En los últimos años, se ha ido integrando en empresas públicas y privadas personas que presentan alguna diversidad funcional, reforzándolo desde la educación en el aula. Por ello, lo que se está intentado es no excluir a ninguna personas por dicho problema, ya que no implica ningún impedimento para la inserción laboral.

           La Ley 13/1982, de Integración Social de los Discapacitados, ordena que en las empresas públicas y privadas que tengan empleados a más de 50 trabajadores, 2 de estas tengan que presentar cierta discapacidad, por los cuales reciben ayudas económicas.

         En la formación de personas con discapacidad, hay que tener en cuenta una serie de aportaciones que les ayuden a mejorar su formación y, a su vez, facilite al docente su metodología con ayuda de las siguientes orientaciones: • Plantear las sesiones de manera que estimule la motivación para aprender, valorando el esfuerzo frente los resultados, ya que no tienen las mismas habilidades para afrontar ciertas situaciones o problemas. • Es importante dejarles que dominen sus propias tareas para que se equivoquen por sí solos y así reforzar la motivación para mejorar. • Los psicólogos recomiendan que desde el lugar de trabajo, se les establezcan objetivos adecuados que tienen que cumplir en su puesto de trabajo, con el fin de motivarlos en la práctica. • Se aconseja que tengan a alguien de apoyo, porque en algunas circunstancias pueden presentarse problemas que no pueden solucionar, y al verse sin ayuda pueden aparecer problemas de autoestima y de desconfianza sobre sí mismo. • Entre otras más.

          Por todo lo anterior, cabe decir que es muy importante que estas personas se sientan integrados en la sociedad y no discriminados, para que les ayuden a mejorar su autoestima y la necesidad de independencia que por sus problemas, apenas pueden disfrutar de la misma.