El efecto Pigmalión fue identificado por primera vez por el psicólogo social estadounidense Robert Rosenthal y la educadora Lenore Jacobson en 1968. Rosenthal y Jacobson llevaron a cabo un estudio en una escuela primaria en California para investigar cómo las expectativas de los maestros podían influir en el rendimiento de los estudiantes.

En este estudio, los investigadores informaron falsamente a los maestros que ciertos estudiantes habían sido identificados como "spurters" (que tendrían un rendimiento excepcional en el futuro cercano), cuando en realidad no había ninguna diferencia real entre los estudiantes. Al final del año escolar, los estudiantes identificados como "spurters" obtuvieron un mejor rendimiento en las pruebas que los estudiantes no identificados, lo que demostró que las expectativas de los maestros habían influido en el rendimiento de los estudiantes.

Desde entonces, se han realizado muchos estudios sobre el efecto Pigmalión en diversas áreas, incluyendo la educación, el trabajo, los deportes y la psicoterapia.

Básicamente, el efecto Pigmalión es un fenómeno psicológico en el que las expectativas de una persona sobre otra pueden influir en el comportamiento y el rendimiento de esa persona de manera positiva o negativa. También se conoce como la profecía autocumplida, ya que las expectativas que tenemos sobre alguien pueden llevar a que esa persona actúe de manera que cumpla esas expectativas.

El efecto Pigmalión puede afectar a las emociones de las personas de varias maneras. Si alguien tiene altas expectativas sobre nosotros, podemos sentirnos motivados, felices y confiados en nuestras habilidades. Por otro lado, si alguien tiene expectativas negativas sobre nosotros, podemos sentirnos ansiosos, frustrados y desmotivados.

El efecto Pigmalión puede tener un gran impacto en los niños pequeños, ya que en esta etapa de la vida están desarrollando su autoconcepto y autoestima. Si los adultos que les rodean tienen expectativas positivas sobre ellos, pueden sentirse motivados y seguros de sí mismos, lo que puede ayudarles a tener éxito en su aprendizaje y en otras áreas de su vida.

Por otro lado, si los adultos tienen expectativas negativas sobre los niños, pueden sentirse desmotivados, inseguros y con baja autoestima, lo que puede llevar a un bajo rendimiento y falta de confianza en sí mismos.

Es importante que los adultos que trabajan con niños pequeños sean conscientes de sus propias expectativas y prejuicios, y que trabajen para fomentar una cultura de apoyo y expectativas positivas. Los elogios sinceros y el reconocimiento del esfuerzo de los niños pueden ser muy poderosos para motivar a los niños y mejorar su autoestima.

También es importante que los adultos eviten hacer comparaciones entre los niños y fomenten la idea de que cada niño es único y tiene habilidades y fortalezas diferentes. Al crear un ambiente positivo y de apoyo, los adultos pueden ayudar a los niños a alcanzar su máximo potencial y construir una imagen positiva de sí mismos.

Tiene su origen en Grecia, se basa en expectativas y creencias que tenemos todas las personas sobre nosotros mismos, por ello somos los que decidimos nuestros comportamientos y pensamientos, lo que ayudará a que se hagan realidad, ya sean negativas o positivas.

En resumen, lo podemos denominar la profecía autocumplida con las percepciones que tenemos de nosotros mismos.

Aquí presento algunos ejemplos de cómo el efecto Pigmalión puede afectar a los niños:

Si un maestro cree que un niño es talentoso en matemáticas, es más probable que ese niño tenga un mejor desempeño en matemáticas porque el maestro le dará más atención, lo motivará y le brindará oportunidades para destacarse, lógicamente con esto no quiero decir que los maestros tengan preferencias o se preocupen más por unos niños que por otros, esto es algo que se suele dar de forma inconsciente, por eso es vital, que tanto maestros como personas que están en el entorno de los infantes, sean conscientes e intenten siempre motivarlos, para ayudarlos a conseguir sus máximos potenciales, las expectativas que ponemos sobre los infantes deben ser reales, felicitarles por sus logros aunque sean pequeños, ayudarles a confiar en sí mismo, para que tengan una autoestima sana y fuerte, cada niño es único y diferente, eso hará que tenga sus propias habilidades y se desarrolle mejor en unas áreas que en otras, por eso es muy importante que les enseñemos que todos somos diferentes, que nunca hay que compararse con los demás, que un niño sea bueno en matemáticas y malo en deportes (por ejemplo) no lo hace torpe ni menos capaz, tenemos que ser muy conscientes del poder que podemos tener sobre ellos, sobre su autoestima y desarrollo.

Si un padre cree que su hijo es tímido e introvertido, puede limitar las oportunidades del niño para interactuar con otras personas y hacer amigos, lo que podría reforzar la timidez y la introversión, un niño que sea introvertido si nos dedicamos a decir cuando está en situaciones que le pueda limitar a decir “hay es que mi niño es muy tímido” y lo dejamos metidos en “nuestra falda”, solo le ayudaremos a que esa parte se potencie más y el día de mañana le resulte más difícil relacionarse, poco a poco hay que ir sometiéndolos a situaciones que les resulte “incómodas” para ayudarles a desarrollar su parte social, siempre con control porque todos los extremos son malos, no es bueno que sean superintrovertidos, pero tampoco que sean superconfiados, así que si te encuentra en la situación contraria con cuidado hay que explicarle que no puede confiar en cualquiera que no conozca.

Si un niño recibe comentarios negativos de sus padres o maestros sobre su apariencia o habilidades, puede tener una baja autoestima y desarrollar creencias negativas sobre sí mismo que afecten su vida a largo plazo, haciendo que tengan tendencia a la depresión, por eso es tan importante el efecto Pigmalión sobre la infancia.

Por otra parte si un niño recibe elogios y reconocimiento por sus logros, es más probable que se sienta motivado y confiado en sí mismo, lo que puede impulsar su desempeño en diferentes áreas y fortalecer su autoestima, por eso es importante motivarles a realizar pequeñas hazañas siempre acordes a su edad, desde animarles a abrir una botella por sí mismo cuando son pequeñitos, para que vean que ellos son capaces y poco a poco a medida que se van haciendo más mayores, se irán viendo envueltos en diferentes retos, en los que debemos siempre acompañarles, pero desde un segundo puesto y sobre todo recordarles que confíen en sí mismo, a mí me gusta mucho decirle a mi hijo “yo confió en ti, ahora tú tienes que confiar en ti”, o cuando él me dice que él confía en mí, le digo que si es así entonces tiene que confiar también en sí mismo, que lo más importante es que se quiera a sí mismo y sepa valorarse, entender sus puntos fuertes y débiles.

Pasos para llevarlo a cabo:

• Conocer: Conocer sus capacidades, destrezas, dándole afecto, cercanía, respeto.

• Cuidar: Medir nuestras palabras y lenguaje no verbal, los niños son esponjas, lo entienden y lo ven todo, es decir, si nuestras palabras son: tú puedes, pero nuestra cara es de tristeza o negativo, no sirve de nada.

• Observar: cómo van evoluciona, escucharles, animarles, razonar con ellos…

• Motivarle: Ser cada día mejor, superar sus límites juntos, luchar por sus sueños.

• Transmitirle cosas positivas: Educarle desde el razonamiento y dándole la mano y ayudándolo cuando lo necesite.

Como maestros tenemos el poder de impulsar cada día a nuestros alumnos-hijos, ayudarlos a crecer y conseguir sus sueños

Si un niño tiene una autoestima fuerte y se ve acosado en algún momento (bullying), no le afectará ni le marcara de la misma forma que a un niño que esta retirado, solitario que no siente que tiene el apoyo necesario en casa o en el colegio, es muy importante que los padres mantengan conversaciones con sus hijos, que les muestren confianza, que ellos mismo les cuenten cosas de su día a día, siempre con un lenguaje y unos temas apropiados para su edad, eso ayudara a que el infante tenga confianza en su entorno y no se sienta solo si en algún momento tiene que contar algo importante, se sentirá protegido en su hogar y eso le ayudara a comunicarse, por eso si los padres muestran que confían en él, que le pueden contar cualquier cosa sin que ellos vayan a reaccionar mal, tendrá una relación más fuerte y positiva, aquí podemos ver como el método Pigmalión, no solo afecta a su autoestima sino también a la confianza que pueda llegar a tener con los adultos que le rodean, lo cual nos muestra que es un aspecto de nuestra vida muy importante, que puede cambiar muchísimo el futuro del infante.

Por eso es tan importante que las personas que somos parte de la vida de los infantes (padres, profesores, canguros etc.) tengamos muy claro el poder y la obligación que tenemos de impulsar cada día a los infantes y ayudarlos a crecer y conseguir sus sueños

Esto tiene una clara y directa relación con la autoestima, como he comentado anteriormente.

En otras palabras, el modo en que tenemos de hablar y de tratar a una persona afecta de manera directa a la imagen que tenemos de el o ella, a nadie le gusta que no tengan confianza en nosotros, somos personas que formamos parte de una sociedad y como tal necesitamos la aprobación y el apoyo de los demás.

Es fundamental que desde pequeños ayudemos a formar a los infantes una autoestima fuerte y saludable, lo que puede desembocar que, en el futuro, si se dan situaciones como acoso escolar, sepan salir de esa situación y no le afecte tanto o el día de mañana cuando sean personas adultas no dejen que “una figura de poder, les mangonee”.

Me gustaría finalizar con una frase"No podemos juzgar a las personas por su capacidad de hacer algo en particular, sino que debemos reconocer y apreciar sus habilidades únicas y lo que pueden aportar al mundo". Esto destaca la idea de que cada persona tiene habilidades y talentos diferentes que deben ser valorados, en lugar de ser evaluados en una sola dimensión de su capacidad. Es importante recordar que la diversidad es una fuerza, y que cada persona tiene algo especial que ofrecer.