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Como docentes, ¿hacia dónde vamos?

Esther Luna

Publicado el 17/03/2021 00:03

     

   Es a través de la educación como el individuo va adquiriendo cultura y conocimientos además de habilidades y competencias que le permitan convivir y desenvolverse como ciudadano en sociedad.

        Una sociedad en continuo avance hacía nuevos frentes y retos en muchos ámbitos pero concretamente, el que nos ocupa en estos momentos, son las TIC y su influencia en el sistema educativo como parte integrante del mismo.

       Para entender más esto hacemos alusión a una situación concreta. Las adversas circunstancias que como docentes nos hemos encontrado en este curso pasado 2019/2020 debido a la situación de Pandemia mundial que hemos vivido y que nos llevó a estar confinados y por lo tanto, dar un giro a nuestra manera de entender la educación presencial y tradicional que hasta esos momentos se seguía llevando a cabo en muchos centros educativos de nuestro país.

         Entre los días 11 y 12 de marzo de 2020 se clausuraron todos los centros educativos en España con el objetivo de frenar la rápida propagación del virus Covid-19 (Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19). A partir de aquí, es, cuando realmente, empezamos a darnos cuenta como docentes de los reales problemas a los que se enfrenta el sistema educativo español, esforzado a realizar cambios que le permitieran poder seguir llevando la práctica docente a los hogares de nuestro alumnado. Dando lugar a una "enseñanza remota de emergencia” (Hodges et al., 2020).

         Si toda esta situación se ha visto complicada para nuestros alumnos/as como docentes, más aún, ha sido difícil para aquellos alumnos/as que presentan necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE). Donde en su mayoría, se trabaja las áreas curriculares donde requieren más apoyo pero también, a través de Programas Específicos, se trabaja otros aspectos más concretos para el desarrollo personal y equilibrado de este tipo de alumnado.

            Esta situación real que estamos atravesando a nivel mundial nos lleva a replantearnos muchas cosas, pero considero que se nos está olvidando la más esencial. ¿Qué pasa con la gestión de emocional de nuestros alumnos/as ante todo esto? Cada niño/a esta gestionando sus circunstancias de una manera distinta porque cada cual está viviendo una situación. Familias que realmente lo están pasando mal económicamente, otros que han perdido un familiar a causa del Covid- 19, familias destrozadas o separadas tras los meses de confinamiento, etc. Son muchas y variadas las diferentes situaciones que como docentes nos encontramos en nuestras aulas y en cada uno de nuestros alumnos/as.

            Por ello, se me hace difícil entender como presumimos de ser una sociedad avanzada por dotar a nuestros centros de todos los posibles recursos y materiales en cuanto a TIC se refiere y paliar la “Brecha digital” que muchos centros encuentran. Pero sinceramente, opino de que nos sirve tanta tecnología, tantos recursos digitales, tantas plataformas y comunicación si en la realidad te encuentras con docentes que no saben manejar dichos recursos ni materiales, que hacen un uso deficitario de los mismos y que intentan paliar su falta de interés por aprender con la falta de tiempo.

            Considero que debería plantearse seriamente capacitar a todos los docentes de manera obligatoria en el uso y manejo de TIC no como algo adjunto para una posible situación de emergencia sino como algo que evoluciona en el tiempo y que nos incumbe a todos porque queramos o no, vivimos en la “Era Digital” con alumnos/as considerados “Nativos Digitales”. Y por ello necesitamos una "Alfabetización Digital".

           Aún así, y después de lo expuesto anteriormente, opino que todo ello debe de ser un material complementario a la enseñanza porque le estamos dando mucha importancia en dotar, tener, adquirir…. Pero se nos está pasando por alto lo mas importante: nuestros alumnos/as y cómo están, cómo han vivido la situación y cómo se están desarrollando. Porque ellos serán nuestras futuras generaciones y de nada nos sirve personas con mucha destreza digital cuando no saben gestionar sus emociones, cuando no saben reconocerse a sí mismos, no se entienden ni entienden su entorno, no se comunican con sus familiares realmente sino que mantienen relaciones superficiales donde las familias no comparten momentos significativos.

            Nos encontramos centros educativos con un número elevado de alumnos/as etiquetados con trastornos de conducta, hiperactivos, con falta de atención, baja autoestima, actitudes derrotistas, pesimistas…. Y la única solución que se le proporciona es la maestra de pedagogía terapéutica como recurso personal especializado. Lo cual le favorece considerablemente, pero no podemos como docentes escudarnos en no tener tiempo para más en nuestra carga lectiva, en que debemos cumplir unos objetivos, etc.

                                                                         ¿Qué es lo más importante?

             Si bien, no podemos dejar pasar por alto la gran importancia que tiene sobre nosotros como personas la educación y más aún, aquella educación que no solemos gestionar por falta de conocimientos al respecto y herramientas. Muchos centros educativos consideran que trabajar las emociones es un día concreto, un cuento o un momento. Pero, trabajar la personalidad del alumno/a, hacer personas humanas, solidarias, respetuosas, conscientes, seguras…. Es algo como los contenidos curriculares. Que debemos trabajar todos los días con pleno dominio y conocimiento.

             Estamos ayudando a crear futuros ciudadanos muy digitalizados pero con una gran pérdida de valores y sentido de amor y empatía hacía los demás.

           Los centros están llenos de alumnos/as que se pasan el día enganchados a los vídeo juegos, tablet, dispositivos móviles, etc. Y ahora, también buscamos llegar a ellos a través de tener nuestros centros dotados de TIC aunque sea con docentes sin preparación alguna al respecto. Porque lo que cuenta es poseer, adquirir y tener. No saber quién soy y hacia dónde voy.

              El sistema escolar falla porque millones de alumnos/as cuando llegan a secundaria pierden el poco interés que pudiera quedarle por aprender, no tienen curiosidad ni entusiasmo,  no saben qué hacer con sus vidas, no tienen relaciones sanas ni con sus amistades ni con sus parejas, se introducen en hábitos pocos saludables, abandonan los estudios….

              Todavía no hemos deducido que la educación emocional es parte fundamental del desarrollo integral de la persona y que es a partir de ahí, de estar bien y sano emocionalmente cuando los alumnos/as comienzan a establecer una serie de herramientas y recursos que le posibiliten afrontar los retos de su vida cotidiana de la mejor manera posible.

              En este avance desmesurado de las TIC podamos aprovecharlo como complemento a las áreas curriculares pero también, aprender a ir más allá, y trabajar aquellos aspectos que no se trabajan a veces, ni siquiera de manera presencial. Siendo considerados menos académicos, pero no menos importantes. Ya que en la mayoría de los casos, son el determinante a muchas actitudes, comportamientos y problemática de muchos de nuestros alumnos/as.

          Se ha comprobado como el control y la gestión emocional en las personas incrementa de manera considerable su capacidad de aprendizaje, mejora sus niveles de ajuste psicológico y bienestar emocional, mejora la salud tanto física como mental y aumenta el rendimiento académico. (Extremera & Fernández- Berrocal, 2004; Durlak et al. 2011; Martín Ramalho y Morín, 2010). Aún así, la educación que veníamos teniendo hasta ahora ha estado centrada en una mera transmisión de conocimientos, dejando al lado aspectos tan importantes como los emocionales, sociales, morales, etc. Negando así la importancia que estos merecen (Vives, 2008; Bisquerra el al. 2012; Bisquerra, 2016; Durlak et al.2011).

      Como señala Bisquerra y Hernández (2017) en la introducción a su artículo titulado “Psicología positiva, Educación emocional y el programa de aulas felices”. El bienestar interior de nuestros alumnos/as, debería ser la meta primordial que es el sistema educativo debería plantearse para crear ciudadanos coherentes con ellos mismos y preparados para poder avanzar en los demás aprendizajes.

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