Sobre todo en la educación infantil y primaria se está escuchando con fuerza un término que está cogiendo fuerza poco a poco  y que ya ha atrapado a miles de padres y docentes, me refiero a educar en el asombro.

Esta definición viene del libro homónimo escrito por Catherine L’Ecuyer, una canadiense madre de cuatro hijos, abogada y consultora con un MBA del IESE en Barcelona. L’Ecuyer se fue interesando poco a poco sobre temas relacionados con la motivación, interesándose por la falta de motivación tanto de los alumnos como las personas de su trabajo lo que llevó a que comenzara a investigar sobre el motor de aprendizaje en la infancia.

Educar en el asombro no es más que ayudar a los niños a descubrir continuamente. Por desgracia los niños hoy día están saturados, tienen demasiada estimulación  con la publicidad, juguetes, televisión o ruidos. Esto ocasiona que los niños comiencen a dar el mundo por supuesto y que nada de lo que podamos hacer o decir les asombre y que se aburran con mucha facilidad.

La acción de educar en el asombro no se refiere a otra cosa que conseguir que el niño se sorprenda con las cosas que aprenda, por medio de lo cual conseguiremos que nuestro alumnado o nuestros hijos aprecien la belleza de las cosas y que tenga una gran expectativa en cuanto a la realidad, por lo tanto ellos serán los encargados de buscar su entretenimiento y de que sepan apreciarlo y no que únicamente se dediquen a esperar a que sea el mundo y el medio el que deban divertirles a ellos.

Para educar en el asombro es necesario respetar sus ritmos e intereses, ya que si le quitamos el asombro en su aprendizaje provocaremos en ellos el miedo y les introduciremos en un aprendizaje impuesto y obligado. De la otra forma conseguiremos que sean unos adultos autónomos, capaces de pensar y con una personalidad desarrollada.

Para ellos debemos partir de sus intereses y despertar su interés, ellos irán descubriendo poco a poco todo lo que les rodea y lo que hacen a su alrededor. Para ello debemos dejar que nos hagan todas las preguntas que deseen y nosotros debemos responder todas las inquietudes que a ellos se les plantean, debemos ser sus guías y hacerles reflexionar para que ellos mismos vayan descubriendo poco a poco y asombrándose de la nueva información adquirida.

Pero sobre todo, debemos dejar que disfruten de lo que aprenden. No hay mejor aprendizaje que el que se consigue por medio de la diversión y de la motivación, algo que la acción de educar en el asombro consigue de manera muy efectiva, el mejor aprendizaje es con el que ellos realmente disfrutan.

¿Qué opinas sobre la idea de educar en el asombro?