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Programas para alumnado con TEA

Anabel Quesada

Publicado el 04/12/2018 15:12

Actualmente se está hablando mucho sobre autismo pero sorprendentemente gran parte de los docentes y familiares no saben realmente cómo actuar ante un niño o niña autista. Para comenzar debemos saber que los Trastornos del Espectro Autista (TEA) no son considerados una enfermedad, sino un conjunto de síntomas o alteraciones específicas en una serie de áreas del desarrollo (interacción social, comunicación, anticipación y flexibilidad, simbolización) que se observan en algunas personas y que no son explicables desde su retraso en el desarrollo.

Los Trastornos del Espectro Autista son un conjunto de alteraciones que afectan al desarrollo infantil. Dichas alteraciones se producen porque existe un trastorno neurológico crónico de base.

Este alumnado va a presentar una serie de necesidades educativas que desde la escuela se le debe dar respuesta. Estos niños suelen necesitar de apoyos específicos que requieren que: 

Como podemos apreciar este alumnado requiere de una intervención que abarque diferentes necesidades, y que será necesaria a lo largo de toda la vida, con ello estaremos favoreciendo un desarrollo personal y social. Como educadores tenemos la responsabilidad de ofrecer una educación estructurada y con actividades personalizadas, esta educación deberá adaptarse al grado o nivel que presente cada persona.

 
Es necesario que se impulsen programas individualizados para cada ámbito y etapa de la vida. Autores como Frith (1989), Jordan y Powell (1992), Martín (2004), Díez-Cuervo et al. (2005), Hernández, Martín y Ruíz (2007), Greenspan y Wieder (2008), Martos, Llorente, González, Ayuda y Freire (2008), y Peeters (2008), entre otros, destacan la importancia de promover programas en los que se trabajen distintas competencias desde los centros educativos, en este artículo vamos a exponer seis  ámbitos y competencias: 

1. Autonomía personal y habilidades de la vida diaria: 

  • Desarrollar y generalizar habilidades referidas a la autonomía personal en el ámbito del vestido, la higiene personal y la alimentación.
  • Promover destrezas de la vida personal que le permitan adquirir mayor autonomía en la vida cotidiana.
  • Fomentar habilidades de planificación y ejecución de los procesos de autonomía en la vida diaria.
  • Facilitar apoyos individualizados para la consecución de objetivos de aprendizaje.

2. Intervención conductual: 

  • Evaluar las conductas de forma funcional.
  • Diseñar, implantar y registrar pautas de intervención coordinada entre profesionales y familias.
  • Diseñar, crear y mantener contextos de prevención que eviten o minimicen la aparición de conductas problemáticas.
  • Intervenir puntualmente en situaciones de crisis.

3. Comunicación: 

  • Realizar un análisis funcional de las habilidades comunicativas.
  • Diseñar e implantar programas de apoyo a la comunicación (sistemas alternativos y aumentativos de comunicación, desarrollo del lenguaje verbal...).
  • Realizar una rehabilitación logopédica.
  • Proporcionar canales y promover contextos facilitadores de la comunicación.
  • Promover, a través de la comunicación, la expresión y el control de las emociones.

4. Habilidades sociales:

  • Realizar una evaluación funcional de las habilidades y competencias sociales de cada persona y de las necesidades en relación a los contextos en los que se desenvuelve.
  • Diseñar procesos formativos que le permitan abordar situaciones sociales.
  • Promover estrategias y apoyos que faciliten la generalización de aprendizajes en todos los contextos y situaciones a lo largo del ciclo vital.

5. Habilidades académico-funcionales:

  • Evaluar las capacidades y necesidades. 
  • Diseñar estrategias de aprendizaje adaptadas al estilo cognitivo de cada individuo.
  • Desarrollar las habilidades útiles para la persona (razonamiento abstracto, matemáticas, lecto-escritura...).

6. Apoyo a las familias:

  • Realizar acciones de apoyo a las familias para la aceptación y comprensión del trastorno que presenta su hijo.
  • Orientar a las familias sobre los programas de intervención y recursos educativos más adecuados en cada caso.
  • Informar y asesorar a las familias sobre los recursos sanitarios, educativos y sociales existentes, y realizar las acciones oportunas para favorecer su acceso a los mismos.
  • Fomentar en las familias su participación e implicación en el movimiento asociativo y en las líneas de actuación, proyectos y objetivos de las asociaciones.
  • Informar a las familias sobre los avances y las noticias acerca de los TEA, así como de las actividades formativas al respecto.
  • Facilitar un conjunto de técnicas y actividades encaminadas a mejorar conocimientos, actitudes y destrezas útiles para afrontar las distintas situaciones que se producen en el núcleo familiar.
  • Facilitar apoyos a las familias ofreciendo la oportunidad de desarrollar una vida familiar y social satisfactoria.
  • Diseñar, apoyar y coordinar itinerarios de intervención.
  • Desarrollar actividades de ocio para personas con TEA que posibiliten, además del disfrute de su tiempo libre, el que sus familias dispongan de un tiempo de respiro y de libre elección de actividades.

Si deseáis más información podéis leer el artículo “Trastorno del espectro del autismo: intervención educativa y formación a lo largo de la vida”  de Cuesta, J. L., Sánchez, S., Orozco, M. L., Valenti, A., & Cottini, L. (2016).

Trabajar con alumnado con TEA requiere que los profesionales dispongan de amplios conocimientos sobre dicho trastorno, ya que sus necesidades educativas serán diferentes de las del resto del alumnado. Poseer una educación de calidad está a tu alcance, con el Máster en Autismo + Titulación Universitaria de Red Educa. Este máster te aportará la perspectiva profesional y práctica que completa tu perfil profesional. 
 

 

 

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