Conseguir una educación global, ese es uno de los sueños de toda persona implicada en la educación o no. Además, este es uno de los objetivos que los gobiernos de todo el mundo persiguen lograr dentro de los objetivos 2015. Aunque parece que aún queda mucho camino para conseguirlo.

Y esto es debido, principalmente, a la desigualdad existente en el mundo y más si nos centramos en la educación. Son, más de 100 millones de mujeres de países con ingresos bajos o medios-bajos las que no son capaces de leer una sola frase entera según el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo elaborado por la Organización de las Naciones Unidas.

La causa principal de la situación de estas niñas es, por ejemplo, que contraigan matrimonio con hombres que les triplican la edad o que mueran haciendo duros trabajos forzosos que jamás debería estar expuesto ningún niño.

Todas estas causas hacen que la mitad de estas niñas que no van a la escuela, puedan hacerlo alguna vez. Bien es cierto que se ha avanzado, pero tan sólo el 60% de los países han alcanzado la uniformidad en cuanto a enseñanzas primarias y únicamente el 38% lo ha conseguido en educación secundaria.

Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, ha afirmado que es totalmente intolerable que las niñas se queden fuera del sistema educativo, ya que la educación es una de las vías más poderosas para que logren un futuro mejor, y que es la mejor vía para lograr que desaparezca la pobreza.

Y es que invertir en educación es invertir en el futuro, ya no sólo a nivel individual sino a nivel de la sociedad, ya que si todas las mujeres finalizaran la educación primera y la secundaria el número de matrimonios concertados y la tasa de mortalidad infantil reducirían drásticamente, provocando así un avance en la sociedad.

Pauline Rose, afirmó que uno de los principales problemas por los que no se avanza en este problema es que no existen en dichas escuelas maestras mujeres que les aporten a las niñas un modelo de comportamiento para su futuro y a la vez las animen a permanecer en la escuela.

Por otro lado, conseguiríamos que las niñas se introdujesen en la sociedad de una manera más adecuada y más avanzada, pudiendo encontrar un trabajo y valiéndose por ellas mismas, lo cual no haría más que provocar avances y beneficios tanto económicamente, como socialmente.