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El problema del sistema educativo se encuentra en la evaluación

Maria Pilar Garrido

Publicado el 07/04/2014 16:04

Los resultados del informe PISA que se dieron a conocer la pasada semana dejaron entrever muchos de los errores de nuestro sistema educativo. Algunas de los principales errores siempre lo achacamos a los maestros y al profesorado en general y sobre todo a la metodología que se siguen. Pero es posible que éste no sea el principal error de nuestro sistema educativo, sino la evaluación.

En España tendemos a valorar en exceso el aprendizaje memorístico, es decir, el aprenderse unos contenidos de memoria para posteriormente, “expulsarlos” en un examen que determinara si aprobamos o no la asignatura. Además, la acumulación de materias y la falta de práctica en este sistema hacen que el aprendizaje de los contenidos sea algo meramente memorístico y que el aprendizaje no sea efectivo.

El informe dirigido por la OCDE muestra que Canadá, Inglaterra e Italia son los países que presentan mejores resultados en interpretar, integrar y evaluar lo que se lee y aprende, es decir, son los que mejor comprenden y hacen un aprendizaje efectivo de las materias que tratan.

En una docena de países europeos se organizan una serie de pruebas nacionales con fines formativos. Estos países son: Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Francia, Chipre, Luxemburgo, Hungría, Suecia, Reino Unido, Islandia y Noruega. Estas pruebas pueden ser de modalidad obligatoria y optativa como es el caso de Reino Unido. En este modelo se ha fijado el ministro de Educación, José Ignacio Wert para implantar con la LOMCE.

Pero este tipo de pruebas estandarizadas no pretenden otra cosa que no sea evaluar de manera igual al alumnado con el fin de tomar decisiones sobre la trayectoria educativa del alumnado. Si este tipo de evaluación es efectiva o no, no lo sabremos hasta que no se implante en nuestro país, pero algo en lo que sí están de acuerdo todos los expertos en educación y evaluación es que este tipo de pruebas externas y estandarizadas crean una tensión excesiva que puede ser perjudicial para la motivación del alumnado.

En el otro extremo de los sistemas evaluación se encuentra Finlandia. En las escuelas finlandesas no ponen nota hasta que los niños tienen 9 años, pero son evaluaciones sin numero, y se empieza a hablar de 5, 7 o 10 cuando acaba la Primaria. Además, en este país no existen las evaluaciones externas.

Los resultados están ahí, y parece que no vamos muy encaminados a fijarnos en el sistema de evaluación adecuado. Pero como todo, el tiempo dirá si la elección ha ido realmente la correcta.

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