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Mi suerte del día a día

Nuria Martínez

Publicado el 25/10/2018 10:10

He tenido la suerte de poder empezar a trabajar en algo que realmente me gusta y me llena. Seguramente a muchos de vosotros os ha pasado y os podéis llegar a sentir identificados.

Quiero contaros cómo hace algunos años empecé a estudiar Ilustración. A pesar de ser uno de mis mayores sueños el poder crear cualquier cosa y dibujar dejando llevar mi imaginación, sobre todo con la ilustración infantil, había algo que me decía que podía llegar a llenarme aún más.

Ya hacía algún tiempo que había una parte de mí que deseaba hacer Educación Infantil, ser docente, ayudar a los más pequeños a crecer aprendiendo y jugando entre risas y descubrimientos, y así lo hice.

Empecé a realizar las prácticas hace dos años en una Escuela Infantil, sin saber que aquel lugar sería mágico para mí. Conocí a gente maravillosa y pude aprender  muchísimas cosas de todos ellos, sobretodo de mi tutora de prácticas, que me enseñó y me ayudó a amar aún más está profesión. Al finalizar las prácticas, la directora de la escuela me llamó al comienzo del curso siguiente y esa llamada me cambió la vida.

Este es el segundo año que estoy allí como educadora y es algo inexplicable. Cómo puede ser que personitas tan pequeñas me enseñen más cosas de las que yo puedo enseñarles. Sonríen cuando llego por la mañana y me vienen a abrazar, se sorprenden por cosas que tal vez para cualquiera de nosotros son insignificantes, empiezan a repetir alguna de mis palabras, gestos o incluso alguno ya dice mi nombre y aunque tenga un día triste se me olvida cuando veo sus caritas de felicidad, todo lo que van creciendo y experimentando día a día.

Estoy tan cansada de escuchar a mucha gente que dice que las educadoras solo "cambiamos pañales" y "limpiamos culos" o que en Educación Infantil “solo se pinta y colorea”, cuando no tienen ni idea de todo lo que pasa dentro de esas aulas, por qué es la etapa más importante de los niños y niñas y con ellos ningún día es igual que el anterior. Seguro que a muchos de los que trabajáis con los peques de 0 a 3 años os lo han dicho o lo habéis escuchado alguna vez, pero pongo la mano en el fuego que todas esas personas que lo dicen no disfrutan ni la mitad de lo que disfrutamos nosotros en nuestro trabajo. Me divierto trabajando, ya que igual que ellos juego, me río, canto, bailo, cuento cuentos y también puedo dibujar.

Lo que no llego a entender es cómo hay gente que piensa que esta etapa no tiene nada de importante, que solo son niños que duermen, comen y vuelven a dormir. No entienden que es en las Escuelas Infantiles los pequeños aprenden a desarrollar todo su potencial, que son como esponjas y que aunque muchas veces no lo parezcan saben incluso demasiado, porque es increíble cómo muchas veces nos toman el pelo.

Entiendo que haya familias que prefieran tenerlos en casa, o ahorrarse un dinero que tal vez no pueden permitirse, pero muchos simplemente no le encuentran el sentido a las Escuelas Infantiles y prefieren dejarlos con los abuelos y llevarlos al parque. Claro que es importante que los niños estén con la familia y salgan a jugar al parque y están en su derecho en hacer lo que crean más conveniente para ellos, yo misma no fui a ninguna Escuela Infantil, pero una vez dentro he podido ver lo importante que es que los niños se relacionen y hagan amistades con otros iguales, se entiendan entre ellos, se acaricien las caritas, se abracen y se besen, compartan juguetes, aprendan rutinas, sepan tener autonomía e incluso que nosotros podamos observar si hay indicios de que hay algún peque que pueda necesitar ayuda especial.

Lo que más me gusta de esta etapa es cómo sin importar ningún tipo de estereotipo, juegan y hacen lo que realmente les llena. Juegan con los patinetes y las pelotas en el patio, a las muñecas o en la cocinita, sin importar el qué dirán o si es niño o niña. Es esencial que en esta etapa disfruten y jueguen mucho, ya tendrán tiempo de aburrirse.

A pesar de seguir ilustrando cosas más bien como un "hobby" o encargos pequeños que me van pidiendo, espero algún día hacerle un huequecillo al mundo de la ilustración infantil para poder seguir enseñándoles a los más peques un millar de cosas, no solo en las aulas, sino también dentro de los cuentos. Así podría acabar de complementarme a mí misma de alguna manera con las dos profesiones que más me llenan en el mundo.

Hoy por hoy siento que este es mi sitio, mi hogar, mi casa, mi refugio, mi lugar de bienestar y tengo la suerte de amar lo que hago y decir que no me importa madrugar y levantarme cada mañana para ir a trabajar, porque ellos hacen que mi trabajo sea más fácil. Ellos me dan vida.

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