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Goleman y la inteligencia emocional

Maria Pilar Garrido

Publicado el 16/06/2015 15:06

Daniel Goleman publicó en 1195 uno de los libros más vendidos en todo el mundo. Este libro se llama “Inteligencia Emocional”. Según el propio autor, “la inteligencia emocional emerge como un predictor mucho más fuerte de quien será más exitoso, porque cómo nos controlamos a nosotros mismos en nuestras relaciones personales, determina lo bien que no va cuando conseguimos trabajo”.

Y es que el punto más importante tanto académica como profesionalmente no es el coeficiente intelectual, sino la inteligencia emocional. Cuando nos referimos a esta competencia, hablamos de la capacidad de una persona para identificar su propio estado emocional y gestarlo de manera adecuada.

Según Goleman, la inteligencia emocional se puede dividir en cinco capacidades:

  • Conocer emociones y sentimientos: Las personas que tienen una mayor facilidad para conocer sus propias emociones suelen dirigir mejor sus vidas.
  • Aprender a manejarlas: El aprender a controlar nuestros propios sentimientos es una habilidad que nos permitirá controlar nuestra propia vida.
  • Aprender a crear motivaciones propias: El control de las emociones nos permitirá mantener la motivación y la creatividad en nuestro día a día.
  • Aprender a reconocerlas en los demás: Las personas que tienen una gran empatía suelen sintonizar mejor con las necesidades de los demás.
  • Aprender a gestionar las relaciones: Las personas que destacan en este tipo de habilidades suelen destacar en las relaciones interpersonales.

Las emociones son algo que acompañan de manera innata nuestra personalidad y nuestra forma de ser. En la escuela, en muchas ocasiones no se le da la suficiente importancia a las emociones ni a la inteligencia emocional, teniendo estas una gran repercusión en nuestras relaciones sociales, en nuestras habilidades, competencias e incluso en nuestro trabajo.

La inteligencia emocional es una de las grandes olvidadas en nuestra vida, y con la irrupción de las nuevas tecnologías parece que la estamos dejando aún más de lado. Pero la inteligencia emocional empieza en nuestros hogares, y deben ser los padres los que comiencen a fomentar la inteligencia emocional en sus hijos.

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