Hoy nos hemos despertado con la triste noticia del fallecimiento de Stephen Hawking, el físico británico que revolucionó la ciencia y nos acercó a todos al mundo de las estrellas y de los agujeros negros considerado como uno de los científicos más influyentes y revolucionarios desde Albert Einstein.
Desde bien joven destacó por ser un estudiante ejemplar, se graduó con honores en Física en la Universidad de Oxford y más tarde realizó un posgrado en Cosmología en la Universidad de Cambridge, pero a los 21 años le detectaron Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad motoneuronal degenerativa que con el paso de los años acabó dejándolo con movimiento únicamente en solo dos dedos y en algunos músculos faciales.
Al principio los médicos tan solo le dieron dos años de esperanza de vida pero Stephen Hawking desafió todos los pronósticos, la enfermedad avanzó de una manera mucho más lenta de lo previsto y él continuó trabajando en sus teorías y difundiéndolas por medio de libros y eventos públicos.
Pero si algo ha caracterizado a Stephen Hawking ha sido el sentido del humor que siempre ha demostrado en cualquier aparición pública e incluso en su propia web donde él mismo contaba sus anécdotas en distintas presentaciones.
Stephen Hawking era consciente de que sus teorías no eran fáciles de comprender por todo el mundo, por lo que sacó nuevas versiones sobre algunos de sus libros para así acercar sus teorías y la ciencia en general a todo el mundo.
Y ese es el mejor legado que nos ha podido dejar, sobre todo a los docentes de las áreas científicas, la de acercar a todo el mundo a la ciencia. Realmente es una disciplina maravillosa y de la que posiblemente todo el mundo se quedaría “enganchado” rápidamente si se adentrara correctamente en ella, pero que puede ser abrumadora o confusa si no se explica correctamente.
La ciencia es la base para conocer exactamente de dónde venimos, por qué hacemos y actuamos de la manera en la que lo hacemos y sobre todo, el punto de partida por la que la sociedad avanza y los humanos evolucionamos.
Un estudio del Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo nos mostró hace un tiempo que el 60% del alumnado que termina la Enseñanza Secundaria Obligatoria considera que las ciencias implican un alto grado de dificultad en su aprendizaje y por lo tanto les hacía perder su interés por las mismas.
Por lo tanto, es esencial fomentar el aprendizaje de las ciencias en los centros educativos, ya que gracias a ella conseguiremos formar a nuestros jóvenes para que tengan un sentido más crítico ante aquello que se les presenta, así como ser más comprometidos con el mundo y sus problemas.
No pongamos límites a nada de lo que nos enfrentemos y tomemos a Stephen Hawking como un referente para seguir avanzando en la ciencia y llegar más allá de donde jamás ha llegado el hombre. Recordemos una frase suya en la que afirmaba “quiero demostrar que la gente no debe estar limitada por discapacidades físicas, siempre que su espíritu no esté discapacitado”.
