Shadow Teacher, asistente o auxiliar terapéutico (pedagógico), asistente educativo, maestro/a de apoyo… son muchos los términos que se han utilizado para denominar este apoyo profesional.

En definitiva, se trata de esto, un apoyo educativo, una figura vital que ayuda a la integración de los menores en el ámbito académico. Hablamos de terapeutas, pedagogos, psicólogos o, incluso, enfermeros/as que cuentan con conocimientos en el desarrollo infantil: problemas de lenguaje, espectro autista, estrategias aprendizaje para trastornos del neurodesarrollo, entre otras.

El acompañamiento terapéutico en centros educativos

Como hemos mencionado, el acompañamiento terapéutico tiene como fin colaborar con la integración de los niños con ciertas patologías, abordando cada una de ellas de una manera específica, adoptando los recursos que se consideren necesarios, impulsando el desarrollo y motivando a la persona.

Este acompañamiento en el ámbito escolar puede darse en cualquier institución educativa de nivel inicial, Primaria, Secundaria o universitario. Resaltando aquí también el rol del centro educativo, que debe dar respuesta a la diversidad de necesidades de aprendizaje, contemplando de esta forma la heterogeneidad de su alumnado y promoviendo la inclusión e integración educativa, así como la cohesión social. Ya que, al fin y al cabo, es una de las finalidades de la educación.

Aunque, cabe destacar que no sólo podemos encontrar a un maestro/a en la sombra en los centros educativos. En muchas asociaciones, entidades de atención al neurodesarrollo e, incluso, el mismo centro ofrece la posibilidad de que las familias contraten a estos profesionales para favorecer la integración del menor en la escuela.

“Con la figura del/la maestro/a sombra, se pretende dar más apoyo a este tipo de alumnado y favorecer el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje desde una perspectiva integradora y educativa. No obstante, a pesar de que la comunidad educativa y las familias llevan muchos años pidiendo este recurso, actualmente no se está gestionando ni invirtiéndose en ello, suponiendo un gasto extra para las familias que puedan permitirse pagar de su bolsillo esta figura educativa” añade María José Pérez Páez. Licenciada en Psicología y experta en aspectos del Trastorno del Espectro Autista (TEA), discapacidad y diversidad funcional.

¿Cuáles son las principales funciones de los maestros/as en la sombra?

Un error común es pensar que un maestro/a en la sombra es el canal de comunicación del niño/a. No es así, su cometido es enseñarle a relacionarse con las personas, contando con el hecho de que, en un futuro, no necesitará de este apoyo. Por lo que es fundamental diferenciar entre el apoyo que se le ofrece y la resolución de problemas en sí.

Igualmente ocurre con las situaciones problemáticas que se presenten. Como con la comunicación, el/la profesional debe darle las ayudas que estime para que resuelva por sí mismo/a el problema. Se debe pensar siempre qué haría el alumno/a si no contara con el apoyo del profesional.

“El personal que adopte el rol de maestro/a sombra con el alumnado con Trastorno del Espectro Autista, también conocido como TEA, se encargará de ofrecer especial refuerzo en que este alumnado preste atención a la tarea que realiza, le adapta el material para que sea accesible, facilita el canal de comunicación e interacción entre tutor/a, docente y alumno/a, le ofrece apoyo en el seguimiento de la agenda o de secuencias para la realización de diversas tareas, le acompaña en los desplazamientos entre aulas o ubicaciones que necesite (baño, cocina, patio, entradas y salidas del centro educativo, etc.). Así como favorece la integración de este alumnado con el resto de su grupo de referencia, tanto a nivel curricular como por edad. También potencia el juego y las interacciones lúdicas entre el resto del alumnado, potenciando así la parte social” afirma María José Pérez Páez.

El maestro/a en la sombra no sólo ayuda a su alumno, debe tener una buena relación con profesores y el resto de los alumnos de clase. Al fin y al cabo, debe ser visto como un apoyo para todos, considerándose útil para todos los miembros del aula. Y, especialmente, como ayuda para profesores, enseñando pautas sobre cómo dirigirse y enseñar a los alumnos con necesidades educativas especiales.

“La labor de los docentes de apoyo en las aulas con alumnos con TEA es fundamental, ya que estos alumnos necesitan una atención especial para poder llevar a cabo de forma apropiada el aprendizaje. No solamente es importante una buena adaptación curricular, también un seguimiento continuo en las actividades y atención.  De esta forma el alumno se puede enfrentar a muchas situaciones en el aula que le pueden generar, ansiedad, agobio, estrés…” Comenta Ruth Yi Hita Gutiérrez, graduada en Pedagogía por la Universidad de Granada y miembro de la Comisión de Academic Board en INESEM.

Estos apoyos tampoco deben mantenerse durante mucho tiempo, ya que corremos el riesgo de que se haga dependiente y sea más difícil desvanecerla en el futuro.

En cuanto a las habilidades con las que debe contar un/a maestro/a en la sombra, es fundamental poseer conocimientos sobre las necesidades educativas especiales de cada estudiante. Incluyendo el autismo, problemas en el desarrollo del lenguaje expresivo y receptivo, TDAH, síndrome de Down, entre otros. También es importante saber cómo manejar la dificultad que tienen algunos niños para iniciar y mantener la interacción social, así como implantar el juego simbólico variado.

Igualmente, cualquier formación en educación infantil en el desarrollo de niños, un Grado de especialización en educación especial o una certificación en atención temprana son algunas de las principales opciones. ¡Si buscas especializarte, puedes echar un vistazo al Máster Oficial en Atención Temprana de Red Educa!

Y si quieres leer más sobre ello, te invitamos a que eches un vistazo a:

• ¿Cómo se pueden detectar los problemas de desarrollo en los niños?
• Rutinas con pictogramas en autismo