Tener un hijo supone para los padres muchas preguntas en muchos casos difíciles de resolver, sobre todo en el caso de los padres primerizos. La alimentación, la socialización con su entorno y la educación que reciben son las principales problemáticas que abordan, sobre todo cuando son más pequeños. Pero sin duda, la vuelta a la vida laboral de los padres hace que una pregunta ronde por la cabeza de todos los primeros meses de vida del niño o niña: ¿Está preparado para entrar en la guardería?
Volver al trabajo tras una baja maternal, tener que cuidar de personas mayores o querer que nuestros hijos socialicen desde bebés con otros niños y tomen una rutina son algunas de las causas por la que los padres toman la decisión de que sus hijos entren a una guardería desde bien pequeños. Sin duda es una decisión totalmente personal que se deberá tomar teniendo en cuenta las particularidades de cada familia así como sus necesidades, pero vamos a ver a continuación cual sería el mejor momento para que el niño entrara en la guardería así como una serie de consejos para los primeros días.
Según diversos estudios, la edad ideal en la que se recomienda llevar al niño o a la niña a la guardería es entre los 18 y los 24 meses, ya que en ese momento es capaz de andar, decir algunas palabras y ya es capaz de desenvolverse en diversas situaciones, pero en el caso en el que sea necesario incorporarlo antes no quiere decir que vaya a ser perjudicial para ellos.
Lo que si debemos tener en cuenta tenga los meses que tenga cuando decidamos meterlo en la guardería es que unas semanas antes de la incorporación total debemos ir acostumbrándolos a esa nueva rutina, por lo tanto es importante que vaya entrando un par de semanas antes dos horas para que empiece a conocer su nuevo aula y compañeros y la semana previa aumentar un poco más esas horas, de esta forma evitaremos el shock inicial de pasar demasiadas horas alejados de las figuras paternas.
Esto también debemos tenerlo en cuenta en el caso en el que le estemos dando el pecho aún, ya que es conveniente acostumbrarlo durante varias semanas antes a alternar el pecho y el biberón para evitar posibles llantos o traumas en el momento de entrar en la guardería.
Sea a la edad a la que sea que entre nuestro hijo o hija a la guardería debemos ser conscientes que los primeros meses probablemente sufran diversas enfermedades que se contagiarán con el resto de niños que haya en el aula: diarrea, resfriados, etc. No debemos alarmarnos, es algo completamente normal, aunque deberemos estar atentos a los síntomas para que no vaya a más.
El proceso de adaptación normalmente dura como mucho un mes, aunque siempre contaremos con la ayuda de los docentes para solucionar cualquier problema que se presente así como realizar actividades con otros padres para que los niños comiencen a reconocerse y no entren el primer día con otros niños que no reconozcan.
El consejo más importante para los padres es que no se dejen guiar por consejos o experiencias que puedan contarnos otros padres, cada niño y niña es un mundo y la adaptación puede ser totalmente diferente. Seguro que la decisión que tomemos será la más acertada para nuestros hijos.
