El 22 de Abril se celebra El Día Mundial de la Madre Tierra. Es un día de reflexión tanto política como social acerca del cuidado que tenemos con la Madre Tierra y con las consecuencias que tienen las actividades que desarrollamos diariamente en nuestra casa, en el trabajo o en la calle. Pero, ¿cuándo se comenzó a celebrar este día?
Para conocer los inicios del Día Mundial de la Madre Tierra, debemos remontarnos a 1970. El 22 de Abril de dicho año se convocó una manifestación en la que participaron más de 20 millones de personas en todo Estados Unidos.
Hasta ese momento, el medio ambiente no formaba parte de los discursos de los políticos del mundo, aunque el problema se encontrara ya presente. La presidenta de la organización del Día Mundial de la Madre Tierra afirma que “no era raro que en algunas ciudades, durante la hora punta, pudieses estar de pie en una esquina y no poder ver nada a través de la calle debido a la contaminación”.
A partir de este día, comenzó una preocupación global por el estado de la Tierra y se comenzó a conmemorar cada año el Día Mundial de la Tierra. Pero los problemas medioambientales siguen adelante. Los coches, las comidas prefabricadas, el uso de la electricidad o el excesivo consumo de agua son algunas de las principales causas del impacto medioambiental que nuestras acciones tiene sobre el planeta.
Uno de los mayores impactos los sufre el agua, y es que el impacto ambiental relacionado con el agua es mucho más grande del que nos podamos llegar a imaginar debido a la huella hídrica. Por ejemplo, para producir un kilo de papel es necesario 2.000 litros de agua, para una simple taza de café 140 litros de agua, para producir una camiseta de algodón 2.700 litros y para producir 1 kilo de carne de vacuno son necesarios 13.000 litros de agua.
Como vemos estas cifras son astronómicas. El impacto de nuestra vida diaria tiene una gran repercusión en el medioambiente como podemos comprobar. Con pequeños cambios en nuestra vida diaria como cambiar las bombillas normales por bombillas de bajo consumo, o poniendo el lavavajillas en vez de lavando los platos a mano, consumiendo frutas y verduras de temporada y locales o apagando las luces cuando no estemos en una habitación, desenchufando los aparatos cuando no los utilicemos e instalando en nuestro váter un dosificador de agua podemos ayudar a reducir nuestro impacto medioambiental.
Pero la lucha por preservar el medioambiente no se puede quedar en el Día Mundial de la Madre Tierra. Todas nuestras acciones diarias repercuten en el medioambiente empeorando nuestra calidad de vida y sobre todo, el de las generaciones venideras. Los casquetes se descongelan y muchas ciudades desaparecerán del mapa y nuestra calidad de vida empeora con estos cambios demográficos.
Cuidemos el medioambiente y cuidemos a los animales y las plantas que nos rodean todos los días, no únicamente en el Día Mundial de la Madre Tierra, ya que nuestro verdadero hogar es el planeta Tierra y somos nosotros los encargados de cuidar de nuestro propio hogar porque “Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero”.