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El comportamiento en niños y niñas adictos a las Nuevas Tecnologías

Paula Vivas Cano

Publicado el 31/10/2019 15:10

Las nuevas tecnologías han provocado un cambio muy notable en muchas de las sociedades del mundo actual. Hoy en día podemos hacer uso de las tecnologías en cualquier parte y a cualquier hora en la que nos encontremos. Estas sirven como instrumentos útiles para la vida cotidiana que se usan como medios que facilitan el flujo de información como Internet, televisores, smartphones, ordenadores portátiles, reproductores de audio, teléfonos móviles, tablets, y todos los aparatos tecnológicos que hayan cambiado y evolucionado y que sirven para producir, desarrollar y llevar a cabo la comunicación.

Como ya sabemos, la tecnología se ha convertido en una necesidad para todos, pero por primera vez en la vida, los niños y las niñas son nativos digitales, es decir, han nacido, crecido y se han desarrollado dentro de un contexto que los familiariza con la cultura de las nuevas tecnologías. Niños y niñas las utilizan para comunicarse, como fuente de información, y además, como entretenimiento y diversión. Por ejemplo, los chats se emplean como herramienta para tener conversaciones al momento, de forma fluida y rápida con los compañeros de clase, o los videojuegos, que proporcionan diversión, aprendizaje, relajación al final de la rutina diaria, incremento de los reflejos y atención, creatividad, etcétera. Las nuevas tecnologías se utilizan a diario en los colegios y las tareas escolares, y también en casa, formando parte de su día a día desde edades muy tempranas. Esto es destacable porque estamos en un mundo en el que los adultos utilizan los aparatos tecnológicos diariamente y muchos padres y madres incluyen nuevas tecnologías dentro de los primeros juguetes de sus hijos/as.

La cuestión es que, en esta etapa de crecimiento, estas herramientas pueden ser valiosas para fomentar el aprendizaje, pero su mal uso puede generar una serie de problemas. Es muy probable que se inicie a tener una adicción temprana a las tecnologías debido al entorno digital en el que interactúan los infantes. Esto es uno de los inconvenientes que nos podemos encontrar. Esta adicción se caracteriza por un uso abusivo de las nuevas TICs, como el móvil, Internet, redes sociales, videojuegos... afectando a todas las áreas de la vida del niño o la niña.

La adicción surge cuando un niño o niña necesita un estímulo para conseguir una sensación de bienestar y esto supone una dependencia mental y física frente a ese estímulo. Las nuevas tecnologías se caracterizan también por ocupar demasiado tiempo en sus vidas, lo cual conlleva una serie de consecuencias negativas que pueden producir desequilibrios en el niño/a que impiden su socialización y entorpecen su desarrollo.

Todo esto hace que en algunos casos, niños y niñas tengan dependencia a estas tecnologías y no sepan vivir sin ellas. Esto provoca una serie de comportamientos que, a veces, no son detectados por los padres, pero que luego, son conductas que, si se mantienen durante un largo periodo de tiempo, entorpecen el funcionamiento familiar y las relaciones sociales, ya que dejan de hacer otras actividades importantes para su desarrollo físico, social, emocional e intelectual.

Algunos comportamientos que pueden alertar de la presencia de la adicción infantil a las nuevas tecnologías son:

•    Falta de control y tolerancia al juego. Al niño/a le cuesta dejar de usar los dispositivos y cada vez necesita jugar más.
•    Pérdida de interés por todo lo demás. Sólo parece que se motivan con el uso de las nuevas tecnologías y el Internet.
•    Pensamiento contínuo de las nuevas TICs (obsesión). Sólo hablan de eso y del uso que hacen de ellas.
•    Influencia en las actitudes dentro de las relaciones familiares. Ya no pasan tanto tiempo con la familia.
•    Aparición de conflictos y peleas (abstinencia). Los niños y niñas se vuelven irascibles y cualquier cosa que se hable que esté relacionada con las tecnologías puede desembocar en malas contestaciones.
•    Decir mentiras para usar los dispositivos.
•    Trastorno del sueño.
•    No respetan los horarios estipulados del uso de las nuevas tecnologías.
•    Bajo rendimiento académico y descenso en la alfabetización.
•    Sedentarismo.

En conclusión, si enseñamos a los más pequeños a utilizar bien las tecnologías, podemos conseguir que estos crezcan con buenas habilidades para su utilización. Eso sí, siempre con el control, supervisión y ayuda parental, y con un uso interactivo con la tecnología, se puede aprender a utilizar estas herramientas sobre todo para el aprendizaje y el desarrollo infantil.

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