Los recortes realizados en Educación para reducir el déficit público -del 8,51% del PIB alcanzado en 2011- han sido la piedra de toque para una discusión profunda sobre el modelo universitario español. Además del inferior presupuesto destinado a las plantillas docentes y del anuncio de cierre de algunos centros educativos, el debate se centrará a partir de ahora en la conveniencia de conducir el actual modelo universitario, en el cual el Estado subvenciona alrededor del 90% de las plazas, a uno de copago, en el que el aporte de cada alumno al coste total de la plaza universitaria podría ser mucho mayor que el actual.