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La integración es la asignatura pendiente en los centros educativos españoles

Rocío Cabrera

Publicado el 29/09/2020 17:09

La integración es la asignatura pendiente en los centros educativos españoles.

La integración escolar como principio de una educación inclusiva surge del principio de normalización. Este último es entendido, según W. Wolfensberger,  como aquel que utiliza medios culturalmente normativos (familiares, técnicas, instrumentos, métodos, etc.), para permitir que las condiciones de vida de una persona que pueda presentar cualquier tipo de discapacidad, sean, al menos, tan buenas como las de un ciudadanos medio, y mejorar o apoyar en la mayor medida posible su conducta, apariencia, experiencias, estatus y reputación.

Entonces, ¿qué es la educación inclusiva? Esta busca que todos los niños y niñas, con y  sin discapacidad o dificultad  alguna, aprendan juntos en las instituciones educativas regulares, siendo estas las que deben cambiar, modificar o amoldarse para poder educar a todos los niños respondiendo a la diversidad y distintas necesidades de cada uno de ellos. Es decir, se basa en que cada niño tiene características, intereses, necesidades y capacidades de aprendizaje diferentes al resto, teniendo que ser los sistemas educativos los que diseñen y elaboren su programación teniendo en cuenta todo lo anterior, pudiendo dar una respuesta a todas esas necesidades existentes.

La exclusión implica un proceso de separación entre grupos que sean diferentes, pero esto no queda aquí, sino que además incluye una valoración diferencial entre estos grupos, considerando a uno de ellos mejor que al otro. Esto es un proceso que se da en todas las generaciones, pero es en la infancia cuando además de afectar más también es el mejor momento de intentar prevenir que continúe dándose.

Cuando se es niño, o peor aun cuando se es adolescente, somos mucho más vulnerables y cualquier cosa nos puede afectar mucho más que de adultos. Cuando un niño percibe cierto rechazo o exclusión por parte de sus compañeros puede tener consecuencias muy negativas como una baja autoestima, sentimiento de autoculpabilidad, bajo rendimiento escolar, llegando incluso al fracaso escolar, cambios de humor, conductas destructivas, e incluso en algunos casos esto conlleva secuelas como entrar en una depresión, y en el peor de los casos el suicidio.

Es por todo lo anteriormente citado, la enorme importancia de no solo evitar que se de la exclusión sino también de intentar prevenirla. No hay mejor edad para hacerlo que  desde que somos pequeños, siendo el momento ideal para que nos eduquen de la mejor manera y con los mejores valores tanto en casa como en la escuela.  De aquí la idea de una educación inclusiva.  Cada día resulta más fundamental que haya una correcta  integración escolar.

Aunque no debemos pasar por alto que no es una tarea sencilla, una integración educativa requiere un esfuerzo añadido. Integrar en las escuelas, y en las mismas a aulas, a alumnado de todo tipo es complejo ya que se tienen que dar una serie de condiciones para las que se necesita de la implicación tanto de profesionales de la docencia, de las familias del alumnado, el propio alumnado e incluso las instituciones políticas y educativas.

Algunos de los procesos que se deben llevar a cabo para poder poner en marcha una correcta integración desde las aulas son; modificaciones legislativas, dotación de los recursos necesarios, cambios en las políticas educativas, los modelos de enseñanza y las estructuras organizativas, modificar el currículum de manera individualizada…

Por todas estas dificultades la integración sigue siendo,  a día de hoy,  una asignatura pendiente pero  esencial en los centros educativos españoles.

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