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Los pasos hacia el fracaso y abandono escolar

Judith Illescas

Publicado el 18/11/2015 10:11

Vivimos en un mundo globalizado muy competitivo, cambiante y con alta demanda de profesionales dispuestos a formarse continuamente. Es importante tener claro que la escuela forma a profesionales, pero sobre todo a ciudadanos para que puedan participar en el progreso de la sociedad. Por ello, el fracaso escolar es considerado un tema de gran interés, especialmente en nuestro país, ya que tenemos las tasas más altas de la OCDE. Es importante preocuparse por el fracaso escolar porque hemos llegado a una sociedad y una economía basada en la información y el conocimiento, por lo que sus efectos son perceptibles en las nuevas generaciones. Pero, ¿qué es el fracaso escolar? Es motivo de debate por dos motivos: por un lado, se relaciona con la no finalización de la ESO o en consecuente la educación postobligatoria, es decir conllevando a un difícil camino hacia el éxito; y por otro lado, es conocido como la descalificación del alumno debido a la desresponsabilización de la institución. Pero, por general es entendido como la situación en la que el alumno intenta alcanzar los objetivos mínimos del sistema educativo pero falla y se retira.

El camino hacia el fracaso escolar no comienza en la ESO sino que ya en la Educación Primaria existen indicadores de ello. En esta etapa educativa se comienza a apreciar los primeros porcentajes de fracaso, unido a la repetición y al retraso escolar. Según los estudios de la OCDE, un alumno que lleva retraso en la primaria difícilmente lo va a recuperar en secundaria. Cabe mencionar que hay determinadas comunidades autónomas en las que el porcentaje de alumnos con retraso escolar en primaria es muy elevado, como es el caso de Ceuta con 25.5%, Canarias con 22.4%; y la comunidad con menor porcentaje es Cataluña con 8.6%.

Las cosas cambian notablemente al llegar a la ESO, ya que el porcentaje de repetición de curso llega a alcanzar el 18.7%, y un dato muy interesante e impactante es que por ejemplo en Andalucía y Extremadura sólo el 51.1% de alumnos alcanzan 4º de ESO con 15 años. Tras esto, dichos alumnos se replantean, ¿termino o no la ESO? En España, sólo el 75% cursan la escolaridad con 17 años tras la ESO y el 38% a los 18 años, por lo que podemos ver cómo de un año a otro el abandono escolar es muy notable.

El éxito y el fracaso escolar en el sistema educativo están ligados a las características personales y sociales de los estudiantes. En cuando al sexo, es importante mencionar que la decisión de abandonar el sistema educativo es mayor en los chicos. Uno de los elementos que incitan y obliga el abandono es la clase social del alumno, en el que según PISA, TIMSS y PIRLS, la probabilidades de acceso a la escuela es seis veces mayor en hijos de clases media o alta que para los de la clase trabajadora.

Por ello, es importante que, cuando mencionamos estos gráficos, clarifiquemos que hay numerosos elementos que influyen el abandono y fracaso, como es la clase social, el ambiente familiar, las preocupaciones del alumno, su ritmo de aprendizaje, la institución, medidas de diversificación, el absentismo escolar, economía, entre otros más.

Finalmente cabe mencionar que abandonar los estudios se concibe como una transición a la vida adulta, en definitiva iniciar la vida laboral o buscar trabajo o incluso formar una familia. La sociedad capitalista en la que vivimos nos hace pensar del siguiente modo:

Quería ponerme a trabajar, ganar mi dinero para poder salir con mis amigos y comprarme mis caprichos.

Lo hubiera dejado...pero esa oferta era como una excusa para dejar de estudiar. ¡Mejor que en el instituto se está!

Como siempre he tenido un “enchufillo” por ahí para trabajar y ganarme dinero…pero claro, una vez que tienes que entrar por contrato necesitas el graduado, y no me han cogido en ningún lado…

Tras todo lo mencionado a lo largo del documento, hay dos cosas que no podemos olvidar, formarnos primero como personas y después formarnos como profesionales e iniciar le vida laboral, pero todo a su debido tiempo.

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