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¡Qué suerte tienes de ser maestro!

MARIA TERESA FERNANDEZ GALLEGO

Publicado el 03/07/2013 11:07

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Esta expresión la hemos escuchado infinidad de veces porque la gente ve tan sólo un resultado “trabajamos pocas horas y tenemos muchas vacaciones”. Lo que no se contempla, es el camino duro y largo por el que tiene que pasar todo estudiante que finaliza magisterio o interino para impartir la docencia.

En este artículo, hablaremos de las oposiciones, donde todos nos preparamos lo mejor posible ante estas pruebas. Para empezar, la motivación no es muy alta, debido a que el número de plazas que publican no suelen ser muy elevadas (por ejemplo en las oposiciones de Andalucía de este año).

La vida del opositor que acaba de terminar la carrera es simplemente estar durante todo un año dedicado al estudio, teniendo muy poca vida social y pensando las 24 horas en los temas. Además, hay que sumar el dinero que te gastas de la academia. "Te introduces en un mundo donde tus pensamientos y conversaciones giran en torno a los estudios".

Para los opositores que son interinos es incluso peor, porque después de un día de trabajo en el colegio por la mañana, se tienen que poner a estudiar por la tarde y la noche. A pesar de ello, después en las oposiciones tienen un poco más de ventaja porque tienen más puntos que los que no ejercen.

Mi experiencia fue que después de estar estudiando un año como un loco, por la mañana, tarde y noche, me presenté a las oposiciones en las que por medio de un examen escrito y otro oral tenía que demostrar todos mis conocimientos adquiridos a lo largo del año.

Estaba muy nervioso porque “me jugaba todo mi futuro a una carta”,  lo que realmente deseaba, es que todo se acabara lo antes posible. Los  momentos antes de los exámenes se me hacían interminables, sobre todo en la exposición oral, que tienes que esperar a que otros compañeros expongan su programación.

En la mañana de la exposición oral, nos unimos algunos opositores que nos presentábamos por primera vez a la oposición y me sorprendí gratamente porque empezamos a ayudarnos los unos a otros, “quien iba a imaginar que aconsejaría a unos opositores que competían conmigo y viceversa”. 

Nos surgió una duda que no sabíamos solucionar ninguno y nos dio por preguntar a una persona más mayor que según su apariencia parecía que tenía bastante experiencia en la educación. Le preguntamos y no nos la supo responder porque él no había dado clases, nos comentó que tenía 45 años y si empezaba a trabajar desde ese año estaría 20 años ejerciendo como maestro hasta su jubilación. En ese momento se me abrió un poco la mente y me di cuenta de que el mundo no se acababa allí ya que por aquel entonces tenía 25 años y me quedaba toda una vida por delante llena de oportunidades.

Después de presentarme a las pruebas me pude sacar la plaza, "todo mi esfuerzo había tenido una gran recompensa". Pero atrás quedaban la gran mayoría de mis compañeros de facultad que se merecían la plaza tanto como yo. Con el paso de los años me he dado cuenta de la gran suerte que tuve ya que vas conociendo a compañeros que se presentan una y otra vez sin conseguir la plaza.

Considero que las  oposiciones son injustas debido a que son muy subjetivas. El examen escrito  lo corrige una persona que si le gusta tu examen muy bien, pero como no le guste “ya te puedes ir despidiendo”.

Debemos que ser muy críticos con el sistema, ya que a que a la hora de reclamar, no puedes ver ni tu examen escrito, ni por supuesto, tu exposición oral.

Para ello, tengo una serie de propuestas que serían muy fáciles llevarlas a cabo:

Hacer un examen tipo test, donde todo el mundo tiene igualdad de oportunidades y, grabar en vídeo las exposiciones orales para poder reclamar fácilmente, poder ver tus errores y la justificación de tu nota.

Otra de las propuestas es, que publiquen la lista de todos los opositores que van a exponer todos los días y no como se hace hasta ahora, que hay que ir al instituto de turno para ver si te toca un día o al siguiente. También se podría incluir en las exposiciones, la posibilidad de tener material informático porque hoy en día nuestra vida gira en torno a las nuevas tecnologías.

Espero que con este artículo se conciencie a la sociedad que no todo es un camino de rosas en la vida del maestro, tan solo he hablado de las oposiciones, pero hay muchos más factores que hacen que esta vida no resulte tan fácil como la gente se cree.

De todas formas para los que opinan que tenemos un buen trabajo, siempre les digo que la Facultad de Ciencia y Educación está abierta a todo el mundo que quiera estudiar la carrera de magisterio. Os animo a intentarlo, porque a pesar de las adversidades y de lo duro que pueda resultar el camino, es una experiencia única y muy gratificante.

   

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