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Intervención educativa frente al acoso escolar

Mónica Aguilera

Publicado el 29/10/2020 17:10

Con frecuencia los centros educativos son noticia por las expresiones de violencia, que adoptan diversas formas de expresión y acaban socavando los pilares sobre los que se sostiene la convivencia entre los diferentes miembros de la comunidad educativa, pero sobre todo entre el alumnado. Últimamente, asistimos a un alarmante aumento de los casos de conflictividad en los centros educativos y tanto el profesorado como las familias del alumnado muestran, en ocasiones, no saber cómo afrontar el desafío de establecer y mantener un clima de convivencia que haga posible que se sucedan con normalidad los procesos de enseñanza y aprendizaje.

El término acoso escolar engloba situaciones en las que uno o más alumnos/as persiguen e intimidan a otro u otra “víctima” a través de insultos, rumores, vejaciones, aislamiento social, motes, agresiones físicas, amenazas y coacciones... pudiendo desarrollarse a lo largo de meses e incluso años.

Las edades en las que suele producirse con mayor frecuencia este fenómeno son las que se corresponden con el último ciclo de Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria (10-16 años). Sin embargo, dichas conductas pueden ser observadas desde la etapa de Educación Infantil y en etapas sucesivas, de tal forma que, si no se interviene precozmente, se corre el riesgo de que el alumnado acabe manteniendo o reproduciendo este tipo de relaciones violentas a lo largo de toda la educación básica.

Además, se debe de tener en cuenta la importancia del contexto familiar en las situaciones de acoso escolar. El estilo educativo de los padres y las relaciones interpersonales que se den entre los miembros de la familia harán que el alumnado adquiera unas formas u otras de comportarse y de relacionarse con los demás por lo que en muchas ocasiones, esto es un factor decisivo para que los niños/as sean futuros “acosadores” o “víctimas” en los centros escolares.

La mejora del clima de convivencia en los centros educativos normalmente no se logra con la simple adopción de medidas aplicadas de forma puntual que tienden a resolver los problemas y los conflictos que se van presentando diariamente (disrupción, indisciplina, conflictos interpersonales, maltrato entre iguales...), sino que requiere trabajar en un marco integral en el que se incluyen diversos factores que han de concretarse en el Plan de Convivencia elaborado por el propio centro así como en el Plan de Acción Tutorial.

Por todo ello, es muy importante que a la hora de realizar una intervención efectiva se involucre a toda la comunidad educativa. El maltrato entre iguales es un problema serio que puede afectar de forma dramática tanto en el ámbito académico como social del alumno/a. Por tanto, es preciso que se lleve a cabo un plan de intervención que involucre a alumnado, familia y docentes para asegurar que todo el alumnado pueda aprender en un espacio seguro y sin miedo.

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