

INTRODUCCIÓN

La ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), recoge que “equidad y calidad son dos caras de una misma moneda. No es imaginable un sistema educativo de calidad en el que no sea una prioridad eliminar cualquier atisbo de desigualdad” (LOMCE, 2013, p. 97860). En este sentido, y de acuerdo con autores Martí, Montero y Sánchez (2018), la escuela posee una función social fundamental, actuando como transmisor cultural y preparando a los ciudadanos para que puedan participar activamente en sociedad. El colegio, se convierte, por tanto, en un ambiente reproductor y regulador de las conductas.

De acuerdo con autoras como Rodríguez (2016), la educación es la base de toda actuación y pensamiento, por lo que resulta de vital importancia contar en los centros educativos con una metodología coeducadora en la que no tenga cabida la discriminación por razón de sexo o género.

 

APROXIMACIÓN CONCEPTUAL

La coeducación consiste en “la transformación del modelo social sexista, dicotómico, jerarquizado e injusto, en un modelo que supera los estereotipos de género y asume los valores de no exclusión y de equivalencia en las personas diferentes” (Alonso del Pozo, 2005, p. 29). Coeducar implica contar con una didáctica y un ambiente igualitarios, en el que los niños y niñas sí sean iguales, poniendo en práctica una metodología inclusiva exenta de valores patriarcales.

 

LA COEDUCACIÓN EN EL SEGUNDO CICLO DE LA EDUCACIÓN INFANTIL

El segundo ciclo de Educación Infantil constituye una etapa fundamental en el desarrollo de la personalidad del alumnado, así como un momento clave en la adquisición de su identidad personal y de género. En este sentido, autores como Argos y Sáinz (2005), señalan que “es la etapa más importante de nuestro desarrollo como personas” (p. 11). En este período, se produce un desarrollo psicoevolutivo enorme, donde los niños y las niñas adquieren conductas que pueden permanecer durante toda la vida, por lo que incidir en estos aspectos puede reducir el grado de discriminación sexista presente en la sociedad del futuro.

 

IMPLICACIÓN CURRICULAR

El currículo de Educación Infantil, recogido en el Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, expone las necesidades educativas que deben cubrirse a lo largo del segundo ciclo. De este modo, y dado al carácter globalizador de la etapa, la coeducación impregnará todos los procesos educativos. Además, la igualdad de oportunidades entre los sexos forma parte de los contenidos transversales de la educación. Por lo tanto, en mayor o menor medida, coeducar en el aula contribuirá a la consecución todos los objetivos generales de la etapa. Veamos, de acuerdo con el estudio de Rodríguez (2016), estas capacidades desde la perspectiva de género:

 

  1. Conocer su propio cuerpo y el de los otros, sus posibilidades de acción y aprender a respetar las diferencias.

Resulta imprescindible que el alumnado conozca las características de los sexos, de modo que pueda hacer comparaciones, ver similitudes y aprender a respetar las diferencias. Así como inculcar la confianza en sí mismo, promoviendo una autoestima y un autoconcepto adecuado, independientemente de los valores femeninos y masculinos que la sociedad asigna a cada sexo.

 

  1. Observar su entorno familiar, natural y social.

Los niños y las niñas aprenden, por imitación. Son parte del entorno en el que viven, de modo que adquieren actitudes de las personas que les rodean. Mostrar al alumnado una sociedad democrática y libre de discriminación, será imprescindible para evitar futuros comportamientos sexistas.

 

  1. Adquirir progresivamente autonomía en sus actividades habituales.

De acuerdo con autores como Chicano (2008), enseñar a las niñas y los niños a ser autónomos, les hace adquirir competencias para ser autosuficiente y no depender de los demás, eliminando el patrón androcéntrico de que la mujer debe depender del varón y de que el hombre tiene responsabilidad de cuidar y proteger a las personas del sexo contrario.

 

  1. Relacionarse con los demás y adquirir progresivamente pautas elementales de convivencia y relación social, así como ejercitarse en la resolución pacífica de conflictos.

Adquirir habilidades para convivir de forma pacífica, así como aprender pautas de relación social, resulta imprescindible para fomentar una personalidad tolerante y afectiva, en el que se respeten todas las preferencias, las formas de ser y de actuar.

 

  1. Desarrollar habilidades comunicativas en diferentes lenguajes y formas de expresión.

Para que las personas se encuentren cómodas, deben sentir que forman parte del ambiente y, en ocasiones y generalmente sin pretenderlo, llevamos a cabo un lenguaje sexista en el que suprimimos a una parte del colectivo.

 

  1. Iniciarse en las habilidades lógico-matemáticas, en la lecto-escritura y en el movimiento, en el gesto y en el ritmo.

De acuerdo con Rodríguez, “estos ámbitos pueden y deben utilizarse en las aulas para elevar a las mujeres al plano de igualdad que les corresponde” (2016, p. 143).

 

¡MANOS A LA OBRA!

Quizás, por la controversia de la temática, solemos pensar que el alumnado de Educación Infantil no está madurativamente preparado para comprender este tipo de aprendizajes. Sin embargo, constituyen un grupo social destacable, pues qué mejor que comenzar a instaurar una sociedad igualitaria desde la más tierna infancia, de modo que se conviertan en actitudes perpetuas.

 

LA ASAMBLEA Y LA COEDUCACIÓN

La asamblea es una de las partes más importantes de la Educación Infantil, pues en ella se adquieren diariamente rutinas básicas, se explican las normas, las tareas que realizaremos a lo largo del día y, no menos importante, el alumnado se siente el protagonista. En este sentido, podremos proponer actividades como:

  • Pasamos lista: agrupar el alumnado que no asiste a clase por sexos, de modo que hagamos recuento de los niños que han faltado por un lado y de las niñas por otro. Esta actividad nos ayuda a que el alumnado comience a diferenciar las características físicas de los sexos, a utilizar un lenguaje que englobe a ambos y, a comenzar a comprender son iguales (van al colegio, se ponen malos, se van de viaje…).
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  • ¿Cómo me siento hoy?: la persona responsable de realizar las rutinas, deberá exponer cómo se siente cuando llega al colegio (alegre, triste, con cansancio…). Tras la jornada escolar, le volveremos a hacer la misma pregunta, para ver si sus sentimientos se han modificado durante el día. Con esta actividad, conseguiremos que niñas y niños, indistintamente, comiencen a expresar sus sentimientos, a regularlos y canalizarlos.
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  • Cosas sobre mí: pediremos a las familias que nos faciliten fotos de sus hijos e hijas desde que nacieron hasta el momento. Cuando les toque ser la persona responsable del día, les dejaremos esas fotos y tendrán que explicar qué podemos ver en ellas, cómo se sienten, cuál era su juguete favorito, cuál es ahora… De este modo, el alumnado podrá observar la diversidad comprendiendo que cada persona tiene gustos diferentes, que van evolucionando.

 

ACTIVIDADES EN GRAN GRUPO

Cuando trabajamos en grupo, podemos aprender cosas del resto de personas, así como abrir debates dirigidos que inviten al alumnado a resolver sus diferencias desde el diálogo. En este sentido, podemos llevar a cabo actividades como:

  • Panel del cariño: en el aula, tendemos un panel en el que pegaremos un sobre por cada alumno/a que ellos mismos habrán decorado libremente. En primer lugar, y antes de ponerle el nombre, podemos ver cuáles son los colores que predominan, los tipos de dibujos, la técnica que han utilizado… Trataremos de adivinar si ese sobre es de una niña o de un niño y pensaremos qué nos incita a decantarnos. Esos sobres podrán usarse diariamente para que el alumnado se deje notas de cariño, ánimo o para resolver algún conflicto.
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  • Juego por rincones: en el aula de Educación Infantil, solemos contar con rincones de juego. Para educar de forma coeducativa, deberemos revisar los materiales que estos contienen, de forma que no incurran en ningún atisbo de discriminación por razón de sexo o de género. Sobre todo, atenderemos al espacio del rincón simbólico. Procuraremos, que nuestro alumnado juegue en todos los espacios, pues las niñas suelen ocupar el rincón simbólico y los niños las construcciones.
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  • Biblioteca de aula y cuentacuentos: podemos tener cuentos coeducativos como: Lalo, el príncipe rosa, Rosa Caramelo, ¿Hay algo más aburrido que ser una princesa de color rosa?, Arturo y Clementina, Los príncipes azules destiñen, etc. Además, no solo debemos tener este tipo de literatura, sino también libros tradicionales que nos inviten a reflexionar y que podamos usar para modificar el carácter o el físico de los personajes.
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  • Mi juguete favorito: pediremos al alumnado que traiga su juguete favorito y haremos una exposición. Con esta actividad, no solo estimularemos el lenguaje oral y la afectividad, sino que también podemos hablar de si jugarían con el juguete que ha traído el compañero/a, si creen que hay juguetes que son específicos de niños o de niñas, etc.
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  • ¡De todos los colores!: repartiremos indiscriminadamente entre todo el alumnado, dibujos de niños y niñas diferentes. Tendrán que decorarlo como quieran, sin tener en cuenta los colores reales de las cosas (piel verde, pelo lila, ojos de fuego…). Luego los pegaremos en un gran mural en el aula y charlaremos sobre si alguna vez hemos visto a una persona diferente, haciendo hincapié en el respeto y la tolerancia. Señalaremos que hay aspectos de nuestro cuerpo que podemos cambiar, pero que hay otros que son por genética y que no podemos cambiarlo, por lo que no es susceptible de crítica.
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  • ¡Soy tu!: sacaremos fotos de todo el alumnado y las repartiremos de modo que cada niña tenga la foto de un niño y cada niño la de una niña. Deberemos usar la empatía para ponernos en el lugar de la otra persona. Con esta actividad, ayudaremos a que nuestro alumnado comprenda que el sexo de una persona no determina sus gustos, ni su forma de ser.

 

CONCLUSIÓN

Como vemos, es muy sencillo proponer actividades de índole coeducativa en el aula de Educación Infantil. Además, no es necesario que planteemos tareas que cumplan objetivos exclusivos de igualdad de sexo y género, sino que podemos aprovechar las tareas y situaciones diarias para tratar la temática.

En la sociedad actual, los niños y las niñas no están exentos de información acerca de las dificultades por las que pasan algunas mujeres o de las reivindicaciones feministas, pues aparecen por la televisión, la radio e incluso en las conversaciones familiares. En este sentido, resulta risible tratar de apartarles del tema, pues no haremos más que perpetuar el estereotipo y apoyar la discriminación. Nuestra tarea consiste en hacerles ver la necesidad de modificar ese tipo de comportamientos, pero siempre teniendo en cuenta las características psicoevolutivas del alumnado y su maduración. Adaptando los contenidos, la igualdad entre hombres y mujeres es una temática imprescindible en Educación Infantil pues, tal y como señalaba Pitágoras… “educad al niño y no será necesario castigar al hombre”[1].

 

BIBLIOGRAFÍA

ALONSO DEL POZO, A. (2005). Coeducación e Igualdad. Andalucía educativa (pp. 29-36).

ARGOS GONZÁLEZ, J., & SÁINZ HERNÁNDEZ, M.D. (2005). Educación Infantil: contenidos, procesos y experiencias. Madrid: Narcea

CHICANO JAVEGA, E. (2008). Autonomía y desarrollo personal, base para el desarrollo de la igualdad. CEE participación educativa, 47, 79-87.

INSTITUTO DE LA MUJER. (2009). Guía de Coeducación. Síntesis sobre la Educación para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres. Gobierno de España: Ministerio de Igualdad

MARTÍ CHÁVEZ, Y., MONTERO PADRÓN, B., y SÁNCHEZ GONZÁLES, K. (2018). La función social de la educación: referentes teóricos actuales. Revista Conrado,14(63), 259-267.

RODRÍGUEZ MARÍN, Y. (2016). La enseñanza y el aprendizaje de la coeducación en las aulas de Educación Infantil de la Región de Murcia. [tesis doctoral]. Murcia: Universidad de Murcia.

 

[1] Nota de la autora: la cita se recoge tal y como Pitágoras la recitó. Sin embargo, en ningún caso se entiende como la necesidad de educar en esta temática únicamente al niño, pues la discriminación y la desigualdad es cosa de hombres y mujeres, niños y niñas. Por lo que acojo esta cita tan ilustrativa atribuyendo a los términos “niño” y “hombre” el significado de persona.

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