Miles de universitarios y estudiantes de Secundaria se han echado a la calle en diversas ciudades españolas para protestar por los recortes en educación. Las movilizaciones han transcurrido sin incidentes, salvo en Barcelona, donde la Policía ha llegado a cargar contra grupos de manifestantes que incendiaron contenedores de basura, cortaron el tráfico, interrumpieron dos líneas de tren, causaron destrozos en sucursales bancarias, lanzaron objetos contra la fachada del edificio de la Bolsa y se enfrentaron a los agentes. Como consecuencia de estos altercados, protagonizados en muchos casos por encapuchados, han sido detenidas varias personas y han resultado heridas otras tantas, entre ellas, cinco Mossos d’Esquadra. La Generalitat atribuyó los disturbios a “grupúsculos aislados y sin ninguna relación con la comunidad universitaria”.