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Creando entornos estimulantes para el aprendizaje

Silvia Crespo

Publicado el 28/03/2022 11:03

aprendizaje

Creando entornos estimulantes para el aprendizaje

 

“Los adultos admiran el ambiente, pueden recordarlo, pero el niño lo absorbe. No recuerda las cosas que ve, sino que estas cosas pasan a formar parte de su psique; encarna en sí mismo las cosas que ve y oye”. (Montessori, 2014, p.89)

 

Este artículo explora el concepto de entornos propicios en la educación para favorecer el desarrollo en las diferentes etapas de aprendizaje.

Palabras clave: Desarrollo, ambiente, estímulo, recursos, espacio, riesgo, oportunidades.

 

Qué es el entorno.

El entorno desempeña un papel fundamental a la hora de apoyar y ampliar el desarrollo y el aprendizaje de nuestros alumnos. En el enfoque Reggio Emilia se reconoce al entorno como al tercer maestro. Los padres y los maestros son los dos primeros.

Desde un punto de vista educativo, el ambiente que rodea al niño constituye su entorno de aprendizaje, formado por los diversos espacios físicos, los contextos y las culturas en los que los alumnos aprenden.

El entorno se refiere a toda la atmósfera que le rodea, no sólo el espacio físico sino también las personas que lo integran. Los espacios interiores y exteriores influyen directamente en la calidad de la práctica, orientando e inspirando el aprendizaje de los niños. Por otro lado, las relaciones son las que constituyen el entorno emocional, incluyendo el modo en que las personas se comportan, hablan e interactúan.

 

Un entorno propicio para el aprendizaje ayudará a responder a las necesidades individuales a la vez que ofrece experiencias para aprender y desarrollarse, y promueve una sólida colaboración entre los adultos que interactúan en su entorno.

 

Qué es un entorno estimulante.

Los entornos propicios para el aprendizaje animan a los alumnos a interactuar con el entorno debido a que se sienten relajados y cómodos en el mismo. Al sentirse emocionalmente seguros, son capaces de explorar y descubrir el lugar en el que se encuentran. Permiten experiencias que comienzan siendo predecibles, reconfortantes para pasar a ser desafiantes a través de las oportunidades de aprendizaje que se ponen a su alcance.

Creando entornos educativos

 

Los ambientes propicios para aprendizaje ofrecen recursos estimulantes, una gran cantidad de oportunidades para explorar y descubrir. Cuántas veces hemos escuchado la expresión los niños son como esponjas; su cerebro se desarrolla más rápido que cualquier otra parte del cuerpo, absorben toda la información que les rodea para después interpretarla activamente.

Brindan ricas oportunidades de aprendizaje a través de una pedagogía de enseñanza lúdica. A través del juego, debemos ser capaces de cautivar y mantener el interés, atendiendo a sus necesidades, planificando para satisfacerlas.

Además, al sentirse seguros y llenos de confianza, son capaces de explorar nuevas situaciones que impliquen riesgos, explorar nuevas experiencias, ser resueltos y decididos generando aprendizajes. De esta manera se aúnan las teorías de la zona de desarrollo próximo de Vygotsky, y los enfoques de Montessori y Reggio Emilia.

 

Tipos de entornos estimulantes.

La forma en que los niños perciben el mundo que les rodea a través de sus sentidos puede ayudarnos a aprender a estimularlos de la forma más eficaz tanto en la escuela como en familia.

Los sonidos y los colores son muy importantes en el entorno. Algunos sonidos pueden causar irritabilidad o hiperactividad en los alumnos. Hay que procurar minimizar los ruidos ambientales molestos que pueden perturbar su actividad y necesidad de tranquilidad o descanso. Esos ruidos molestos pueden reducirse con un aislamiento acústico, eligiendo aires acondicionados silenciosos o almohadillas de fieltro bajo los muebles. El eco puede reducirse con paneles y textiles e incluso con plantas.

Los colores transmiten diferentes emociones, así el color rojo está relacionado con la energía, el verde con la armonía a la vez que estimula el aprendizaje del niño, el azul implica calma, el amarillo inspira y el marrón conforta. Demasiados colores o muy brillantes pueden agitar y sobre estimular.

Tipos de entornos estimulantes

 

Los alumnos necesitan su propio espacio. Dentro del entorno interior precisan oportunidades de exploración sensorial con el fin de crear conexiones que les ayuden en su forma de comprender la realidad. Usando estanterías, alfombras, muebles divisores o cortinas así como diferentes superficies de suelo, cojines o muebles a diferentes alturas, longitudes y texturas podemos crear espacios y separar áreas en interiores mediante mobiliario móvil. La existencia de espacios abiertos así como espacios para actividad física y relax son ideales.

 

Escuchar a los niños y estar pendiente de sus necesidades nos permitirá realizar los cambios necesarios mediante un proceso de retroalimentación.

 

Un entorno exterior ofrece la oportunidad de experimentar en la naturaleza y el clima, moverse más libremente, asumiendo riesgos, desarrollar su salud, fuerza y coordinación. Ofrece una gama más variada de movimientos que un entorno cerrado en el interior. Las relaciones son también diferentes al aire libre. Los niños que son tranquilos en interiores suelen ser menos inhibidos al aire libre. Las oportunidades al aire libre son multisensoriales, ofrecen un entorno significativo, estimulante y motivador.

Es importante que los niños puedan tomar sus propias decisiones, ofreciéndoles opciones, para explorar en el entorno que prefieran y donde se sientan más cómodos, siempre que las circunstancias lo permitan.

 

Los niños son muy perceptivos. Son conscientes de los sentimientos de otros y el ambiente que les rodea. Las relaciones entre adultos, con sus iguales y con los adultos tienen un papel esencial en el desarrollo del concepto de sí mismos y en la forma de entender las relaciones sociales. El ambiente emocional constituye la atmósfera sensitiva y afectiva que se percibe en los entornos anteriormente mencionados.

Un entorno emocional positivo proporciona apoyo emocional, permite entender sus sentimientos y mostrar empatía creando una sensación de seguridad que sienta las bases para aprender y desarrollarse. Proporciona la confianza que necesitan para explorar y superar cualquier desafío que puedan enfrentar. Sus esfuerzos serán apreciados sea cual sea el resultado. Por el contrario, un entorno emocional inestable creará inseguridades, falta de confianza en sí mismos y en los demás. Sin tener las necesidades básicas de seguridad y autoestima cubiertas no se sentirán capaces de abandonar su zona de confort y enfrentarse a nuevos retos que su entorno les proporcione.

 

Conclusión.

El desarrollo no se produce sin más, los niños deben contar con un entorno estimulante y con el apoyo y la interacción de los adultos. Los entornos facilitadores proporcionan las experiencias necesarias para aprender eficazmente: Permiten explorar, experimentar, planificar y tomar decisiones de forma independiente en situaciones cotidianas adecuadas a su edad. Reflexionar sobre entorno, aprovechando al máximo las oportunidades disponibles, debe ser una prioridad para los educadores y también para las familias como facilitadores del aprendizaje.

 

Referencias.

  • Walsh, G. y otros (2017) Playful Teaching and Learning. London: Sage.
  • Montessori, M. (1986) La mente absorbente del niño. Editorial Diana. México D.F.
  • Riera Jaume, Mª A, (2005). El espacio-ambiente en las escuelas de Reggio Emilia. Indivisa: Boletín de estudios e investigación, ISSN 1579-3141, nº Extra 3, 27-36.
  • Tassoni, P. y otros (2008) Children's Care, Learning and Development Candidate Handbook Revised Edition. Pearson Education Limited. Harlow.
  • Vigotsky, L.S. (1976): Pensamiento y Lenguaje, La Habana, Ediciones Revolucionarias.

 

 

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