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La evolución de las TIC en el sistema educativo

Ana Belén Rosa Tomillo

Publicado el 17/10/2022 14:10

TIC

Hace algo más de una década se implantaron las TICs (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) en el sistema educativo, dotando los recursos de abundantes medios tecnológicos.

            En este sentido es indudable mencionar el “Programa Escuela 2.0” (2010) del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de nuestro país, cuyo objetivo principal era dotar de infraestructura tecnológica y conectividad tanto a los profesores como al alumnado, lo que supuso una apuesta por la calidad del sistema educativo y por la igualdad, puesto que promovió el uso de las tecnologías como un nuevo recurso en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

            Así pues, bien es cierto que, con la llegada de los nuevos medios digitales en las escuelas como es el caso de las PDI (Pizarras Digitales Interactivas) comenzaron a darse de lado materiales como el cuaderno, la pizarra clásica, la tiza, etc., y, por supuesto, también los medios audiovisuales tradicionales como son los proyectores de transparencias, los equipos de música, etc.

            Desde entonces se cuestiona la necesidad del uso de las tecnologías en la escuela y, en concreto, su aparición desde edades tempranas.

            Claro está que las tecnologías han alcanzado un gran impacto en todos los sectores de la sociedad, incluido el educativo. Pero… ¿debe fomentarse su uso desde edades tempranas? - Existe una gran dicotomía-.

            Por su parte, la Academia Francesa de Psiquiatría sugiere no utilizar las pantallas antes de los 3 años, no mantener contacto con los videojuegos hasta los 6, no acceder a Internet antes de los 9 y no utilizar las redes sociales hasta los 12 años”. Esta guía, creada por Serge Tisseron, se conoce como la regla 3-6-9-12.

            Por otro lado, la propia evolución de las TICs en el sistema educativo, deja patente esta coyuntura.

            Por todo lo mencionado anteriormente, es evidente que el Programa Escuela 2.0 integró, en mayor o menor medida, las TIC en el aula. Utilizo las expresiones «mayor» o «menor» porque tal y como señala el artículo 47 de la revista “Comunicar” (2016), en el sistema educativo pueden observarse dos modelos de integración didáctica de la tecnología, los cuales expongo a continuación.

 

 

            No obstante, tras la integración de las TICs en el aula, comenzó a emplearse el término “TACs” (Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento), propuesto por Vivancos, como una forma de superar la idea de que las tecnologías no son un fin en sí mismas sino un medio a través del cual se adquiere conocimiento.

            Según Lozano (2011), las TACs tratan de orientar las TICs hacia unos usos más formativos, tanto para el estudiante como para el profesor, con la finalidad de aprender más y mejor. Así pues, consiste en ir más allá del dominio de las herramientas tecnológicas, se trata de explorar los usos didácticos de la tecnología para lograr el aprendizaje.

            En palabras de Zambrano y Balladares (2017), una vez más el papel del docente se vuelve imprescindible, ya no se trata de enseñar asignaturas, sino que el buen profesor debe ilusionar al alumno/a, activar su curiosidad e inspirar amor por el aprendizaje.

            Posteriormente, apareció la terminología “TEP” (Tecnologías del Empoderamiento y la Participación) que, en el marco de una escuela inclusiva, supone un recurso para facilitar el aprendizaje y cooperación colectiva de todo el alumnado.

            La autora de las TEPs, Dolors Reig, considera estas tecnologías como un paso natural en la evolución de la era digital, fundamentado en la “participación” y el “empoderamiento”, mediante el cual el ser humano se comunica, trabaja en equipo, adquiere poder y es capaz de promover cambio en la sociedad en la que vive.

            Diversidad de autores, entre ellos Rheingold (2005), Ugarte (2007) y Sacaan Maturana (2009) consideran las redes sociales como espacios de participación ciudadana a través de las cuales se habla y debate sobre diversos temas de interés social, pudiendo citar algunas como: Facebook, Instagram, Twitter, Youtube, entre otras.

            En la sociedad del siglo XXI es difícil concebir una educación que no integre la transformación digital educativa (TDE), vocablo que engloba los conceptos anteriores (TIC, TAC y TEP), dado que las tecnologías forman parte del mundo en el que vivimos.

            El concepto de transformación digital educativa incluye el conjunto de actuaciones orientadas a la mejora y modernización de los procesos, los procedimientos, los hábitos y comportamientos de las organizaciones educativas y de las personas que, haciendo uso de las tecnologías digitales, desarrollen su capacidad de hacer frente a los retos de la sociedad actual (Junta de Andalucía, 2022).

            De modo que, en la sociedad actual surge la necesidad de una acción educativa que logre la formación de ciudadanos competentes mediáticamente, que sepan buscar y discriminar información, comprenderla, expresarse con y a través de los medios, participar activamente y comunicarse; de forma que, puedan compartir ideas y conocimientos con los demás.

            De la misma manera, deben adquirir cierta autonomía que les permita ir más allá de una simple búsqueda, obtención, procesamiento y comunicación de información representativa, es decir, deben ser capaces de transformarla en conocimiento y utilizar dichos conocimientos para afrontar situaciones y problemas determinados de la sociedad a lo largo de su trayectoria vital.

            Así pues, es imprescindible, la formación de los profesores y profesoras para que, con su ayuda, los niños y las niñas consigan un aprendizaje basado en el pensamiento crítico, en la cooperación, en el diálogo, en la producción de nuevos saberes, etc., mediante un proceso de enseñanza-aprendizaje basado en una metodología investigadora e innovadora.

            La innovación en educación y su relación con el uso de la tecnología está sujeta a la mejora de la calidad educativa e incluye aspectos que atañen a la organización y gestión de los centros docentes, la información y la comunicación y, por supuesto, los procesos de enseñanza-aprendizaje.

            Según la Consejería de Educación y Deporte de Andalucía, el Servicio de Innovación Educativa se articula en torno a tres objetivos fundamentales, los cuales contribuyen a afrontar los retos que nuestra actual sociedad requiere, a saber:

  • Mejorar el uso de la tecnología digital en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
  • Reducir la brecha digital desarrollando competencias y habilidades digitales de relevancia para la comunidad educativa.
  • Impulsar la innovación e investigación educativa a través de la inteligencia artificial, el análisis de datos y procesos de previsión para la mejora de las experiencias de aprendizaje y la reducción del abandono escolar.

            Por último, me gustaría finalizar con la siguiente cita de Frances Pedró: “todo aquello que es innovación, añade valor al aprendizaje”.

 

Referencias bibliográficas

Area, M., Hernández-Rivero, V., Sosa, J.J. (2016). Comunicación, sociedad civil y cambio social. Modelos de integración didáctica de las TIC en el aula. Comunicar 2016, vol XXIV, nº 47 79-87.

Lozano, R. (2011). De las TIC a las TAC: tecnologías del aprendizaje y del conocimiento. Anuario ThinkEPI, 2011, v.5., 45-47.

Melamud, A. y Waisman, I. (2019). Pantallas: discordancias entre las recomendaciones y el uso real. Arch Argent Pedriatr 2019, 117 (5), 349-351.

Resolución de 20 de septiembre de 2022, de la Dirección General de Tecnologías Avanzadas y Transformación Digital Educativa, sobre medidas para el impulso de la competencia digital en los centros docentes sostenidos con fondos públicos en el marco del programa de cooperación territorial #ComDigEdu.

Rheingold, H. (2005). Multitudes inteligentes. La próxima revolución social. Gedisa. Barcelona.

Sacaan Maturana, S. (2009). Las redes sociales y la inteligencia colectiva: nuevas oportunidades de participación ciudadana. Ponencia en el IV Congreso de la Cibersociedad 2009. Disponible en: https://www.cibersociedad.net/

Ugarte, D. (2007). El poder de las redes. Manual ilustrado para personas, colectivos y empresas abocados al ciberactivismo. El cobre ediciones. Barcelona.

Zambrano, F.J. y Balladares, K.A. (2017). Sociedad del conocimiento y las TEPs. Innova Research Journal 2017, vol.2., nº 10, 169-177.

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