¿Quién no ha visto alguna vez una película del genial Charles Chaplin? ¿Quién no ha reído o ha sentido nerviosismo con este carismático actor? Chaplin fue uno de los grandes representantes de la Kinesia, ya que el actor inglés era capaz de expresar con su cuerpo infinidad de emociones. Y es que en esto consiste la kinesia, en el estudio de los movimientos y gesticulaciones del cuerpo por medio del cual transmitimos, de manera consciente o no, sentimientos y comunicaciones que les transmitimos a los que nos rodean, es decir, de la comunicación no verbal.

En nuestra vida diaria, en el trabajo, en clase…a todas horas y en todos los lugares utilizamos nuestro lenguaje corporal incluso sin darnos cuenta, de hecho sólo el 7% de la comunicación es la parte oral,  el 38% es el tono a lo que le ponemos a la conversación y el 55% restante es la comunicación no verbal.

Los profesionales que más importancia tienen en la comunicación no verbal en su puesto de trabajo son los que trabajan de cara al público. Desde la manera de vestir hasta una mínima sonrisa puede significar mucho en una venta o en un acuerdo que el contenido del mensaje que queremos transmitir. El contacto visual, expresiones faciales positivas, el uso de las sonrisas, acercamiento estrecho o asentir con la cabeza mientras escuchamos hablar a la otra persona son gestos que nos ayudarán a mejorar la conversación.

Ya seas empresario, arquitecto, médico o reponedor en un supermercado, la comunicación no verbal y la kinesia son parte fundamentales en nuestro día a día y en nuestro entorno.  El principal consejo que se pueden dar es cuidar la expresión facial, ya que nuestra cara es el fiel reflejo de cómo nos encontremos en ese momento. Los labios, las cejas y los ojos nos muestran cómo nos sentimos realmente. Desviar la mirada puede ser signo de nerviosismo o de incomodidad o abrir un poco los ojos cuando se nos está contando algo nuevo significa sorpresa ante esa nueva noticia.  Lo que si está claro es que cualquier expresión o cualquier gesto que realicemos pueden tener consecuencias en nuestro interlocutor, y dependiendo de nuestra comunicación y sobre todo de nuestra conversación no verbal, podemos lograr un gran éxito o un gran fracaso en el diálogo.

La kinesia es un ámbito aún poco desarrollado y poco estudiado pero que cada vez llama más la atención de las personas y que cada día somos más conscientes de la repercusión que tiene sobre nosotros mismos. Y es que como me decía mi abuelo: “tu cara es el reflejo del alma”.