Que es la discalculia y cómo tratar ese tipo de dislexia.

La discalculia del desarrollo se trata de un tipo de trastorno que se caracteriza por tener dificultades en la correcta adquisición de habilidades aritméticas, lo cual afecta de una manera significativa en el rendimiento académico o incluso, en  actividades de la vida cotidiana que requieren capacidad para realizar algún cálculo. Es decir, se trata por tanto, de una discapacidad en el aprendizaje de las matemáticas que puede encontrarse a muchos niveles.

Este tipo de personas pueden tener problemas, por ejemplo, en conceptos importantes, como mayor o menor, dificultad para resolver ejercicios sencillos o con conceptos matemáticos más abstractos. Es totalmente equivalente a una dislexia, y aunque mucho menos conocida, algunos autores creen que es igual de común.

Las señales para saber si alguien padece discalculia varían de una persona a otra e incluso son diferentes en función de la edad. Por lo que la única manera de saberlo es a través de una evaluación. Aunque algunas de las señales más predominantes suelen ser usar los dedos para contar, no recordar procesos matemáticos básicos, problemas con la hora, problemas con números que sigan una secuencia o un patrón, problemas con los cálculos del dinero, problemas con las cantidades, problemas para asociar la palabra a su correspondiente número, con recordar las tablas de multiplicar, con la velocidad o la distancia…

No se conoce la causa exacta de este trastorno, pero se habla de dos posibilidades. Una es debido a los genes, ya que se ha demostrado que podrían jugar un papel importante y otra, es debido al desarrollo cerebral, donde se ha podido ver que la estructura y el funcionamiento de este se encuentran en estrecha relación con las habilidades del aprendizaje, además de una clara diferencia del mismo, entre las personas con y sin discalculia.

No existe un medicamento para tratar la discalculia, pero hay diversas maneras de poder ayudar a esas personas que tienen esa enorme dificultad para progresar en el aprendizaje en matemáticas. El tratamiento, para esta discapacidad, más efectivo, es un  diagnóstico precoz. Cuanto antes se conozca el problema, más posibilidades tendremos de ofrecer las herramientas necesarias para ayudar en ese proceso de aprendizaje y por lo tanto, evitar un posible retraso. Tras el diagnóstico, se debe realizar una intervención específica donde se incluya el trabajo de un especialista, la familia y el colegio. Se necesita un entrenamiento adaptado, que se realice diariamente, que busque comprender conceptos y procedimientos y en el que usen materiales que faciliten dicha comprensión.

Algunas actividades que pueden servir de ayuda son aquellas con las que se estimulan las redes de conexiones neuronales encargadas de procesar el lenguaje numérico.

Los juegos que se pueden realizar en casa y que servirían de ayuda para superarla son, por ejemplo, cocinar, haciendo todos los cálculos que se puedan, con los ingredientes, con el tiempo de elaboración, con el peso… Juegos de encontrar números, eligiendo un número y buscándolo en todos los sitios posibles. Juegos de contar, eligiendo algún objeto, algún color… y buscándolo en todos lados, teniendo que ir sumando las veces que lo has localizado. Entre otros muchos más.  

Otras opciones que también pueden servir de ayuda son la enseñanza multisensorial  que puede ayudar con los conceptos matemáticos, o las adaptaciones necesarias, como el uso de objetos manipulables o la tecnología de asistencia.

Son muchas las personas que culpan los problemas que se puedan tener en matemáticas a ser malos en la materia, a no prestar atención, torpeza… debido al desconocimiento que se tiene sobre este tema, sin embargo, como hemos podido ver, la discalculia se trata de una condición biológica, una discapacidad o trastorno, al igual que sucede con otras como la dislexia.