Imagen generica
¿Aún no estás registrado?
Regístrate ahora, son 2 minutos

Subimos persianas

LYDIA LOPEZ

Publicado el 27/10/2020 21:10

- ¡Buenos días chicos!, ¡Subimos persianas!

Y como si nunca hubiera pasado nada: nos sentamos en la línea de distancia, nos hemos tomado la temperatura y puesto el gel hidroalcohólico, llevamos nuestra mascarilla y nos disponemos para una jornada escolar en clase burbuja (grupos de convivencia estable) donde todos los que nos relacionamos llevamos puestas nuestra mascarilla y podemos estar juntos, ¡que palabra más bonita! "juntos". También tenemos los grupos distancia media aquí nos situamos” junto a”, al lado de o cerca de, esta cercanía no debe de ser inferior a metro y medio, pero estamos ”junto a” y eso es lo que importa.

 

Todo esto y mucho más lo aceptáis sin hacer preguntas, sin valorar, obedecéis a una escuela diferente que dejamos hace unos meses y hemos recuperado, totalmente cambiada en poco tiempo con una distribución, normas y planes de contingencia cuyos objetivos son la formación académica junto a la seguridad sanitaria de cada uno de nosotros .

 

No hemos podido abrazarnos, ni darnos el afecto al que estábamos acostumbrados.

Pero no ha sido necesario. Hemos renovado nuestra forma de expresarnos. Hemos activado otros sentidos: los ojos, las manos, nuestro cuerpo, dinámico y enérgico debido a la edad y las ganas de vivir y sobre todo esa sonrisa que no se puede esconder detrás de una mascarilla, por muchos dibujos que esta lleve y variada que sea, pues cuando sonríes tus ojos brillan, chisporrotean y observo en ellos que me echabas de menos.

Y yo sé que tú, alumno, eres feliz. No tienes miedo. Confías en mí, te doy seguridad soy esa gran amiga tuya femenina singular, poderosa compañera de tu vida que proporciona conocimientos que se considera básicos e indispensables, fuerte y serena que te acompaña desde la infancia y a la que llamas ESCUELA.

Te doy seguridad y soy tu segunda casa o así me llaman algunos. Soy un lugar de encuentro, de vida mayúscula, donde tu habitas y me conoces. Sabes que deseo lo mejor para ti y que construyo futuro, tu futuro. Ahora más que nunca estoy viva. He vuelto otra vez a responder como en otros tantos momentos, a resurgir como una diosa en el Olimpo, con mis grandes defectos y mis grandes virtudes pues soy la vida misma.

Pretendo que el tiempo pase volando, tiempo Kairós que representa el tiempo de calidad, ése en el que estás tan metido en la experiencia que no sabes qué hora es aprendiendo a aprender.

Vivo en el colegio desde hace décadas, pero mi casa siempre está llena de juventud, jovialidad y alegría. No envejezco, soy eterna en el tiempo.

Mis arrugas son historia, mi altura es la tolerancia, mi mirada la igualdad e inclusión, y mis cimientos están armados por las columnas de la educación, ellas me sostienen.

Soy firme y constante en afectos, ideas y obligaciones y cumplo con mis compromisos hacia alguien o algo. Soy fiel a vosotros, siempre estoy ahí, amiga de mis amigos y enemigos. Todos cabemos en mi hogar, lugar donde habitáis, creando en él la sensación de seguridad y vida.

Todos somos, aquí en mi casa, constructores de encofrados humanos y académicos, cimentando la base de vuestras vidas y de un futuro siempre prometedor y desconocido, pero en continua evolución, innovación y crecimiento. Trabajo para ti y solo para ti, mi gran y amado alumno.

Bueno, he de confesar mi gran admiración y debilidad por mis alumnos preferidos: los maestros. Vosotros me mantenéis viva en el tiempo. Me vestís de la mejor calidad, con las más lujosas, importante y respetables ropas de LA EDUCACIÓN. Todos habéis sido alumnos míos. Os adoro. Os observo. Os veo como grandes camaleones. Sois plásticos, renovadores, valientes y poderosamente tecnológicos como buena muestra habéis dado durante estos últimos tiempos, cada uno de vosotros. No hay barreras ni obstáculos. Trabajáis sin miedo, con confianza. Sin vosotros, yo no existiría. Es más, no sería nada.

Os agradezco que me otorguéis la eternidad, vuestra labor de hoy será seguro y sin lugar a duda el futuro del mañana.

Gracias mis admirados maestros por hacerme sentir viva y cada vez más orgullosa de vosotros y como decía un alumno mío llamado Albert Einstein: “Cualquier momento es perfecto para aprender algo nuevo” y este momento, en especial que vivimos, es tremendo, adjetivo que significa algo extraordinario, muy grande en tamaño e intensidad esta palabra en vosotros cobra fuerza, la transformáis en una habilidad que hacéis costumbre, rutina, en un día a día, que da sentido a la sociedad, haciendo que esta fluya y funcione con la mayor normalidad posible.

Y como por arte de magia... voalà “subís persianas”.

Estáis haciendo realidad casi lo imposible que mis puertas se abran cada mañana, sé que seguiréis subiendo persianas, para que, entre la luz del saber, el estar y el ser.

Gracias por ser tremendamente maestros.

Siempre vuestra “La Escuela”

 

0
“¿Te ha parecido interesante este artículo? ¡Dale a me gusta!