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La mediación intercultural, ¿es posible?

Judith Illescas

Publicado el 10/09/2015 13:09

En España, el número de inmigrantes ha aumentado considerablemente, poniendo a prueba a la sociedad española frente a la igualdad y la solidaridad, prejuicios, estereotipos raciales y culturales, desconfianza, utopías, entre otras más. La multiculturalidad refleja la diversidad cultural, lingüística y religiosa en una misma sociedad, teniendo como principal pilar de bienestar común la igualdad y el derecho a la diferencia.

En la actualidad, más que utilizar la palabra “multiculturalidad” utilizamos “interculturalidad”; va más allá, plantea las relaciones interétnicas, ínterlingüísticas e interreligiosas, basadas en la convivencia de la diversidad. Pero, ¿qué relación tiene la interculturalidad con la mediación? “Se entiende por mediación aquel medio de solución de controversias, cualquiera que sea su denominación, en que dos o más partes intentan voluntariamente alcanzar por sí mismas un acuerdo con la intervención de un mediador” según expone la Ley 5/2015, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles,

Por lo tanto, podemos decir que la mediación intercultural es una intervención de terceras partes en situaciones sociales de multiculturalidad orientada hacia la consecución del reconocimiento del otro a través de la comunicación, aprendizaje, convivencia, en asuntos sociales o institucionales. Cabe mencionar que la mediación, es aplicable en numerosos ámbitos, como pueden ser: educación, social, sanidad,

El mediador es el puente entre las dos culturas, con punto de partida y de llegada, intentando unir, acercar, diluir tensiones, y conseguir que haya comunicación entre las partes. Por todo ello, cabe decir que la labor del mediador es complicada y muy delicada, con un enorme grado de solidaridad y compromiso.

Ante los problemas mencionados anteriormente, el mediador se puede enfrentar a los siguientes conflictos: La conciliación, en el que éste tiene mucho peso. Suele tener lugar en el mundo laboral o social, y se parte de que ambas personas están dispuestas a solucionar un problema. El arbitraje. En este caso, se necesita que ambas partes reconozcan la autoridad del mediador y es el que dictamina la situación. La negociación, proceso en el que no hay una tercera persona que intervenga sino que las personas implicadas tienen que encontrar la solución. Ante una situación a resolver, ¿cómo tiene que actuar el/la mediador/a? Tiene que ser comprensivo/a, escuchar a sus clientes, entender su situación psicológica, aprender el idioma, tiene que ser a su vez animoso/a, entusiasta, hablar despacio, saber encontrar el momento y el lugar adecuado para la mediación con las partes.

Así pues, es importante que conozcamos que hay especialistas y profesionales que ayudan a resolver conflictos en personas de etnias y culturas diferentes, pero por otro lado, no debemos olvidar que es un problema que nos incumbe a todos, por lo que si en nuestra comunidad, lugar de trabajo o incluso en la calle, observamos o conocemos caso de conflicto, debemos reaccionar.

Para contemplar un debate sobre la mediación intercultural y un reportaje del mismo, haced clic aquí,  y podréis disfrutar con más hondura en el tema.

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