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La (co)educación del siglo XXI

Yolanda Rodríguez Marín

Publicado el 08/05/2017 20:05

Desde tiempos inmemoriales todo lo que observamos a nuestro alrededor, nos muestra la equivocada idea de que ambos sexos están diferenciados y tienen papeles distintos en la sociedad. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de las personas, somos conscientes (o creemos que lo somos) de las devastadoras consecuencias que acarrean este tipo de pensamientos provenientes del patriarcado. En este sentido, la escuela constituye un ámbito socializador determinante, en el que pueden liderarse cambios profundos en la construcción actitudes y valores basados en el respeto y la igualdad entre ambos sexos (Vieites Conde y Martínez Ten, 2009). Asimismo, no podemos olvidar que tal y como señalaba Mandela “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”.

De acuerdo con la actual Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), la igualdad de oportunidades entre ambos sexos forma parte una ineludible de los contenidos transversales que debemos incluir en nuestras programaciones de aula, así como de la educación en valores y la educación emocional. Este tándem de variables complementa la educación formal que se transmite en la escuela con aquella que nos ayuda a constituir personas activas, democráticas, autosuficientes, libres, respetuosas, tolerantes y felices consigo mismas y con los demás, que en definitiva, es (o debería ser) el objetivo prioritario de los docentes para con su alumnado. Por si estas razones nos parecen insuficientes, la Universidad Complutense publicaba en el año 2011, de manos de Díaz Aguado y Carvajal Gómez, un estudio sobre la igualdad y su relación con la prevención de la violencia de género, constatando que la coeducación en la escuela funciona, del mismo modo que el informe realizado por el Instituto Andaluz de la Mujer (2012), en el que se expone que trabajar en la escuela la violencia de género como tema específico disminuye el riesgo de sufrirla.

Sin embargo, no podemos caer en el error de asumir la temática de la igualdad entre ambos sexos únicamente como cuestiones relacionadas con la violencia de género, como un aspecto vinculado de forma exclusiva al sector femenino o como una enseñanza puntual que se lleve a cabo los días señalados para ensalzar a la mujer, sino como una parte inherente a nuestra metodología educativa, que implica a todos los sectores pertenecientes a la comunidad escolar y se dedique a coeducar. Podemos conocer de forma exhaustiva sus implicaciones con la ayuda de Blanco García (2007), quien nos define el término de la siguiente manera:

Coeducar es preparar para la libertad. Coeducar es educar a cada una y cada uno según quien es, atendiendo a su diferencia, y que al hablar de coeducar la referencia son tanto las niñas como los niños, aunque de diferente modo. (…) Coeducar es educar fuera del modelo dominante, el simbólico patriarcal, no reconociéndolo como fuente de sentido; y eso significa que tanto las mujeres como los hombres hemos de pensar de nuevo, desde otros referentes, qué significa ser una mujer, ser un hombre en el contexto histórico que vivimos (p. 24).

Para conseguir una pedagogía basada en la coeducación, desde el Instituto de la Mujer (2009) consideran imprescindible contar con un centro educativo dispuesto y con un colectivo docente informado y sensibilizado con la temática, que se encargue de nombrar a una comisión dedicada a coordinar e impulsar la igualdad de oportunidades entre ambos sexos. Asimismo, destaca la importancia de contar con un claustro que posea conocimientos acerca de la temática y que se encuentre sensibilizado con la temática, pues como señala Moreno Llaneza (2013) es necesario que los maestro y maestras sepan analizar el contenido de los mensajes que se lanzan de forma diaria en el aula, pudiendo aplicar la perspectiva del género y hacer frente a cualquier tipo de aspecto discriminatorio que se produzca. Por otro lado, el Instituto de la Mujer (2009) también recoge la importancia de que los centros recojan en su Proyecto Educativo que recoja las implicaciones que poseen de acuerdo con la temática que nos circunda. En este sentido, algunos centros educativos poseen un proyecto coeducativo, dedicado exclusivamente a la temática del género y la igualdad. En este sentido, autoras como Torres San Miguel (2010) se hacen eco de algunas iniciativas desarrolladas en torno a la inclusión de la educación en los procesos educativos, tales como:

(1)    El Proyecto Relaciona, promovido por el Instituto de la Mujer en colaboración con las Comunidades Autónomas, cuyo principal objetivo consiste en “promover la reflexión del profesorado sobre el tratamiento del amor y la sexualidad en la educación como una vía de prevención y eliminación de la violencia contra las mujeres” (Instituto de la Mujer, 2008, p. 169).

(2)    El Proyecto INTERCAMBIA, iniciado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD), a través del Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa y del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Se dedica a compartir de forma virtual experiencias, conocimientos e intereses sobre prácticas coeducativas (facilitan recursos, responden las demandas y dudas, promueven actividades formativas, entre otros.).

(3)    Los premios Irene: la paz empieza en casa. Son convocados por el MECD y se encargar de dar visibilidad a los trabajos y proyectos que se llevan a cabo en los centros educativos con respecto a la igualdad de oportunidades entre ambos sexos y la no discriminación por sexo y género.

El avance de la sociedad supone la necesidad de que el colectivo educativo reconozca la necesidad de que la escuela se implique en aspectos relacionados con la robótica, la programación, la informática.... de modo que eduquemos a nuestro alumnado para el futuro tecnológico que les depara. Sin embargo, no podemos obviar que también nos encontramos ante una sociedad intolerante, devastadora con aquellas personas que son diferentes o que no siguen las normas dictadas por la sociedad y que, la discriminación por razón de sexo, la violencia y los malos hábitos también forman parte de ese futuro incierto que estamos creando. Poner nuestro granito de arena para erradicar estos aspectos no es tan difícil como en un principio puede parecer. En primer lugar, pues tal y como señala Rodríguez Marín (2016) la mayor parte de las principales técnicas, pautas y estrategias que ponemos en práctica en el aula para llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje (aprendizaje significativo, globalización, afectividad, atención a la diversidad…) se relacionan de forma inherente con la igualdad de oportunidades entre ambos sexos. Asimismo, se plantea la necesidad de analizar los materiales que utilizamos en los procesos educativos (libros, recursos, juegos…) de modo que no sigan perpetuando el estereotipo, pues tal y como señalan autoras como Puerta Sánchez y González Barea (2015) tanto en la elección de juegos, en los roles que asumen y en el uso que le procuran a los materiales, los niños se inclinan por las construcciones, superhéroes o coche mientras que las niñas siguen seleccionando todo aquello relacionado con lo doméstico o la estética. Asimismo, Rodríguez Marín (2016) puntualiza las grandes dificultades y reticencias que posee el alumnado masculino para realizar actividades, colores, juguetes o materiales que estereotipadamente son asignados a las mujeres.

Tras este recorrido acerca de algunas de las implicaciones que el sistema educativo posee con respecto a la igualdad de oportunidades entre ambos sexos, expondremos brevemente un ejemplo de proyecto que podemos llevar a cabo en el aula para trabajar con el alumnado estos contenidos desde una perspectiva globalizadora, motivadora y práctica. Para ello, utilizaremos como principal recurso el cine de animación.  Dentro de las películas, y más concretamente de las pertenecientes a al citado género, podemos encontrar numerosos roles sexistas. Tomando como referencia estas películas dirigidas a niños y niñas, podemos estudiar la desigualdad, la discriminación, cuáles son los roles y estereotipos de género. Todo ello nos ayudará a la hora de trabajar la igualdad de oportunidades en el aula, generando un clima coeducativo entre los miembros de la comunidad educativa. Tal y como señala Hidalgo Valverde (2001), el cine bien orientado enseñará valores positivos, fortaleciendo la formación moral y la conducta. Se utiliza como un medio para expresar ideas; a través de él nos ponemos en contacto con el mundo exterior, es un instrumento para el conocimiento del mundo y también de comunicación social.

Como todos y todas conocemos, el cine de animación no posee una fama especialmente integradora y coeducativa, más bien todo lo contrario. Sin embargo, proponemos trabajar en base a la crítica y reflexión ante los estereotipos que en ellas aparecen, dando la oportunidad al alumnado de formar parte de su propio aprendizaje. Debemos seleccionar largometrajes que hayamos visualizado anteriormente con nuestras gafas violeta[1] puestas, de modo que podamos seleccionar aquellas escenas que más nos interesen y enfocar los procesos educativos a la consecución de los objetivos que deseemos alcanzar con la misma.  Con todo ello, pueden llevar a cabo tareas como las que proponemos a continuación:

Primera propuesta: “La Bella y la Bestia”

La primera película de animación que vamos a utilizar como recurso coeducativo será uno de los largometrajes más vistos de la filmografía Disney. Además de mostrar valores positivos sobre no juzgar a las personas por su apariencia y que, como suele decirse, la belleza está en el interior, nos proporciona unos contravalores en materia de género óptimos para trabajar la coeducación en el ámbito educativo.

TÍTULO DE LA PELÍCULA: “La Bella y la Bestia”

Características

SI

NO

Reconoce de una manera directa o indirecta el sexismo

X

 

Cuestiona los roles asignados por sexo

X

 

Contribuye a desarrollar una relación más igualitaria entre hombres y mujeres

 

X

Reproduce los estereotipos asignados a varón y/o mujer

X

 

Se fundamenta en la educación en valores: respeto, tolerancia, igualdad.

X

 

Se identifican situaciones de desigualdad o discriminación en materia de género

X

 

Es idónea para el entorno escolar y para el alumnado que la va a visualizar

X

 

Utiliza un lenguaje no sexista

 

X

 

FICHA TÉCNICA

TÍTULO DE LA PELÍCULA

 “La Bella y la Bestia

DIRECTOR/A

Kirk Wise y Gary Trousdale.

FECHA DE EMISIÓN

1991

SINOPSIS

Una hermosa joven llamada Bella acepta alojarse en un castillo con una bestia a cambio de la libertad de su padre. La Bestia es, en realidad, un príncipe encantado. Para romper el hechizo, deberá ganarse el amor de una preciosa dama antes de que caiga el último pétalo de una rosa encantada.

DESTINATARIOS/AS

Tercer curso del segundo ciclo de la Educación Infantil.

SITUACIONES ESTEREOTIPADAS Y/O ROLES DE GÉNERO ENCONTRADOS

Primera secuencia: Bella como sensible, hermosa, vulnerable y débil, además de denominarla “extraña” porque le gusta leer y culturizarse. Gastón como varonil, fuerte, egocéntrico. Por otra parte encontramos al final de la secuencia, a tres mujeres, que están enamoradas de Gastón. Son el reflejo de lo que “debía ser” una mujer: inculta en busca de marido.

Segunda secuencia: Gastón va a casa de Bella dispuesto a pedirle que sea su esposa, seguro que ella aceptará, pero ella no lo hace. Demuestra que las mujeres no tienen por qué acceder a la voluntad del varón.

Tercera secuencia: La Bestia grita y trata muy mal a Bella porque rompe una de las reglas que él pone en palacio. Impone sus reglas sin motivo y espera que ella las cumpla “porque es su obligación”. Debido a su brutalidad, Bella sale corriendo asustada.

Última secuencia: La Bestia obliga a Bella a que cene con él en palacio. Bella se niega a salir y la Bestia intenta convencerla pero no lo consigue. Al no obtener su voluntad, la Bestia se enfada, grita y deja a la chica sin comer nada durante todo el día. Bella sigue negándose, dando muestra de que ninguna conducta agresiva va a hacer que cambie de opinión, mostrándose fuerte e inflexible.

NUMERO DE SECUENCIAS

4.

OBJETIVOS

-          Observar los estereotipos sexistas presentes en la película de animación “La Bella y la Bestia” de la filmografía Disney.

-          Reconocer dichos estereotipos en los personajes de la película y catalogarlos como “positivos” o “negativos” y reflexionar sobre ello.

-          Identificar nuestras propias características personales y reconocernos con ellas.

-          Aprender a respetar al resto de compañeros y compañeras.

INTERVENCIÓN

3 actividades.

 

Expondremos las sesiones de la película a los niños y niñas, haciendo paradas, referencias y puntualizaciones cada vez que se considere necesario, para que se centren en las escenas que trabajaremos posteriormente. 

La primera actividad denominada “Quién es quién” se llevará a cabo en  gran grupo. Mostraremos una foto de cada uno de los protagonistas de la película (Gastón, Bella y Bestia) al alumnado para que los recuerden. Seguidamente, deberán describir las imágenes y decir cuáles son las principales características de la personalidad de cada personaje: si es fuerte, débil, violento, si grita mucho, si es bueno o malo etc.  Escribiremos debajo de la fotografía correspondiente (en la pizarra) y los alumnos/as debatirán si esas características son positivas o negativas en una persona, si nosotros y nosotras somos de esa manera, si consideran que es “bueno” tener dichas características… así descubriremos por qué consideramos a esos personajes como “los malos” y comenzaremos a observar ciertos estereotipos sexistas y su atribución a un sexo o al otro.

En segundo lugar realizarán una actividad individual llamada “Me identifico con…”, en la que cada alumno/a deberá dibujar en un folio en blanco el personaje con el que se sienten más identificados, se escogerán unos cuántos al azar (uno de cada grupo por ejemplo) para que explique al resto de la clase por qué lo han elegido.  De esta manera tendremos una buena información sobre si los alumnos/as han captado las características de la primera actividad y sabremos además cuál es su forma de pensar, si se ven reflejados de alguna manera con algún personaje y por lo tanto con dichas características.

Para finalizar, también en gran grupo, elaborarán un lema con respecto al tema que estamos tratando. Los alumnos y alumnas tendrán un tiempo para pensar en una frase que se relacione con la igualdad entre sexos y la no discriminación. Se escribirán las ideas que tenga el alumnado y entre todos (a través de consenso y votación) se elegirá el que más nos guste.

Para finalizar, podemos resaltar que esta es solo una las innumerables propuestas que podríamos aportar para trabajar en el aula un aspecto tan relevante con la igualdad entre ambos sexos, pudiendo ser modificada y adaptada a las características y necesidades de cada alumnado. Los cuentos, videos, materiales e incluso las canciones pueden sernos de gran utilidad, así como utilizar un vocabulario no sexista que englobe al colectivo, charlas en torno a la temática, el uso de juguetes y juegos, la asignación de responsabilidades… Todo a nuestro alrededor nos puede facilitar esta difícil tarea de conseguir una sociedad igualitaria, democrática y responsable con todos y todas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Referencias

BLANCO GARCÍA, N. (2007). Coeducar es preparar para la libertad. Andalucía Educativa, 24-27.

C, V. C., & MARTÍNEZ TEN, L. (2009). Ciento treinta actividades para coeducar. Una propuesta para incorporar la igualdad en la escuela.

DÍAZ AGUADO, M., & CARVAJAL GÓMEZ, M. (2011). Igualdad y prevención de la violencia de género en la adolescencia. Madrid: Ministerio de Igualdad, Delegación de Gobierno para la Violencia de Género. Universidad Complutense.

HIDALGO VALVERDE, J. (2001). Educar a través del mundo de la imagen: el cine. Murcia: Copistería Pagán.

INSITUTO DE LA MUJER. (2008). 25 años del Instituto de la Mujer (1983-2008). Una historia abierta. Madrid: Instituto de la Mujer.

INSTITUTO ANDALUZ DE LA MUJER. (2012). Andalucía detecta: Sexismo y violencia de género en la juventud. Junta de Andalucía: Consejería para la igualdad y el bienestar social.

INSTITUTO DE LA MUJER. (2009). Guía de Coeducación. Síntesis sobre la Educación para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres. Gobierno de España: Ministerio de Igualdad.

MORENO LLANEZA, M. (2013). Queremos coeducar. Avilés: Centro del profesorado y recursos. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.

PUERTA SÁNCHEZ, S., & GONZÁLEZ BAREA, E. (2015). Reproducción de los estereotipos de género en Educación Infantil a través de los juegos y juguetes. Investigación en la escuela, 63-62.

RODRÍGUEZ MARÍN, Y. (2016). La enseñanza y el aprendizaje de la coeducación en las aulas de Educación Infantil de la región de Murcia. [Tesis doctoral]. Murcia: Universidad de Murcia.

TORRES SAN MIGUEL, L. (2010). Nuevos retos para la escuela coeducativa. Revista pedagógica, 15-44.

 

 

[1] El color violeta, se asocia al feminismo. Hoy en día, colocarse las gafas de color violeta es una expresión que hace referencia a cambiar nuestro punto de vista para verlo desde el feminismo y observar los abusos y discriminaciones que sufren las mujeres, tanto en las situaciones cotidianas como en las discriminaciones a nivel mundial. Estas gafas imaginarias proponen a las personas la empatía de mirar a través de los ojos de una mujer discriminada. 

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