La competencia lectora es una de las herramientas más importantes para la construcción de nuestro aprendizaje. Se convierte, en una herramienta psicológica fundamental por su carácter transversal en todas las áreas académicas, y dependiendo del nivel de desarrollo que tengan las personas, tendrá efectos positivos o negativos en su proceso de aprendizaje.

 Podemos definir la competencia lectora como la capacidad para comprensión y reconocimiento de las palabras que, mediante un medio visual o fonológico construyen un significado o una idea.

Por lo tanto, el nivel de reconocimiento de esas palabras que forman un vocabulario, marcará el nivel de comprensión que tienen las personas sobre la idea que se quiere transmitir.

Desde las primeras etapas de desarrollo, comenzamos a construir nuestro conocimiento mediante el reconocimiento de las palabras, que en una primera etapa asociamos a objetos, imágenes o sonidos. A medida que vamos creciendo nuestras construcciones mentales comienzan a ser más complejas porque somos capaces de construir un significado abstracto  de la información que nos transmiten. Estas construcciones van desarrollándose a medida que tomamos contacto con diferentes contextos, comenzamos a socializarnos ya desde pequeños cuando los padres, como primeros agentes socializadores de nuestra vida, se encargan de enseñarnos a reconocer el significado de las palabras. La socialización juega un papel importante en nuestro nivel compresión, pues el contacto con nuestro alrededor y la curiosidad que se despierta por conocer lo que nos rodea nos ayudarán a que nuestro conocimiento sea mayor.

Otro medio importante para aumentar nuestro conocimiento sobre el entorno, es la práctica de la lectura. Mientras que muchos consideran que leer es una práctica aburrida y sin ningún atractivo, para otros se convierte es una actividad a disfrutar como ocio. No obstante, la práctica y el hábito de leer (como para casi todo en esta vida) se considera un requisito fundamental para mejorar nuestra comprensión lectora. Cuanto más leamos  y mayor sea la variedad de temáticas de lectura, menos nos costará comprender la idea general de la información que se transmite. No es una noticia nueva, que el hábito de leer sea adquirido desde nuestro entorno personal, pese a que desde la escuela se remarca la lectura como una práctica necesaria, es con la familia con quien  empezamos a imitar todos los patrones de comportamiento. Por lo tanto, si la familia tiene el hábito de leer, esto se transmitirá desde pequeños, y si es al contrario, crear el hábito resultará más complicado. Otro de los gigantes con los que tiene que luchar la lectura y por lo tanto dificulta mejora de la comprensión lectora, son las nuevas tecnologías. Pese a que este gran medio rompe con las barreras de acceso a la información y nos hace llamarnos la sociedad del conocimiento, el uso que hacemos de ellas aparta a la lectura de  nuestras aficiones.

El poco hábito de leer provoca que nuestro nivel de comprensión lectora sea más bajo, y si desde edades tempranas no nos habituamos a una práctica esto se deriva en resultados negativos en todas las áreas académicas. Si no somos capaces de comprender la información que nos transmiten, difícilmente afianzaremos ese conocimiento y nos haremos dueños de su significado. Esto, no solo ocurre con esos libros aburridos que te envía la profesora de lengua y literatura para el fin de semana o los comentarios de texto, si el nivel de comprensión lectora no es bueno, tampoco se comprenderá la definición de una fórmula matemática o el por qué se produce esa reacción química.

            La comprensión lectora sigue siendo una de las asignaturas pendientes del sistema educativo español. Pese a la mejora que se ha notado en el último informe de Progress in International Reading Literacy Study (PIRLS), un estudio que se realiza la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA) cada 5 años con el objetivo de analizar las habilidades de comprensión lectora de los alumnos que estudian el cuarto curso de su educación obligatoria, los españoles se situaron por encima de la referencia central (500), obteniendo una puntuación de 528, aunque todavía muy por debajo de la media de los demás países europeos que participan en el estudio.

Debido a la gran importancia y transversalidad que tiene la comprensión lectora, se deben buscar estrategias y alternativas que nos hagan trabajarla.

En una sociedad cada vez más digitalizada, aliarse con las nuevas tecnologías puede resultar una vía muy motivadora por su carácter interactivo. Actualmente, aunque los medios digitales se utilicen con una finalidad de entretenimiento y ocio, profesionales de las nuevas tecnologías y la educación han combinado el factor lúdico que aportan los recursos digitales con objetivos educativos. Es el caso del diseño de apps educativas, que se convierten en el instrumento más atractivo para mejorar la comprensión desde las edades más tempranas. Algunas de las más conocidas y más utilizadas hasta el momento y que son por tanto, una propuesta interesante para los docentes y las familias innovadoras, son:

Rapids: esta app contiene una gran variedad de historias con un formato de mensajería al estilo Whats App para amenizar la lectura. Además tiene la opción de escuchar las historias con diferentes voces y repasar vocabulario nuevo. La tendrás disponible desde Amazon.

Intralíneas: es uno de los recursos para trabajar la comprensión lectora que más se están dando a conocer. Se trata de la propuesta con  fuentes de gran prestigio como el CSIC que va destinada para edades comprendidas entre los cursos de 4º de Primaria a 2º de Bachillerato. Se trata de un entorno digital ideal para mejorar la habilidad lectora a diferentes niveles donde además, también se pueden dibujar más mentales y crear diarios de lectura, y adquirir vocabulario. Esta app también dispone de tutorización para obtener un feedback inmediato y un seguimiento eficaz.

Watpadd: es la comunidad de usuarios lectores y escritores más grande del mundo y cuenta con una gran variedad de lecturas a todos los niveles en muchos idiomas. Se puede utilizar sin necesidad de estar conectado a Internet con posibilidad de descargarte los pdf’s. Se pueden hacer comentarios de las lecturas e interactuar con otros lectores.

Hooked: propone lecturas con un estilo de series y está disponible en 8 idiomas. Además, las historias se presentan con un formato de conversación de chat entre los personajes. Con una diversidad de historias y el formato adecuado se pone a disposición de los jóvenes de hoy en día contando con más de un millón de usuarios.

Doted: lo más interesante de esta aplicación es la programación que te ofrece para planificar las lecturas. Con las pautas y objetivos que marquen los usuarios, en la app se propone un calendario de lectura para ayudar al lector a no dejarlo de lado.

Sea cual sea el soporte o formato, lo importante es estimular el interés y el hábito por la lectura generando nuevas y motivadoras experiencias y que se convierta en un hábito en los más jóvenes.