Imagen generica
¿Aún no estás registrado?
Regístrate ahora, son 2 minutos

Viejos temarios para los nuevos tiempos

admin_

Publicado el 27/04/2012 13:04

Tras un período transitorio marcado por una serie de artimañas que hicieron elevar notoriamente el número de interinos con plaza (con la consiguiente realidad de miles de opositores que se quedaron fuera a pesar de sus notas de 9 y 10), muchos opositores anhelan la llegada del 2012 que traerá de nuevo la “normalidad” a los procesos selectivos.

Ya por el 2008 se oyen rumores acerca de la intención de cambiar los temarios que regirían los procesos selectivos al final de este período transitorio; cambios consensuados por las Comunidades Autónomas y sindicatos, que ven la luz vez en 2010 con el primer borrador y con los que se pretendía atender la necesidad imperiosa de actualizar los contenidos para adaptarlos a los nuevos tiempos (recordemos que algunos de los temarios por entonces vigentes databan de 1993).

En octubre de 2011 conocemos un nuevo borrador de temas, esta vez con epígrafes, a diferencia del borrador de 2010. Pero todo quedó ahí, y a principios de noviembre de 2011 así seguía el asunto. Temarios nuevos y viejosLos que por entonces estaban estudiando se encontraron con tres temarios, el del 93 aún vigente, el borrador de 2010 sin epígrafes y el del 2011 con epígrafes, a la espera de que saliera el oficial y se aplicara, presumiblemente, de manera oficial a partir de 2012, una vez finalizado el período transitorio. Y nadie decía nada, ni Gobierno, ni sindicatos…. Los opositores se ven obligados a hacer malabares y conjeturas, comparando e identificando los temas que coincidían en mayor medida para poder estudiar algo con un mínimo de coherencia. Y seguía pasando el tiempo y nadie decía nada… Finalmente, el 18 de noviembre de 2011, a dos días de las elecciones generales, se publica el temario oficial que introducía algunos cambios con respecto al último borrador. Si bien tarde, por fin los opositores tienen una guía clara para preparar, ahora con prisa, las oposiciones de junio 2012. El 7 de febrero, tras tres meses, unos cuantos temas estudiados y un importante desembolso económico para muchos, el Gobierno deroga las tres Órdenes Ministeriales que regulaban los nuevos temarios aprobados en noviembre y restablece los antiguos. En la Orden ECD/191/2012 podemos leer las razones aducidas por el Ministro de Educación, José Ignacio Wert, para justificar dicha decisión: «concurren varias circunstancias objetivas que desaconsejan la implantación en este momento de nuevos temarios definitivos para los procesos de acceso a la función pública docente. […] Se considera que la implantación de nuevos temarios en el contexto descrito introduciría un elemento de inestabilidad en el sistema educativo, que perjudicaría los intereses tanto de los colectivos directamente afectados, entre los que destacan los aspirantes a participar en los procesos selectivos, como de la comunidad educativa en su conjunto». ¿Perjudicaría los intereses de los aspirantes a participar en los procesos selectivos? Tal vez, señor Wert, no somos conscientes de cómo se está perjudicando a los opositores y, por extensión, al Sistema Educativo. Podemos empezar por resaltar que este cambio se produce a cuatro meses de la celebración de las pruebas tras otros muchos meses de rumores, silencios, decisiones e indecisiones; en definitiva, de incertidumbre y vapuleo indiscriminado contra un colectivo muy mareado ya, que sólo quiere trabajar. Podemos continuar señalando que este cambio supone una vuelta atrás absurda a un modelo obsoleto de Educación que deja en saco roto la declaración de intenciones de la LOE de implantar un modelo educativo por competencias que describe y explica mejor la realidad de los procesos de enseñanza – aprendizaje y la aplicación de las habilidades en los diversos contextos sociales. Podríamos terminar diciendo que los temas que hace más de 10 años se aprobaron no reflejan ni de lejos la realidad actual en áreas en continua (y muchas veces vertiginosa) evolución, como la informática, por ejemplo. En conclusión, y al margen de los cambios y no-cambios, lo que hemos visto ha sido más bien un discurrir de despropósitos que no parece concluir nunca. Es así como construimos una Educación de Calidad.

Equipo RedEduca

0
“¿Te ha parecido interesante este artículo? ¡Dale a me gusta!