El mundo del emprendimiento y de los negocios está cargado de términos nuevos en el que la mayoría nos perdemos. Hoy, os queremos presentar un nuevo término que cada vez está apareciendo con más fuerza en nuestro entorno: es el startup.

Este término se conoce para las nuevas empresas que presentan unas grandes probabilidades de crecimiento y en ocasiones, un modelo de negocio escalable. Normalmente estas compañías suelen ser las que tienen un gran componente tecnológico y que están relacionadas con el mundo de internet y las TICs.

Este tipo de empresas tienen asociados unos costes de desarrollo menores que empresas de otro tipo de ámbitos. Esto hace que las necesidades de financiación para su puesta en marcha sean sensiblemente inferiores lo que facilita su crecimiento tanto a medio como a largo plazo.

En un comienzo, los socios de una startup suelen ser jóvenes y su número no suele ser superior a cinco. Las startups tienen una vida delimitada en el tiempo. El objetivo de una startup es ser comprada por otra empresa más grande que quiera hacer suya la tecnología o la inversión desarrollada por la misma.

Este modelo de negocio es una gran idea si estás pensado en innovar o en poner en marcha tu propia empresa, pero también debemos ser conscientes de que conlleva serios riesgos de que fracase si no se interesa por ella ninguna empresa grande o no somos capaces de superar las trabas y los riesgos que este tipo de empresa conlleva.

Sólo hacen falta ganas de emprender y de luchar por el sueño que queremos sacar hacia delante. Quizás este sea el modelo de empleo que consiga que cumplas tu objetivo o el sueño de tu vida.