La cultura física es uno de los pilares básicos para el desarrollo del ser humano. Desde los tiempos de la antigua Grecia, ya se practicaba aquella frase “Mens sana in corpore sano”, mediante la práctica de la actividad física y el deporte como agente conductor del bienestar y salud. Es una disciplina de carácter pedagógico, que se centra en el conjunto de acciones motoras, afectivas y cognitivas, cuyo propósito es contribuir al desarrollo de estos, en los individuos, de manera armónica e integral, lo cual, incentiva en un mejoramiento de la calidad de vida de los mismos. (Neruda, I. P., 2016).
En concreto, la natación es un deporte muy beneficioso para todo tipo de personas ya que dentro del agua tanto las articulaciones como los músculos no sufren mientras trabajan, así como es un deporte muy completo en el que se ejercitan a la vez piernas, brazos, abdomen, pecho y espalda.
Desde el punto de vista educativo, al practicar deportes acuáticos estamos contribuyendo al desarrollo de distintas competencias y habilidades en nuestro alumnado. Con la práctica de la natación estaremos mejorando la motricidad del alumnado, mientras disfrutan y socializan en el medio acuático. Este deporte se recomienda practicar desde edades muy tempranas, ya que los niños y las niñas sobre todo en verano están en contacto con el medio acuático y son más vulnerables de poder sufrir ahogamiento. El agua es nuestro elemento, antes de nacer ya estamos sumergidos en líquidos, por ello cada vez existen más piscinas adaptas a las necesidades de los bebes, para no perder las habilidades acuáticas que disponemos desde pequeños como el cerrar de forma consciente las fosas nasales. Podemos recordar la célebre frase de Fouace (1985) “nada antes de andar” que resume la importancia de que los bebes estén en contacto con el medio acuático.
En el medio acuático se pueden realizar distintos deportes como por ejemplo natación sincronizada con esta modalidad estaremos fomentando la expresión corporal, la creatividad, el ritmo. Además se desarrollará la fluidez y coordinación de los movimientos.
Como educadores antes de iniciar una sesión de natación debemos conocer los objetivos pedagógicos que este deporte promueve en el alumnado. Estos son:
- Aprender comportamientos de higiene y salud muy necesarios en el día a día.
- Desarrollar la autoestima a través de la valoración y la aceptación de nuestro cuerpo.
- Mejorar la postura corporal.
- Desarrollar la psicomotricidad.
- Resolver problemas que requieran tener un dominio en patrones motrices básicos.
Como se ha indicado con anterioridad, la natación ayuda a desarrollar la autoestima a través del conocimiento de nuestro cuerpo, y esto es básico para el correcto desarrollo del niño o la niña ya que el cuerpo es el primer medio de relación que tenemos con el mundo que nos rodea. Por ello cuando mejor lo conozcamos, mejor podremos desenvolvernos en él. El conocimiento y dominio del cuerpo, es el pilar a partir del cual el niño construirá el resto de los aprendizajes.
En la actualidad, la natación se está utilizando además para trabajar con alumnado que tiene algún tipo de trastornos o problema del desarrollo, como es el caso de los niños que padecen TEA (Trastorno del Espectro Autista), distintos profesionales de la educación han optado por la natación adaptada para niños y niñas con TEA debido a que este deporte persigue el objetivo de favorecer el aprendizaje y desarrollo de las habilidades básicas de la natación, mientras se trabaja la atención sobre su cuerpo y sobre el entorno.
En resumen, la natación ofrece numerosos beneficios tanto a nivel físico como psicológico, por ello este deporte es aconsejable que se desarrolle desde edades muy tempranas, para ello los centros educativos necesitan contar no solo con los medios necesarios, sino que necesitan tener a educadores especializados. Si estas interesado en destacar tu currículum, infórmate del curso de Monitor de Natación (con carné de federado) de Red Educa, con el que obtendrás una formación de calidad y podrás adentrarte en este mercado laboral.
