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Pensamiento Computacional en la asignatura de Tecnología

Rafael Gil González

Publicado el 30/09/2021 20:09

Vivimos en un mundo cada vez más tecnológico en el que los ordenadores, los móviles, internet … se han convertido en el centro de nuestras actividades cotidianas, tanto de ocio como profesionales.  Esto se refleja, como no podía ser de otra forma, en el mundo escolar. Pero corremos el riesgo de trasladar al alumno la idea del ordenador, móvil, tablets como un fin y no como una herramienta útil y necesaria. Utilicemos la informática, por tanto, como herramienta para la obtención de objetos o sistemas que nos hagan la vida más cómoda. Al fin y al cabo, esa es la definición de Tecnología. Tecnología no es aprender a utilizar las herramientas informáticas, sino la utilización de estas para solucionar los problemas que se plantea la sociedad.

La metodología más adecuada en la asignatura de Tecnología en la ESO o incluso en la parte más práctica de Tecnología Industrial de Bachillerato es el método de proyectos o ABP (aprendizaje basado en proyectos). Aquí es donde juega un papel muy importante el pensamiento computacional. En palabras de Jeannette Wing “el pensamiento computacional implica resolver problemas, diseñar sistemas y comprender el comportamiento humano haciendo uso de los conceptos fundamentales de la informática”.  Es decir, utilizamos lo que nos ofrece la informática, su eficiencia, para la resolución y construcción de las soluciones a nuestros problemas. El pensamiento computacional es el intermediario entre la idea y el objeto o el sistema.

Es indudable que actualmente no podemos, ni debemos, prescindir de los ordenadores, de su capacidad y rapidez de cálculo, de la enorme capacidad de manejo de datos, de su toma de decisión instantánea cuando se han programado posibles acciones, pero tampoco debemos dejar de potenciar y trabajar la capacidad que nos diferencia a los seres humanos de los ordenadores: la creatividad, empatía, sensibilidad y, por qué no, la subjetividad.

La sociedad debe avanzar utilizando los ordenadores en tareas especializadas, repetitivas y en el manejo de volúmenes grandes de información. Los ordenadores no se cansan y “obedecen” las ordenes ciegamente. Ante eso el ser humano no puede competir. Por ello, se nos plantea el reto de modificar el sistema educativo y enseñar a nuestros alumnos potenciando, no el aprendizaje por repetición, de memoria, sino aprender a relacionar conceptos de muy distintas áreas, reaccionar eficientemente ante lo impredecible (ante lo predecible ya lo hacen las máquinas), utilizar las emociones y ser críticos, salirnos de la norma cuando sea necesario. Así seremos capaces de “crear” nuevas ideas, resolver problemas no predecibles, …

Asumiendo la necesidad de servirnos de los ordenadores, es fundamental entender su “forma de pensar”, sus algoritmos, su “rigidez mental” para poder sacar el máximo partido a esa herramienta. Por ello se hace fundamental introducir en la escuela el pensamiento computacional como una metodología más de trabajo, sobre todo en materias como la Tecnología. 

La metodología que utilizaremos en el aula comenzará con la propuesta de un proyecto a realizar que nacerá de una necesidad. Es muy importante que el alumno comprenda que cualquier proyecto debe nacer de una necesidad, que la sociedad avanza a la par que la tecnología, respondiendo a nuestras necesidades y que, para abordar el problema, una buena estrategia es dividirlo en partes que puedan tratarse individualmente.  

En una segunda etapa el alumno irá investigando, estudiando y aprendiendo conceptos, procedimientos, herramientas que le serán de utilidad para resolver el problema. El profesor será el agente vehicular que guíe al alumno en este proceso. La división anterior nos ayudará a elegir las herramientas más adecuadas.

Después comienza la etapa de diseño. En ella se utilizarán las herramientas que aprendimos a manejar en la segunda etapa. El pensamiento computacional ayudará al alumno a dividir el gran problema en problemas más sencillos. Esta etapa no arranca necesariamente con un ordenador. Dependiendo de la edad de los alumnos podremos trabajar distintas estrategias “conectados” o “desconectados”. Esta es la etapa que vertebrará todo el proceso posterior. El diseño de la estrategia a seguir nos llevará al fracaso o al éxito.

La cuarta etapa es la planificación de nuestro trabajo. Si éste ha sido adecuadamente dividido en pequeñas parcelas, atendiendo a las directrices del pensamiento computacional, esta etapa sólo consiste en ordenar dichos trabajos e ir conformando el puzle.

Una vez planificado el trabajo de construcción, los alumnos comienzan lo que más les gusta, construir y dar forma a nuestro proyecto. En esta quinta etapa del proceso, es donde realmente se realizan los aportes más imaginativos y que pocas veces se parecen al diseño o idea original. Es en esta fase donde realmente aprenden a diseñar, a buscar información, y a replantearse muchas de las etapas anteriores. Introducimos aquí algunos conceptos clave en el pensamiento computacional como es la recursividad y la iteración. Nuestra primera solución debe ser replanteada para ir modificándola, introduciendo pequeños cambios y optimizar así el resultado.

Solo nos queda evaluar el trabajo desde varios puntos de vista, desde el objeto o sistema diseñado, desde la organización y trabajo de grupo y desde la estrategia seguida para la resolución.

Desde luego la forma de trabajar en esta asignatura no puede ser otra que el ABP enriquecido, obligatoriamente hoy en día, con el pensamiento computacional.

Es muy importante el esfuerzo que se está haciendo desde el INTEF en este camino, facilitando formación a los docentes en sus Escuelas de Pensamiento Computacional para primaria, secundaria y bachillerato, pero creo que es necesario por parte de los departamentos didácticos el esfuerzo de introducir en las programaciones esta metodología como línea común de actuación, no en el desarrollo de actividades puntuales o de determinados profesores.

Pero ¿cómo podemos definir el pensamiento computacional? Tasneem Raja En el post We Can Code It!, de la revista-blog Mother Jones en 2014 dice que el enfoque computacional se basa en ver el mundo como una serie de puzles, a los que se puede romper en trozos más pequeños y resolver poco a poco a través de la lógica y el razonamiento deductivo”.

La programación informática nos ayuda a dividir los problemas en problemas más pequeños. Se trata de la principal y más importante estrategia a la hora de aportar soluciones a nuestras necesidades. Esta estrategia facilitará a los alumnos la planificación del trabajo en el aula, taller, … Hará que cada alumno sea responsable de una parcela del desarrollo fomentando de esta manera la autoestima, el compromiso y la importancia de todos y cada uno de los miembros del equipo de trabajo.

Tal vez la definición más acertada o, al menos más utilizada por la comunidad sea la de Jeannette Wing: “El pensamiento computacional implica resolver problemas, diseñar sistemas y comprender el comportamiento humano haciendo uso de los conceptos fundamentales de la informática”

Desde el punto de vista de la metodología que habitualmente utilizamos en la asignatura de Tecnología, tal vez esta sea la definición más completa ya que hace alusión a la base fundamental de nuestro método. Se trata de “resolver problemas o diseñar sistemas”, nuestro punto de partida en todo momento. Pero lo más importante de la definición radica en considerar el comportamiento humano como algo a desentrañar por parte, en este caso, del alumno. En definitiva, la resolución de los problemas es por y para los seres humanos. Introducir en la definición el comportamiento humano es introducir la imaginación, la emoción, la creatividad, la inteligencia. Para ello, acaba diciendo, utilizaremos lo que nos ofrece la informática que no es más que una herramienta, muy potente, eso sí, pero sólo una herramienta.

Es muy importante ser consciente de lo que aporta el pensamiento computacional al desarrollo y conformación de la personalidad del alumno. Esta forma de trabajar nos obliga a dividir el problema en otros más pequeños y repartir el trabajo de modo que todos somos necesarios y todos dependemos de todos. Esto hace que sea ineludible desarrollar valores como responsabilidad, tolerancia, cooperación y solidaridad. El diálogo se convierte en el único camino para llegar al fin del proyecto. El alumno ensaya así el ejercicio de la ciudadanía democrática.

Esta forma de trabajar desarrolla hábitos de disciplina, estudio y trabajo individual y en equipo como condición necesaria para una realización eficaz de las tareas del aprendizaje y como medio de desarrollo personal tal y como reza uno de los principales objetivos de esta etapa.

Necesariamente en el trabajo colaborativo aparecerán conflictos, necesarios para el desarrollo de las habilidades sociales, fortalecimiento de sus capacidades afectivas y resolución pacífica de estos conflictos.

Desde luego, el pensamiento computacional desarrolla destrezas en la utilización y manejo de las fuentes de información dado que debemos tener delimitado el problema y bien documentado para poder abordarlo. Y, por supuesto, ayuda a adquirir una preparación básica en el campo de las tecnologías, especialmente las de la información y la comunicación.

Desarrollaremos con esta metodología el espíritu emprendedor y la confianza en uno mismo, la participación, el sentido crítico, la iniciativa personal y la capacidad para aprender a aprender, planificar, tomar decisiones y asumir responsabilidades.

Si entendemos competencia como la integración de destrezas, habilidades, valores y actitudes de las personas frente a un problema, el pensamiento computacional ayuda a potenciar varias de las competencias básicas que queremos desarrollar en nuestro sistema educativo.

La empresa Samsung con su programa Samsung Smart School lleva años estudiando el beneficio del pensamiento computacional en el desarrollo de competencias como comunicación lingüística, aprender a aprender, competencia digital, competencia matemática y la competencia básica en ciencia y tecnología, obteniendo resultados significativos. Se han observado también mejoras en el trabajo colaborativo, autonomía personal y razonamiento lógico. En el estudio han participado alumnos entre 10 y 14 años de 13 comunidades autónomas

En definitiva, cada vez aparecen más investigaciones y estudios que apoyan esta metodología de trabajo.

Con este artículo pretendo dar una visión de lo que considero que debe ser la enseñanza de la Tecnología en los institutos en un futuro. No podemos obviar la importancia que están adquiriendo los ordenadores, y debemos dotar a los alumnos de las capacidades y competencias necesarias para comprender y domeñar los medios informáticos. El pensamiento computacional nos ayudará en esta tarea y para ello debemos introducirlo desde las etapas iniciales de la educación.

Debemos hacer hincapié en los pilares básicos del pensamiento computacional: Descomposición del problema, reconocimiento de patrones repetitivos, abstracción y formulación de algoritmos

Creo que este tipo de metodología se irá imponiendo en la enseñanza puesto que es la forma en la que nos relacionaremos con un entorno cada vez más tecnológico del que no podemos huir.

Pero no debemos perder de vista que es una metodología para abordar problemas, nunca debemos verlo, ni facilitar que otros lo vean como un fin.

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