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El pensamiento.

Marina Martín

Publicado el 08/11/2017 09:11

 

 

“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.” (Buda).

 

El pensamiento es un aspecto constante en la vida del ser humano, por ello debe estar presente en su conocimiento desde la primera infancia. Tal y como afirman Rodríguez y Fernández (1997), en cada momento del desarrollo, nuestro proceso de adaptación nos proporciona, dependiendo del nivel evolutivo en el que nos encontremos, una determinada organización del conocimiento. De forma resumida a continuación conoceremos las principales características de las distintas etapas definidas por Piaget (1983; 1987):

  • Etapa sensoriomotora: 0-2 años de edad. Los niños[1] comienzan a entender, manipular, experimentar y percibir con sus sentidos el mundo y la capacidad de interactuar con él.  
  • Etapa preoperacional: 2-7 años. Un niño comienza este estadío cuando ha comprendido la permanencia del objeto.
  • Etapa de las operaciones concretas: 7-12 años. Disminuye el pensamiento egocéntrico y son capaces de centrarse en más de un aspecto de un estímulo.
  • Etapa de las operaciones formales: 12 años en adelante. Comienzan a desarrollar el pensamiento abstracto.

 

Pensar consiste en reflexionar sobre algo. Las reflexiones y los razonamientos son aspectos constantes en el día a día de las personas, por ello, todo individuo debe saber pensar para así enfrentarse a todo lo que el mundo le ofrezca. Enseñar a pensar es definido por López (2009), como el conjunto de actuaciones encaminadas a incrementar el desarrollo de la estimulación cognitiva de los alumnos. Además el mismo autor propone una serie de principios que debe poseer un programa de enseñar a pensar: Enseñar qué hacer y sobre todo cómo hacerlo, cuándo hay que hacerlo, enseñar prestando atención a las variables que afectan a la motivación del alumno/a, a su interés y al significado personal, explicar constantemente lo que se quiere conseguir con esa tarea...

Macrule y Davies (1994), proponen también una serie de aspectos que se deben tener en cuenta para crear programas de pensamiento: Método simple y práctico para todos los docentes. Sólido, para que no sufra modificaciones al pasar de un sujeto a otro. Diseño paralelo: cada parte es útil por sí misma y no depende de otra. Adecuado y dirigido a situaciones y público real. Válido y motivador para cualquier sujeto.

¿Cómo podemos desarrollar el pensamiento?

Algunas actividades que propongo pueden ser:

¿En qué lo convierto? Ofreceremos al niño una forma o figura geométrica. Ellos deberán crear imágenes mentales a partir de esas formas. Actividades de análisis: leer textos, historias y documentos que ofrezcan curiosidad. Además de la lectura hay que realizar análisis y reflexión, preguntas constantes y debate sobre las ideas que surgen. ¿Qué tal si…?: Pensamos en todo aquello que nos gustaría hacer y reflexionemos hasta donde podemos llegar. Por ejemplo: ¿Qué tal si nos vamos a vivir a la luna? ¿Qué es lo que pienso?: Consiste en pensar una situación u objeto y describirlo para que otro lo adivine. Con el intercambio de rol conseguimos que las dos partes piensen relacionando las ideas que el otro comunica. Además trabajamos la lengua oral y la conexión de las características que visualizamos. Juego de pensamiento de diez minutos: El juego es en parejas, consiste en pensar de forma alternada para crear una historia en base a un tema escogido por la persona que comienza. Ejercicios con periódicos Bono (2010), por ejemplo La torre: con una hoja de periódico crear una torre lo más alta posible y con óptimas condiciones que la mantengan en pie al menos una hora. Historia de titulares: Con un periódico ir recortando diferentes titulares para después crear una historia que tenga sentido.

Sin duda me quedo con el juego de los 6 sombreros de Bono, cada uno de un color y representando un tipo de pensamiento. Con el sombrero rojo pienso en cómo me siento, con el sombrero blanco pienso sobre la información que tengo, sombrero negro me centro en la precaución, sombrero amarillo pienso sobre las ventajas y beneficios, sombrero verde pienso las opciones que tengo y sombrero azul pienso sobre rmi propio pensamiento. 

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Este método está creado para ámbito empresarial pero lo adaptamos sin problema a la educación, puede ser una base para hacer al niño centrar su pensamiento en algo concreto y darle así las bases para el futuro pensamiento general.

Dejemos a los niños pensar.

“Antes de nombrar los colores, tiene e niño que reconocerlos” (Bravo, 2008)

Autora: Marina Martín Díaz

Fuentes bibliográficas:

Bono, E. (2010). Cómo enseñar a pensar a tu hijo. Barcelona: Paidós.

Bravo, J.A. (2008). Didáctica de la matemática en la educación infantil. Madrid: Grupo mayéutica.

López, F. (2009, febrero). Técnicas para enseñar a pensar y métodos de aprender a aprender. Innovación y experiencias educativas. Recuperado de: http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_15/...

Piaget, J. (1987). El lenguaje y el pensamiento del niño pequeño. Barcelona, España: PAIDOS.

Rodríguez, R. & Fernández, M. (1997). Desarrollo cognitivo y aprendizaje temprano: La lengua escrita en la educación infantil. Oviedo: Servicio de Publicaciones Universidad de Oviedo.

 

[1] Para aligerar la lectura usaremos sólo el género masculino en todo el trabajo, aunque al hacerlo estamos aludiendo a niños y niñas.

 

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