En la actualidad los constantes cambios sociales en los que nos encontramos sumidos están condicionando el desarrollo de la profesionalidad docente, lo que nos hace cuestionarnos el rol que ha de ejercer tanto ésta como la educación en general, y por tanto, nos hace ver de forma más nítida que a los y las profesionales se les está demandando una formación acorde con esta sociedad.

Por tanto podríamos cuestionarnos ¿qué papel ha de jugar la formación de los y las profesionales de la educación en esta sociedad caracterizada por constantes cambios? De las principales demandas que requiere la educación en la sociedad postmoderna surgen nuevos desafíos a los que los profesionales han de hacer frente, algunos de ellos son los que se mencionan a continuación:
•    La enorme heterogeneidad del alumnado procedente de esta sociedad multicultural está suscitando situaciones problemáticas en los centros; uno de los retos por tanto es el atender a la diversidad de personas y culturas. Asimismo los y las profesionales han de estar capacitados para educar al alumnado con diversidad de necesidades, a la vez que educar para la ciudadanía, desarrollar la competencia cívica de sus alumnos…
•    Surge la necesidad de preparar personas autónomas, se insiste en la necesidad de desarrollar en los centros el objetivo educativo de 'aprender a aprender'; además se presenta como recurso fundamental para los y las docentes la habilidad de aprender, desaprender y reaprender... Dicho de otro modo, se requiere de profesionales centrados más en el aprendizaje que en la enseñanza.
•    Es necesaria una revisión crítica de la propia práctica educativa lo que conlleva un profesorado que abandone el individualismo y adopte una cooperación horizontal con sus semejantes y abierta a toda la comunidad educativa.
•    Los y las docentes han de estar preparados para adaptarse a un mundo de aprendizaje permanente ya que cada vez es más necesaria una 'educación para toda la vida'; dicho de otro modo, los profesionales han de formar a los futuros ciudadanos para que sean capaces de integrarse en una sociedad cada vez más cambiante.
¿Será posible superar todos estos desafíos (y muchos más)? Lamentablemente la respuesta no está del todo clara pero de lo que no cabe duda es que las nuevas coyunturas que vivimos demandan cada vez más una tipología de profesional muy diferente a la de antaño. Se está reclamando la completa redefinición del trabajo de los y las docentes, de su profesión, de su formación y de su desarrollo profesional; es decir, se necesita de un profesorado que entienda de forma distinta el aprendizaje, la manera de enseñar y se demanda una formación inicial que comience ya a preparar al futuro profesorado para los desafíos socioeducativos actuales.